Una de las malas hierbas conocidas a nivel mundial, es la ortiga. Esta planta que forma parte del género urtica y de la familia de las urticáceas, provoca picazón e inflamación en la piel cuando se manipula directamente, debido a la presencia de sustancias ácidas. La historia refiere que la ortiga era conocida como “la hierba de los ciegos”, porque hasta las personas con esa discapacidad podían determinar su presencia.
Tipos de ortiga
Especialistas en botánica señalan que hasta la fecha hay dos tipos de ortiga que son muy populares. Una de ellas es la Urtica dioica, que es la más común, por lo que se le suele llamar ortiga mayor o verde. Llega a medir hasta 150 centímetros de altura y se caracteriza por tener pelos mínimos que contienen un líquido denominado acetilcolina, que generan una comezón muy fuerte al tener contacto con ella. Las hojas tienen forma ovalada, y su pequeña flor crece en ramos.
La otra variedad de ortiga es la menor, cuyo nombre científico es Urticaurens. Se desarrolla hasta alcanzar los 60 centímetros de longitud, y aunque no produce tanto picor como la mayor, sí es molesta cuando se frota o se roza por cualquier parte del cuerpo. Estudios científicos han revelado que este tipo de ortiga posee propiedades terapéuticas, por lo que es muy empleada para combatir hemorragias, quemaduras problemas reumáticos y vasoconstricciones. Hay quienes la toman en infusiones y otros como jarabe o tintura. Esta última se prepara con alcohol.
Cubierta de vellos
Es muy fácil de reconocer porque se asemeja a un arbusto. Su tronco es resistente y presentan esa diminuta pelusa que ocasiona el escozor. El individuo que la toque sin el debido cuidado, puede presentar llagas, ronchas y daños en la dermis.
Los pelos de la ortiga son bastante fuertes pero frágiles en las puntas, lo que significa que el roce leve con la mata puede provocar los síntomas antes mencionados.
También se caracteriza por tener un tallo de un color muy particular. Una mezcla entre rojizo y amarillo. Es rectangular, ramificado y al mismo tiempo ahuecado por dentro. Todo el exterior está lleno de vellos que hacen que muchos individuos le teman a la ortiga.
Características de la Ortiga
La ortiga consta de hojas aserradas y puntiagudas que alcanzan los 15 centímetros de largo. Son de un tono verde intenso, y las flores amarillo pálido. Es muy fácil de identificar en los jardines y patios.
Suele florecer a partir de julio, y aunque parezca extraño, sus flores se dividen en machos y hembras. Las primeras son cortas y las segundas largas y ligeras, como colgantes.
Se sabe incluso que produce unos frutos llamados aquenios, es decir con forma de cápsulas.
Además de los ya nombrados, existen otras variantes de la ortiga como son Urtica angustifolia, Urticaardens, Urticaatrovirens, Urticacannabina, Urticadubia, Urticaferox, Urticafissa y Urticagaleopsifolia.
Componentes de la ortiga
Está compuesta por muchos químicos que la convierten en una planta bastante excepcional. Entre ellos destacan los flavonoides, los cuales tienen efecto antioxidante y desinflamatorios. También posee ácidos orgánicos, pro vitamina A y C, sales minerales, histamina, serotonina, clorofila, silicio, resina, ácido fórmico, potasio y taninos, entre otros.
Debido a que muchas personas tienden a emplear la ortiga para tratamientos médicos, especialistas insisten en la importancia de aprender a efectuar el proceso de recolección.
En principio, es indispensable utilizar guantes para evitar tener contacto con los pelos que causan el picor. Se puede desprender la planta entera, dependiendo del uso que se le quiera dar, pero los expertos sugieren tomar solamente las hojas o los tallos.
Lo ideal es recoger antes de que florezca la planta y poner a secarlas. Para uso medicinal, se deben recolectar entre mayo y agosto, y si se va a consumir, se puede hacer en cualquier época del año, prefiriendo siempre las partes de la mata que luzcan sanas. Las hojas que tienen más tiempo son las que más daño ocasionan, así que deben ser descartadas.
Propiedades medicinales en estudio
Hay quienes opinan que la planta de la ortiga es tan útil, que prefieren utilizar la mata completa, pero mientras esté tierna y fresca. Tanto hojas como raíces son ideales para el tratamiento de inflamaciones. Incluso, se sabe que la ortiga ha estado en el ojo de los científicos porque al parecer, tiene propiedades que beneficiarían la sanación de los pacientes de hiperplasia benigna de próstata. Sus efectos son analizados por ahora.
En la mayoría de los estudios que se han realizado para saber la acción de la ortiga en enfermos de hiperplasia, se determinó que no hay muchos síntomas adversos que pudieran empeorar la condición del paciente. Por todo ello, la ortiga sigue siendo una planta llena de propiedades que curan patologías, pese a su “mala fama” de causar escozor a quien la toca.