La oreja de elefante (Alocasia) es miembro de la familia de las Aráceas. Se trata de una planta de hojas muy grandes, proveniente de Asia, que se puede encontrar en muchas partes del mundo, especialmente en regiones de climas cálidos, entre sol y sombra. Es una variedad estupenda para la ambientación de áreas internas y externas.
Otros nombres que se le han dado a la oreja de elefante son Colocasia, Marquesa, Alcolcaz, Manto de Santa María, Ñame de Canarias y Taro de jardín. Se puede sembrar tanto en el suelo como en macetas, y no requiere de tantos cuidados.
Antiguamente, a la oreja de elefante se le conocía como Colocasia, término con el que se identificaba al género al cual pertenece. Sin embargo, tiempo después pasó a llamarse Alocasia, abarcando muchas variedades de la planta.
Características de la oreja de elefante
Como se dijo al inicio, la oreja de elefante es de hojas grandes. Son tan amplias, que pueden llegar al metro y medio de extensión. Tienen una base ancha que se va estrechado hacia la punta, como un triángulo. La mayoría de ellas son de color verde (unas más intensas que otras), y algunas muestran destellos morados o bronces, con nervios que le sobresalen.
Esta planta ostenta un tallo alargado, poroso y subterráneo, que viene a ser su órgano principal. Abajo tiene las raíces y arriba las yemas. Tanto las hojas como las flores brotan directamente de él.
Rara vez la oreja de elefante florece. Por lo general se le llama flor a la caña que nace en la base de la hoja, que es de color blanquecina. Alrededor de ella están unas espátulas, que actúan como escudos protectores.
La vara de color claro es la verdadera flor de la oreja de elefante, que se conoce como espádice. En la parte superior de esta varilla se desarrollan las flores masculinas con estambres, en el centro las estériles, y en la parte baja las flores hembras.
Cultivo y reproducción de la oreja de elefante
Los climas tropicales favorecen la reproducción de la oreja de elefante. En caso de sembrarse en el suelo, éste debe ser húmedo y bastante drenado. Puede hacerse al pie de otros árboles de mayor tamaño, para aprovechar su sombra. Lo ideal es que se entierre a unos 15 centímetros, un tallo que contenga mínimo una yema. Éste debe estar seco y para eso hay que dejarlo dos o tres días al aire libre. Este proceso debería ejecutarse durante la primavera.
Quien desee, puede multiplicar a la oreja de elefante en macetas, con semillas o con los hijitos que brotan de las raíces. A los pocos días adquieren fortaleza para su desarrollo.
Cuidados de la oreja de elefante
Lo ideal es que la mata esté en un ambiente cálido, alrededor de los 24° centígrados, para que mantenga el verdor de sus hojas y no se quemen. No debe recibir la luz del sol de forma directa, porque se daña.
Por las dimensiones de sus hojas, es recomendable que la oreja de elefante se ubique en espacios amplios, donde no tengan limitantes para su expansión, ni que crezcan en una sola dirección.
La planta necesita estar en un ambiente donde circule la brisa, pero no exageradas corrientes de aire, pues se podrían partir sus ramas.
Para limpiar las hojas de la oreja de elefante basta con echarles agua natural o pasarles un paño humedecido con agua y limpio. No es propicio utilizar productos químicos.
Es importante saber, que la oreja de elefante se puede trasplantar cada dos o tres años a un matero más grande, para que se expanda y luzca más esplendorosa. Debería hacerse cuando esté por terminar el invierno. Con la llegada de la primavera ella se revitaliza.
Riego
Cuando comienza a renovarse, es preciso fertilizarla con productos orgánicos y aplicarlos cada tres semanas. Si el abono es líquido, se debe diluir en un poco de agua.
La oreja de elefante crece bastante y llega a alcanzar los cinco metros de altura.
Se debe regar cada dos o tres días, dejando que seque un poco la tierra entre un riego y otro, para evitar ahogar los tallos y que la planta se pudra. A los materos se les puede colocar una base con un poco de agua para que mantenga la tierra húmeda e hidratada.
Plagas
Pocas veces la oreja de elefante se ve afectada por alguna plaga o enfermedad. De lo que sí deben cuidarse sus dueños, es de no tocar directo la savia que desprenden sus tallos una vez que se cortan. Esta causan irritación en la piel y los ojos.
Cuando sus hojas se marchitan o se ponen amarillentas, es porque algo las está afectando. Puede ser la falta de humedad. También, el regarlas muy poco puede hacer que sus tallos se debiliten y se caigan.
Si a la hoja de la oreja de elefante le salen unas manchas inusuales, posiblemente le ha caído cochinilla. Para eliminarla, se le debe pasar un algodón humedecido con alcohol o lavarla con agua y jabón.
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