Las plantas carnívoras, también llamadas insectívoras, son especies que despiertan gran interés en el reino vegetal. Con más de 600 especies distribuidas en todo el mundo, son organismos capaces de interactuar con su entorno de una manera nunca antes vista.
A diferencia de muchas otras plantas, las carnívoras se caracterizan principalmente por saciar la mayoría de sus requerimientos nutricionales capturando, a través de diferentes mecanismos, a protozoos (grupo de animales formados por una sola célula), artrópodos (animales invertebrados), peces y mamíferos.
Los primeros avistamientos de plantas carnívoras se dieron en el continente europeo, específicamente en la Edad Media, pero debido a las creencias cristianas de la época, se consideraba improbable que algún tipo de vegetación pudiera alimentarse por medio del carnivorismo.
Fue en 1860, cuando el botánico Charles Darwin confirmó la naturaleza de las plantas carnívoras al observar a hormigas atrapadas entre las hojas. Este hecho le significó un arduo estudio en un campo que suponía virgen.
Características de las plantas carnívoras
A diferencia de otras, las plantas carnívoras crecen en suelos extremadamente pobres, limitados en nitrógeno y con un PH ácido. Se pueden encontrar en pantanos y zonas rocosas.
Poseen formas y estructuras complejas. Las hojas de algunas son similares a jaulas que se cierran abruptamente al atrapar a su presa. Cuando las plantas carnívoras retienen al animal, a éste le resulta casi imposible escapar, debido a que son inmovilizados por sustancias pegajosas. Estudios han demostrado que algunas clases segregan jugos gástricos similares a los de los mamíferos, para lograr la digestión.
El tamaño de las plantas carnívoras varía. Por lo general, las que se sustentan de insectos son las especies más diminutas. Otras superan los 40 centímetros, tamaño suficiente para permitirse cazar roedores. Las más grandes, sobrepasan los tres metros de alto y poseen largas bolsas en las que apresan su comida.
Una de las particularidades que ha sorprendido a los científicos, es el ingenio que tienen las plantas carnívoras para moverse en búsqueda de su presa. Carecen de músculos, pero utilizan un método de presión de agua en las células de las hojas, que les ayuda a tensarse.
Condiciones en las que crecen las plantas carnívoras
Múltiples especies de las plantas carnívoras pueden hallarse en diversos hábitats. En ocasiones, ha sido requerida la intervención humana para propiciar su cultivo con el fin de preservar su existencia. Otras se han originado mediante alteraciones genéticas en estudios y experimentos.
A pesar de que pueden obtener sus compuestos sin necesidad de sintetizarlos del suelo, las hojas sí ameritan del proceso de fotosíntesis habitual, por lo que si son cultivadas en espacios exteriores, será oportuno ubicarlas en sitios donde reciban luz.
El ambiente ideal para “criar” a las plantas carnívoras debe tener una temperatura de 19 centígrados sin exceso de humedad, de lo contrario podrían morir. Se deben regar cada dos días, tratando de hacerlo con agua de lluvia o destilada. El agua de grifo las hace perecer por su alto contenido de minerales.
Para evitar que sean víctimas de alguna plaga o enfermedad, se les debe aplicar sustratos especiales.
Especies comunes y formas de alimentarse
Entre las seis especies más populares de plantas carnívoras destaca la Dionaea Muscipula, nativa de Carolina del Norte (EE.UU), mejor conocida como Venus atrapamoscas. Se alimenta por medio de los pelos que se hallan en el interior de sus hojas, y que detentan los insectos.
La Cephalotus, de la especie Follicularis, crece únicamente en Australia, y consigue su comida empleando trampas en forma de bolsas que generan un néctar que actúa como carnada.
La familia de las Pinguiculas, con un poco más de 50 tipos de plantas carnívoras en su haber, vive en la zona Polar Ártica y coge a sus presas con los pelos hipersensibles alojados en sus lóbulos.
Se ha hecho común el cultivo de algunas como las Droseras, que tienen una familia de más de 100 miembros, y se diferencian por poseer filamentos contentivos de un ácido similar al pegamento, que segrega para retener a sus víctimas.
Las Sarracenias son oriundas de América del Norte y tienen un cuello repleto de pelos que atraen a los insectos y permiten su entrada, mientras que las Nepenthes se encuentran en territorios insulares del océano Indico y del Pacifico, y se clasifican dos: las que crecen por debajo de los 1.000 metros de altura y las que lo hacen por encima de esa latitud. Ambas se alimentan con trampas que cuelgan de su tallo.
Usos medicinales
Desde el siglo XII, científicos y herbolarios se han beneficiado de las bondades medicinales de las plantas carnívoras. Su uso más común ha sido como expectorante para afecciones respiratorias. Estudios recientes demostraron que la Drosera posee propiedades antitusivas que calman la tos seca, incluso han recomendado infusiones preparadas con la especie conocida como rocío del sol, para calmar el asma y la bronquitis.
Se aplican además para combatir problemas cardíacos, espasmos musculares, quemaduras y otras lesiones en la piel. Muchos investigadores coinciden en que las plantas carnívoras poseen enzimas que actúan como antibiótico natural.
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