Muchos relacionan su nombre con una bebida, pero lo cierto es que es una planta muy popular en algunas regiones de América. Se trata de la mimosa, una mata bastante peculiar que pertenece a la familia Favaceae, y se desarrolla comúnmente en la parte húmeda de Brasil.
Descripción y características de la mimosa
A la mimosa también se le conoce tradicionalmente como púdica sensitiva o vergonzosa. Esto se debe a que cuando se rozan con los dedos sus hojas ovaladas y finas, éstas tienden a plegarse o a cerrarse. También ocurre cuando el viento sopla muy fuerte y por las noches. Expertos en botánica afirman que esa acción forma parte de un mecanismo de defensa que aplica la mimosa.
Y es que estudios reflejan que la mata se repliega con el fin de parecer marchita y así no ser blanco de depredadores que puedan comérsela o destruirla. Igualmente, se presume que la mimosa hace esto para reservar más agua, en especial cuando hay mucho calor, y para evitar que la brisa le afecte.
Además, es apreciada en la jardinería porque “pare” a una flor pequeña en forma de borla de color rosa, que generalmente nace durante la época de verano.
La mimosa puede ubicarse sin ningún problema en las áreas internas de la casa, aunque es indispensable que tenga contacto con la luz para que pueda prosperar adecuadamente.
Recomendaciones para su cuidado
La mimosa tiene una apariencia muy linda, ideal para la decoración de interiores, y su tamaño se adapta muy bien a las exigencias de quienes la cultivan para esos efectos.
Sus hojas delicadas y agrupadas en varios pliegues, le dan una similitud con los helechos.
Otra de sus virtudes, es que la mimosa no es una planta que requiera de muchos cuidados. Lo más importante es que sea sembrada en un área muy húmeda y ventilada. Si estará en un lugar cerrado, se le debe ubicar cerca de una ventana por donde entren los rayos del sol.
En caso de que la mimosa sea plantada en un jardín o patio amplio que le permite desarrollarse como un árbol, se sugiere amarrar las ramas que tienden a caer. Llegan a medir poco más de un metro de altura y sus raíces crecen con la misma proporción. Si se ubican en macetas, éstas tienen que ser grandes para que ella pueda extenderse a plenitud.
La manipulación de esta especie tiene que hacerse con extremo cuidado debido a la presencia de pequeñas y afiladas espinas en sus tallos.
Reproducción de la Mimosa
Suele adaptarse perfectamente a temperaturas muy altas, sin embargo en estos casos hay que reforzar el riego a fin de darle toda la humedad que requiere. De hecho, es durante el verano intenso cuando la mimosa se encuentra en plena floración, por lo que echarle agua con mucha frecuencia será indispensable para alargar la vida de la especie.
El frío o las heladas extremas pudieran ser factores negativos para la mimosa porque suele debilitarse a estas temperaturas. Por ello se recomienda trasladarla a sitios de resguardo hasta que pase el mal tiempo. La ventaja es que puede trasplantarse sin dificultad.
Si se desea reproducir la mimosa a través de las semillas, se deben poner a remojar en agua fría por un período de 24 horas hasta que se tornen hinchadas o abultadas. Una vez sembradas, hay que esperar por lo menos un mes para que comiencen a germinar.
Cuando la mimosa tiene dos años de vida, es indispensable cortar sus ramas, sobre todo las más antiguas porque las espinas se vuelven más fuertes y robustas. No obstante, las hojas secas pueden caer solas y no es necesario podarlas.
La planta puede desarrollarse mucho mejor si se le agrega abono, el cual se debe aplicar durante las temporadas de crecimiento y floración. La mata será más viva, las flores en abundancia y potenciará su verdor. Mientras crecen las ramas y tallos, éstos deben aguantarse con tutores a fin de que no se rompan.
Curiosidades de la mimosa
Un dato curioso es que cuando la mimosa tiene contacto con el humo, se vuelve muy sensible y probablemente sus hojas se dañen o marchiten. Así que para los fumadores no es opción tener esta planta en casa.
Una recomendación esencial es que no se debe manipular constantemente la mimosa porque es una planta que requiere de energía para cumplir con la acción de plegarse cuando lo requiera. El contacto activo con las manos, le “roba” esa energía.
La naturaleza es muy curiosa y ofrece árboles tan increíbles como la mimosa. Existen un sinnúmero de especies de este tipo que están esparcidas por varias partes del mundo. Su extensión es muy común porque en líneas generales no necesita de muchos cuidados. Se le conoce con distintos nombres dependiendo de donde se encuentre, entre ellos sensitiva, nometoques, moriviví, dormidera y adormidera, entre otros.
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