Una de las hortalizas más coloridas y usadas en el mundo es la zanahoria, cuyo nombre científico es Daucus carota. Pertenece a la familia de las Umbelíferas, compuesta por 200 géneros y 2500 especies. Al parecer, las primeras zanahorias se cultivaron hace dos mil años en la zona del Mediterráneo, pero se trataba de una variedad de color amarilla o púrpura muy distinta a la que se conoce en la actualidad.
Origen y particularidades de la Zanahoria
La zanahoria que se ve hoy día, pudo haber “nacido” en Holanda, durante el siglo XVII. Desde allí se extendió por muchos territorios hasta convertirse en una de las hortalizas de mayor producción en Estados Unidos, Asia y Europa.
El ciclo de la planta se completa en dos años. En una fase inicial, de 12 meses, brotan las hojas y la raíz, y luego comienza el crecimiento del tallo y la floración.
Existe un tipo de zanahoria que se desarrolla de forma silvestre, y otro que es sembrado con extremo cuidado para obtener un producto sano, rico y con calidad de exportación.
Es común encontrar zanahorias de raíz corta y forma redondeada, cilíndrica o alargada, que surgen de las plantaciones tempranas, y otras largas con terminación puntiaguda. Sin embargo, las más comunes son gruesas, de tamaño intermedio, con una tonalidad anaranjada intensa, que se debe al betacaroteno y a la pro vitamina A.
Características de la zanahoria
La parte comestible de la zanahoria es la raíz principal o tubérculo. Aunque suele darse mejor en climas fríos, progresa muy bien en regiones tropicales y subtropicales.
Suele medir entre 15 y 20 centímetros y pesar entre 100 y 250 gramos. Hay zanahorias amarillas, blancas y rojas, pero la más popular es la anaranjada.
La mata tiene hojas parecidas a las de los helechos, y flores blancas o púrpura, con cinco pétalos y cinco estambres. Cuenta con unos tallos largos y apretados que alcanzan los 60 centímetros o más, pero lo que se ingiere es la raíz ancha de corteza exterior y núcleo interior que guarda los nutrientes y el azúcar que le confieren su gusto tan particular.
Usos, beneficios y propiedades DE LA ZANAHORIa
La zanahoria puede saborearse cruda, al natural, pero también se emplea para la preparación de ensaladas, sopas, jugos, puré, guisos y postres.
Se compone principalmente de agua, y posee hidratos de carbono, vitaminas E, B, B3, fósforo, calcio, yodo, magnesio, potasio y otras vitaminas y minerales que favorecen el funcionamiento del organismo.
Su ingesta mejora la visión, protege la piel de los rayos solares, aumenta la producción de melanina, aumenta los glóbulos rojos y la hemoglobina, cicatriza las úlceras gástricas e intestinales, elimina toxinas, eleva las defensas, combate las infecciones y protege las arterias y el sistema inmune.
Particularmente sus hojas, son usadas para la elaboración de cataplasmas y ungüentos para sanar quemaduras, heridas, herpes e inflamación en los dedos.
Cultivo con semillas
La zanahoria es fácil de plantar, incluso en la propia casa. Se debe labrar la tierra con ayuda de un rastrillo para evitar que la humedad se acumule y pudra las semillas. Lo ideal es iniciar el cultivo entre marzo y abril, cuando comienza el verano, pero se puede hacer hasta julio.
La zona debe estar bien ventilada y en contacto directo con el sol. El surco donde irán a parar las semillas no debe ser tan hondo. Se sugieren entre cinco y ocho centímetros de profundidad. Tras la colocación de las simientes, se debe proceder al riego con manguera o regadera.
La zanahoria se puede sembrar tanto en tierra como en macetas. Sin embargo, en el suelo tendrá mayor espacio para esparcir sus raíces sin contratiempos. No es necesario abonarlo, a menos que no sea muy fértil. En este caso, se puede fabricar fertilizante libre de toxinas y químicos, con plantas y desechos de la cocina.
Siembra con raíces
Cuando se decide sembrar zanahorias directamente (sin semillas), es indispensable esperar a que la hortaliza desarrolle pequeñas raíces, las cuales se pueden colocar en una maceta, en áreas húmedas. A veces, las zanahorias que se mantienen en la nevera comienzan a mostrar raíces que son aptas para el cultivo.
Con este método tardan bastante en crecer, tal vez unos cuatro meses. Cuando tome un color naranja intenso, estará lista para comer.
La planta en sí, no requiere de muchos cuidados. No obstante, es indispensable vigilar que esté libre de insectos o plagas que puedan dañarla. Al perjudicarse una, lo harán todas las demás.
Las semillas brotan de las flores, por lo que conviene sacarlas para volver a sembrar.
En el huerto también pueden colocarse plantas de orégano, lechuga o toronjil. No ocurrirá nada si se mezclan. Al contrario, podrá contar con su propio expendio de hortalizas en la vivienda.
Conservación de la zanahoria
Las mejores zanahorias son las que gozan de una piel suave y naranja. Conviene seleccionar las de mediano tamaño, que tengan un estrechamiento uniforme y no contengan brotes o raíces a los costados.
No se debe escoger las que estén flácidas, blandas, manchadas, quemadas por el sol ni arrugadas. En caso de tener hojas, éstas deben ser de un tono verde muy brillante. Si al cortarla, nota que el corazón es pequeño y del mismo color que la corteza, habrá escogido una muy buena zanahoria.
Lo ideal es mantenerla en sitios frescos con ventilación para que duren por varias semanas. En la nevera puede soportar unos 15 días y también se puede congelar hasta por ocho meses. Previo a esto, hay que rasparla, picarla, eliminar los extremos y escaldarla en agua hervida.
Para que no adopte un sabor amargo, debe estar alejada de manzanas, plátanos, melocotones, melones y otras frutas y vegetales que tienden a segregar etileno en su fase de maduración.
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