El orégano es una hierba aromática muy estimada en la gastronomía. Muchas recetas incluyen su hoja fresca o seca como condimento esencial, pero además de su uso culinario, tiene un alto valor medicinal. Su nombre científico es Origanumvulgare, que proviene del griego clásico y significa «hierba que alegra el monte” o «la alegría de la montaña«. Los griegos y romanos lo veneraban como símbolo de dicha y felicidad.
Es originario de la zona mediterránea. Aunque se le relaciona con la mejorana, proveniente de Asia Menor, el gusto de su aceite es diferente porque carece de compuestos fenólicos propios del orégano. Se han obtenido sabores intermedios con el cruce de ambos, dando como resultado “la mejorana dorada” y el “orégano dorado”.
Los principales países productores de orégano son la India, Marruecos y Grecia.
CARACTERÍSTICAS del oregano
Es un arbusto pequeño, que alcanza los 45 centímetros de alto. Su tallo generalmente es de color rojizo, sus hojas son ovales y miden entre 2 y 5 cm de ancho.
El orégano tiene pequeñas flores, blancas o rojas, que están rodeadas por diminutas hojas rojizas. Expide una esencia aromática de color amarillo que se encuentra en pequeñas glándulas diseminadas por toda la planta.
Su sabor cálido y agradable combina con infinidad de alimentos. Su hoja se puede consumir tanto fresca como seca, de esta última se siente más el sabor y olor
Además de su utilidad en la cocina, tiene cualidades medicinales y ornamentales, ya que es muy bonita y potencialmente perfumada.
HÁBITAT
El orégano crece en herbazales secos y cerca de los bosques. También se puede sembrar en jardines y macetas en el interior de los hogares.
Es muy resistente, soporta las altas temperaturas y los ambientes fríos. Su temperatura óptima está entre los 20ºC y los 30 ºC.
Aunque se adapta a la sombra, su desarrollo será menor que cuando se dispone expuesta al sol. No necesita mucha agua y prefiere los suelos secos.
El clima, la estación y el suelo influyen en la composición de su aceite esencial, que lo diferencia de otras especies del género Origanum.
CULTIVO DEL ORÉGANO
El cultivo del orégano es sencillo. El principal requerimiento son las semillas, que se pueden sembrar directamente en el suelo, en macetas o en semilleros. Solo se debe cuidar de no enterrarlas más del doble de su diámetro para no entorpecer su crecimiento. También se puede optar por trabajar los plantones o los esquejes.
En caso de orientarse por las semillas, la temperatura de éstas no debe sobrepasar los 20ºC. Solo así podrán verse los brotes en un lapso de 10 días.
La temporada ideal para sembrar es entre la primavera y el otoño.
Ya en el terreno final, el orégano debe tener un buen drenaje para prevenir el exceso de humedad que causa hongos. Un riego cada siete días es suficiente, aunque en verano posiblemente sea necesario hacerlo dos veces por semana.
Cada seis meses conviene suministrarle humos de lombriz o abono orgánico para garantizar su crecimiento.
MULTIPLICACIÓN Y COSECHA
Cuando el orégano ya esté formado, en su fase de adultez, se puede multiplicar a través de la división, para lo cual se deberá regar una hora antes. El hijuelo extraído debe tener raíz para que pueda “pegarse” en la maceta o en la superficie que se haya seleccionado.
En cada cosecha se deben coger las hojas y secarlas en un sitio oscuro, ligeramente ventilado y sin humedad, así se podrá utilizar durante todo el año.
BENEFICIOS PARA LA SALUD
Son incontables las propiedades curativas del orégano, y muchas las utilidades que se le han dado desde épocas remotas. En la Edad Media, por ejemplo, se masticaban las hojas para aliviar la tos, las dolencias reumáticas y las molestias en las encías y dientes.
Actualmente se sigue considerando un gran aliado para la salud. Es un gran antioxidante, incluso 42 veces más que las manzanas, debido a su contenido de ácido rosmarínico.
El carvacol y timol son dos fotoquímicos que le confieren su “don” antifúngico y antimicrobiano.
El beta-cariofilina le permite inhibir la inflamación, lo que lo hace útil para el tratamiento de osteoporosis y arteriosclerosis.
Se emplea para tratar enfermedades del tracto respiratorio superior.
La infusión de orégano acelera la digestión, mejora los problemas de estreñimiento y reduce la flatulencia.
El aceite disminuye ciertas cepas de parásitos gastrointestinales e inhibe patógenos transmitidos por los alimentos como la listeria, salmonella y E. Coli.También.
De igual modo, es utilizado para tratar úlceras bucales y el mal aliento.
El orégano es rico en minerales como calcio, hierro, potasio, zinc y magnesio, en vitaminas A, C E y K, así como en fibra.
Su toxicidad es mínima, pero algunas personas pueden presentar reacciones alérgicas a sus componentes, manifestando dificultad para respirar, picazón y/o inflamación, por lo que se recomienda temer prudencia al usarlo.
USOS CULINARIOS del orégano
El orégano aporta un sabor distintivo a las comidas. Su protagonismo ha dado fruto a la popular expresión “No todo el monte es orégano”, que alude a la gastronomía y a su origen etimológico «hierba que alegra el monte». Es el rey de la cocina mediterránea, especialmente la italiana.
Entre las preparaciones que admiten la utilización del orégano como condimento destacan los mojos, tomates al horno, pan de ajo, pizzas, lasaña, pechugas de pollo a la napolitana, papas guisadas, salsa boloñesa, atún zahareño, pastel de Ricota y sopa de coliflor.
Puede ser un excelente acompañante en aderezos de ensaladas, platos fríos, vegetales o huevos.
Añadiendo orégano a la carne antes de cocinar, se reducen los compuestos tóxicos que se crean en el proceso de cocción.
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