Existe un grupo de fitoparásitos que causan conmoción en el sistema agrario, debido a su actividad patógena sobre distintas partes de las plantas o cultivos. Se trata de los nematodos (ascárides o lombricillas), unos parásitos que son destruidos por agentes químicos denominados nematicidas.
Los nematodos son pequeños gusanos que se alimentan de las raíces de las plantas. Fundamentalmente son cuerpos hídricos, pero abundan mucho en ambientes terrestres, principalmente en tierras de gran compactación y humedad. Por esta razón, se deben evitar estas condiciones en semilleros y viveros, mediante la elección de un buen substrato.
eliminación de nemátodos
Según estudios realizados, por causa de los nematodos fitoparásitos, se producen anualmente numerosas pérdidas de cosechas agrícolas en todo el mundo. Las estimaciones rondan en un 11%, que representan billones de dólares al año.
No se ha obtenido demasiado éxito en el control de los nematodos, aun cuando se utilizan diferentes métodos. Entre los más usados están los productos químicos, porque inducen a la eficaz disminución de su población y, por ende, a la reducción de pérdidas en un mediano plazo. Hay quienes recurren a la limpieza del suelo con antisépticos, lo cual puede resultar ventajoso en determinadas situaciones.
De igual modo, se aplican técnicas como el uso de los llamados nematicidas químicos que, por lo general, van destinados al suelo. Son órganos fosforados como fenamifos, ethoprofos y cadusafos, y carbamatos como aldicarb, carbofurano, oxamilo y otros. Los resultados no siempre son los esperados, debido a la cantidad de elementos implicados.
CONTROL DE NEMÁTODOS
Lograr controlar los nemátodos parásitos no es tarea fácil, debido a que ellos son poseedores de una cubierta muy poco permeable que ofrece una gran resistencia a los agentes controladores, tanto físicos como químicos. Influye además el hecho de que se reparten en profundidades variables del suelo, obedeciendo a la longitud de las raíces, así como su gran dinamismo y capacidad de desarrollo. Es esta característica lo que le permite a una población decadente, recobrarse apresuradamente.
Si bien todos los métodos de control que se empleen tienen sus méritos, no se recomienda utilizar consecutivamente el mismo. Es preciso integrar y adoptar distintos procesos que permitan conservar una población de nematodos, relativamente densa o lo que es lo mismo, por debajo de niveles perjudiciales para las plantas.
Además de lo difícil que es el control de los nemátodos en el suelo, inciden los altos costos de los procedimientos, pero sin lugar a dudas es indispensable hacerlo. Sólo así se podrán conseguir utilidades satisfactorias en la agricultura.
TIPOS DE NEMATICIDAS
Comercialmente hay dos tipos importantes de nematicidas, dependiendo de la labor en los suelos: los fumigantes y los no fumigantes. Los primeros se volatilizan, volviéndose gases que se desplazan por el suelo. Son bastante fitotóxicos y deben ser aplicados de dos a cuatro semanas antes de la siembra.
Los organofosfatos y los carbamatos son nematicidas no fumigantes, aparecen corrientemente en forma granulada y se usan al realizar la siembra. Se aplican en una faja de 10 a 15 cm en el surco, directo sobre el rizoma o la semilla.
En general, no se aconseja el uso de nematicidas químicos, puesto que junto con los nematodos dañinos se eliminan muchos nemátodos benéficos. En la agricultura ecológica u orgánica no se realizan destrucciones, sino una vigilancia de estas plagas.
Un nematicida natural, que es de común uso, es el originado de la pasta del árbol de neem. Se obtiene al presionar la fruta y la semilla en frío.
SELECCIÓN DE Los NEMATICIDAs
El resguardo de la salud humana y del medio ambiente ha originado algunas cancelaciones del registro de muchos nematicidas que agronómicamente eran significativos. Algunos nematicidas fumigantes del suelo, han sido prohibidos después de comprobarse su vinculación con efectos nocivos sobre los trabajadores.
Al seleccionar un nematicida deben tenerse en cuenta los registros históricos de aplicaciones, las lluvias e igualmente la disolución, la traslación y otras particularidades físicoquímicas del producto. Asimismo, es recomendable aplicar estrategias que permitan prevenir las pérdidas de efectividad. Una de ellas puede ser la sustitución de moléculas, empleando nematicidas que sean más solubles y móviles en las estaciones de menor precipitación, y viceversa.
EFICIENCIA DE los NEMATICIDAs
Para garantizar la eficiencia de un nematicida se consideran algunos factores como el agua y el suelo. Aunque su apariencia sea de pureza, se requiere realizar estudios para verificar la calidad del agua para garantizar el rendimiento y actuación del nematicida
En relación al suelo, hay que considerar su humedad para el buen funcionamiento de un nematicida. Si no tiene una adecuada humedad, su eficacia merma, por lo que se deberá proveer a la siembra de un riego efectivo tras la aplicación de las sustancias.
Por otra parte, es obligatorio recurrir a estrictas medidas de seguridad. Como se dijo, estos productos generan una alta toxicidad y pueden provocar contaminación del ambiente y daños a quienes se encargan de su manipulación.
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