La moringa o “árbol de la vida”, como también se le conoce, es una planta originaria de la India que-en los últimos-años ha revolucionado la medicina natural, por sus innumerables virtudes para la salud. Su nombre científico es Moringa oleífera y pertenece a la familia Moringaceae, conformada por unas 13 especies. Junto a la Moringa stenopetala (África), es una de las más comunes.
La planta de moringa es de fácil crecimiento y no se expande demasiado, por lo que puede ser cultivada en jardines (directamente en el suelo) o en macetas, dentro de la casa. Lo importante es que perciba la luz del sol, de forma directa.
Toda su morfología es apta para la ingesta humana. De allí que las hojas, tallos, ramas, semillas y raíces se comen crudas o cocidas en infusiones, aceites, extractos y otras presentaciones. Hasta se puede incorporar a la gastronomía, para saborizar salsas, guisos o ensaladas.
Características de la moringa
La moringa es una mata caducifolia (caduca en ciertas épocas del año), que podría alcanzar los 15 metros de altura si el clima y las condiciones ambientales se lo permitan. Luce un tronco recto y una copa abierta, con ramas de porte suave, caída ligera y fácil rompimiento.
Las hojas son compuestas, verdes y de forma ovalada. Brotan de ramas que miden de 30 a 60 centímetros de largo, con foliolos pequeños, que miden dos centímetros de largo por 0.3 de ancho.
El árbol de moringa florece a partir de su primer semestre de vida, echando flores blancas de unos 2.5 centímetros de diámetro, con unos delicados pistilos amarillos. Las semillas crecen dentro de una especie de cáscara marrón, alargada (30 a 120 centímetros), que cuelga de las ramas. Cuando se resecan se fragmentan en tres, y en cada lado «guardan» unas 20 pepas que también muestran una coloración marrón. Las mismas se suelen ingerir como medicamento.
Origen y cultivo de la moringa
Como se dijo al inicio, la moringa viene de la India y de África. Su plantación se ha extendido por Asia, África oriental y meridional, así como por el centro y Sudamérica. Esto debido a su cualidad de adaptarse a cualquier tipo de ambiente.
La moringa prospera en todo tipo de suelos y climas, desde los húmedos hasta los calientes. Incluso donde hay sequía intensa se da bastante bien, puesto que no requiere de tanta agua para su desarrollo. En definitiva, es una mata que aguanta los embates de la naturaleza.
Se reproduce por semillas o por los retoños recién nacidos de la raíz. Las semillas se pueden sembrar en el suelo o en macetas grandes, donde se quedarán para siempre, pues debido a la fragilidad de sus ramas no conviene trasplantarla luego de ser sembrada.
La tierra se puede mezclar con un poco de arena, y no es necesario regarla con frecuencia, pues el exceso de humedad la puede ahogar. Al enterrarla es aconsejable dejarle un bastón de apoyo, para que se fortalezca en sus primeras semanas.
Valores nutricionales
La moringa posee muchas vitaminas, minerales, ácidos grasos, aminoácidos vitales, polifenoles y flavonoides. Gracias a ello, es una planta altamente aprovechable en el campo de la medicina. Buena parte de sus beneficios han sido probados por la ciencia, mediante estudios e investigaciones clínicas.
Se dice que un gramo de moringa posee más calcio que un mililitro de leche, más potasio que uno de cambur, más vitamina A que una zanahoria, y más vitamina C que la naranja. Además, contiene un alto porcentaje de fibra.
La moringa también es rica en hierro, magnesio, zinc, fósforo, proteínas, ácido clorogénico, y antioxidantes, entre muchos otros elementos.
Beneficios de la moringa para la salud
Mucho se ha escrito sobre las bondades de la moringa para la salud. La mayoría de las personas la ingieren por estas razones:
- Aumenta las defensas del cuerpo.
- Ayuda a regenerar las células.
- Controla el colesterol.
- El extracto de la hoja de moringa es antioxidante.
- Mejora los síntomas de la diabetes, al bajar el porcentaje de azúcar en la sangre.
- Sirve para curar las heridas y regenerar la piel, al estimular la cicatrización.
- Protege los tejidos de órganos vitales como hígado, corazón, riñones, testículos y pulmones.
- Alivia los dolores por su acción analgésica, especialmente los relacionados con la artritis.
- Es un excelente remedio natural para prevenir úlceras estomacales y evitar la acidez.
- Estabiliza la hipertensión.
- Es antiinflamatoria, así que contribuye a bajar el volumen cuando hay sobrepeso o algún tipo de traumatismo.
- Inhibe la reproducción de células cancerígenas.
- Protege el sistema inmunológico.
- Estimula la función cognitiva y protege el sistema nervioso.
- Contrarresta el asma.
- Mantiene a raya los padecimientos cardiovasculares.
- Es útil para bajar de peso.
Cómo prepararla
La moringa se puede preparar en infusión. Para ello se colocan en agua caliente un puño de hojas frescas. Es una bebida saludable y sabrosa.
Con las hojas también se pueden hacer jugos. Además, se pueden secar, machacar y convertirlas en polvo para elaborar ungüentos y hasta cocerlas como si fueran espinacas.
Las semillas se cocinan para añadirlas a ensaladas (sabe como garbanzos), extraer el aceite o molerlas para fabricar condimentos. Hay quienes se las tragan como si fuesen unas píldoras.
Aunque sus beneficios parecen ser muchos, es preciso consultar al médico antes de tomar moringa. Los efectos colaterales pueden hacerse notar. No es conveniente que sea usada por embarazadas, lactantes ni infantes.