El roble pertenece al género Quercus, compuesto por unas 600 especies. Todas pertenecen a la familia de las Fagáceas y se agrupan en cuatro subgéneros: Erythrobalanus, Cerris, Sclerophyll odrys y Oersted. Este último incluye tres conocidas variedades: Quercus alba, Quercus robur y Quercus petraea, a la cual se le dedicará este espacio.
Características del Quercus petraea
El Quercus petraea es identificado en muchos lugares con el nombre de roble sésil. Es el árbol nacional oficial de Irlanda y es oriundo de Europa. Es monoico (presenta ambos sexos), anemófilo (su polinización se produce por el viento), y eminentemente alógamo, es decir que su reproducción sexual se da por polinización cruzada y por fecundación entre individuos genéricamente distintos.
Es muy común en las zonas montañosas, donde forma bosques altos. Se desarrolla en suelos bien drenados, no muy hondos, con moderada acidez. Es la variedad distintiva de los robledales de tierras elevadas.
El Quercus petraea es caducifolio. Esto quiere decir que pierde sus hojas cada año. Crece hasta alcanzar de 30 a 40 metros. Puede tolerar la sombra, por lo que es apto para reproducirse en los bosques. Es una especie muy longeva. Se dice, de hecho, que puede vivir 800 años y más.
Su copa es amplia y regular, de forma ovalada o redondeada. Por ser abierta permite el paso de la luz hasta el suelo. Por ello consiente que arbustos como las campanillas azules y las primaveras progresen debajo de él. El tronco es de corteza grisácea o plateada, bastante agrietada en los ejemplares viejos.
De hojas verdes y sencillas
Las hojas del Quercus petraea son alternas, sencillas y marcescentes. Sus medidas oscilan entre 5 y 21 cm de largo por 2 y 15 cm de ancho. Son de color verde oscuro por el dorso y pálidas y pubescentes por el envés. Tienen bordes agrietados en ondas redondeadas y un contorno más o menos oval. Poseen un peciolo desarrollado, de unos 2,5 cm, que se reduce formando una especie de cuña. Carece de ventrículo.
Con flores femeninas y masculinas
Las flores femeninas aparecen en primavera, en solitario o en grupos axilares, sobre las ramitas o las prolongaciones cortas. No son colgantes. Las masculinas se presentan en espigas. Ambas flores muestran notorias diferencias en cuanto a su color. Las masculinas son verdes y las femeninas rojas. Componen pequeños grupos de brácteas, parecidos a capullos.
Su fruto aparece en primavera
Posterior a la polinización, las flores femeninas se convierten en unas semillas brillantes. Lucen como calzadas dentro de una vasija de madera con escamas gruesas y parduzcas, recibiendo el nombre común de bellotas. Éstas tienen una forma ovoide y son verdes. Aparecen en primavera y maduran a principios de otoño, tomando un color dorado. Posteriormente caen.
El Quercus petraea logra la producción de semillas a una edad avanzada (varía entre los 40 y los 100 años). La abundancia de las cosechas cambia según el árbol, la población, la región y el año.
Clasificación del quercus petraea
Existen una gran variedad de robles, pero sobre esto se han generado fuertes controversias. Además, existen problemas taxonómicos originados por los habituales hibridismos que suceden entre ellos mismos y con otras especies. Una de las clasificaciones establece que el Quercus está subdividido en 2 sub géneros: Euquercus y cyclobalanopsis. El subgénero Euquercus ha sido separado a su vez en 4 grupos: Rubrae, Protobalanus, Cerris y Quercus.
El quercus petraea como su nombre refiere, pertenece al grupo de los Auercus, conocidos también como robles blancos europeos.
Hábitat del Quercus petraea
El Quercus petraea se halla generosamente distribuido por Europa, desde el norte de España hasta el sur de Escandinavia. Igualmente, desde Irlanda hasta Europa del Este. El área o hábitat natural son las llanuras de cualquier tipo de suelo. Se da tanto a nivel del mar, como a unos 1.800 metros de altitud.
Se desarrolla bien en las laderas y faldas montañosas, no tan expuestos al sol. Logra resistir suelos secos y de poca profundidad. Incluso sobrevive entre rocas, en terrenos sueltos, aireados, calizos y silíceos. Al estar en contacto con árboles como el haya, abedules, pino y otros robles, puede fácilmente formar híbridos.
Usos variados
El roble Quercus petraea origina una de las maderas más duras e imperecederas, apreciada a través de los años. Fue utilizada, hasta mediados del siglo XIX, como materia principal en la construcción de barcos.
Actualmente, es empleada en la fabricación de vigas para la construcción. Asimismo, para la elaboración de pisos, barriles de vino, muebles y leña.
Por otra parte, la historia confirma que los humanos cosechaban las bellotas para convertirlas en harina y preparar pan. Estos procesos culinarios se fueron olvidando, luego de la aparición y cultivo del trigo, hace unos 10.000 años.
También se cree que por tradición se le han adjudicado propiedades medicinales al Quercus petraea. Tanto la corteza, como las hojas y bellotas, son usadas para aliviar diversas molestias de salud, como la diarrea, inflamaciones y dificultades renales.
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