“El que sacie su estómago con melones se llenará de luz”, es un proverbio musulmán con el que las personas del Medio Oriente describen los beneficios que se obtienen al consumir esta preciada fruta, conocida por sus magníficas propiedades.
En griego, el término “melón” significa “manzana grande”. Esta fruta fue descubierta por las primeras civilizaciones. Investigaciones han encontrado indicios en tumbas del antiguo Egipto, desde el año 2400 (A.C). Mientras, los romanos alababan su existencia alegando que era un obsequio del Dios Apolo, y un tesoro tan beneficioso como el sol.
Es uno de los alimentos más ricos en potasio que pueda haber en el planeta. Pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, al igual que el pepino, la sandía y la calabaza.
Siempre ha existido la polémica de que pueda ser una fruta o una verdura. Algunos afirman que por su tamaño es una fruta, y otros que por el tipo de planta es una verdura. La confusión radica también, en el hecho de que cuando el melón está verde, posee un sabor similar al del pepino.
Lo que sí es cierto es que el melón constituye uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial. No en vano ocupa el cuarto lugar entre las frutas más ingeridas, después de la naranja, los plátanos y las uvas.
Característica del melón
“Cucumis melo” es el nombre científico del melón. Se cultiva en zonas de clima cálido y con poca lluvia.
Su forma puede ser esférica o elipsoidal, es decir, que llega a ser redondo o alargado. Mide de 20 a 30 centímetros, y pesa de 400 gramos a dos kilos. Se han visto ejemplares de 20 kilogramos.
La tonalidad de su epidermis y pulpa varía según la especie. La piel puede ser blanca, gris, verdosa o amarilla y de textura lisa, rugosa o reticulada. La pulpa, por su parte, se caracteriza por su dulzor y jugosidad. Es aromática, blanda, compacta, de textura suave y de color amarillo, verde o rosado.
El centro es hueco y en los bordes se encuentran las semillas que, generalmente, son de color amarillo pálido, recubiertas de una sustancia pegajosa. Crecen en el interior en forma de red, y son esféricas y oblongas, con una medida de hasta tres milímetros.
Consumo del melón
El melón puede ingerirse de diferentes maneras: fresco en trozos, como postre, y como ingrediente de ensaladas, aperitivos, mermeladas, purés, cremas yogures, licores y granizados, entre otros.
Las semillas son aprovechadas en el continente africano como fuente de aceite comestible, o como recurso para la iluminación.
Este fruto abunda mayormente entre julio y septiembre, pero fuera de esa época también se puede hallar, porque varios tipos se cultivan en invernaderos.
¿Cómo es la planta?
La planta del melón pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, y es una especie anual, rastrera y trepadora.
Tiene tallos herbáceos y vellosos con nudos de los que brotan las hojas, zarcillos y flores. Éstas se desarrollan con tres o siete lóbulos de márgenes dentados y un revés velloso. Suelen ser amarillas y solitarias.
El sistema radicular es abundante, ramificado y de rápido crecimiento.
Origen
El origen del melón es incierto. Existen dos teorías: una apunta a que es oriundo de Asia meridional y otra que proviene del continente africano. Lo que sí está demostrado, es que penetró en Europa, específicamente en España, a través de rutas comerciales del antiguo puerto de “Cartago Nova”, durante la época de la dominación romana en la Península Ibérica (del III a.C. al IV d.C.). De ahí que el principal exportador de melón sea España, con una producción de 10 millones de toneladas anualmente. Le siguen China, Turquía, Estados Unidos e Irán.
A mediados de siglo XV su consumo se fue expandiendo por todo el continente europeo, popularizándose en Francia. Llegó a América gracias a Cristóbal Colón y, desde ese momento, se extendió la siembra en las zonas cálidas, con poca lluvia.
Cultivo del melón
Para sembrar el melón se necesita de un suelo bien drenado y fértil, de alto contenido de tierra negra y nitrógeno.
Por tratarse de una planta meramente tropical, requiere de una temperatura mínima de 18° centígrados para poder geminar, y que ésta se eleve a 25° durante su período de crecimiento.
Si se quiere sembrar en climas más fríos y templados, debe hacerse obligatoriamente en invernaderos, pero si el clima y el suelo no son los más idóneos, la semilla no crecerá.
Cuando la planta da los frutos, éstos se deben colocar encima de alguna hierba seca, ladrillo u otra superficie para protegerlos de las enfermedades del suelo.
Se sabe que está listo para ser recolectado cuando se separa fácilmente de la planta. Cuando esto sucede, se pone más suave pero su dulzor no variará.
Elección
Quien desee comprar un melón debe asegurarse de que esté duro y libre de marcas. Si está verde, es porque fue cosechado antes de tiempo. Si tiene un olor dulce y delicado, es porque está maduro. De no presentar fragancia, se debe dejar madurar a temperatura ambiente durante dos o tres días, o hasta que adquiera su tono y aroma peculiar.
Variedades de melón
Existen varios tipos de melón cuya forma, color y sabor cambian dependiendo del lugar de cultivo u origen.
El melón amarillo es español, y se reconoce por tener una corteza amarilla y una pulpa blanca cremosa.
El amarillo rugoso es ovalado y grande, mientras que el amarillo redondo es liso, con un peso aproximado de un kilo.
El melón verde español, introducido por los árabes a ese país, es de color verde oscuro con manchas, y puede pesar hasta tres kilos.
El melón rochet es el más precoz de los melones verdes españoles, y se caracteriza por ser aromático.
El melón piel de sapo es bastante largo, de piel rugosa y pulpa verde y crujiente.
El melón green spanish es una variedad tardía, de piel rugosa, con corteza y pulpa verdosa.
Los melones Charentais, Charentais de piel lisa y Charentais de piel reticulada, son de origen francés y se distinguen por su forma redondeada.
El melón Cantaloup es de origen americano y el más producido en el mundo. Se reconoce por su forma redonda y pulpa salmón.
Otros tipos son el melón casaba, melón cucumis melo (híbrido español), marina biga (híbrido españoñ), galia (israelí), bola de 0ro (español), tendral tardío negro, crenshaw, De Bellegarde (francés), orgen (israelí) y haon (híbrido israelí).
Propiedades y beneficios del melón
El agua es uno de los componentes principales del melón y representa el 80% de toda su composición. De ahí que esta fruta sea altamente diurética, y con un escaso poder calórico. 100 gramos de este fruto contienen apenas 52,4 calorías.
No posee colesterol, es bajo en grasa y rico en vitaminas A, B, C, y E. Cuenta con otros nutrientes y minerales como el magnesio, folato, fósforo, potasio, sodio, hierro y calcio.
El potasio y el magnesio son los minerales que más aporta, además de ser uno de los alimentos más ricos en sodio (10 miligramos/ 100 gramos de melón).
El melón también tiene gran cantidad de betacaroteno, una sustancia de acción antioxidante que le aporta el color anaranjado a la pulpa, y que al consumirla se transforma en vitamina A. Es apropiado para reducir enfermedades cardiacas, degenerativas y cáncer.
Por su contenido de vitamina C, el consumo de melón es recomendado para personas intolerantes al cítrico, para niños en periodo de crecimiento, y para mujeres embarazadas.
Es beneficioso para individuos con problemas de alcoholismo debido a minerales como el potasio, magnesio y calcio, contenido que además lo hace productivo para aquellos pacientes con trastornos alimenticios, quemaduras, traumatismos y fiebre.
El agua le permite combatir la hipertensión arterial, mejorar las afecciones sanguíneas y evitar la retención de líquido.
En definitiva, el melón es un fruto altamente depurativo y ligeramente laxante, por lo que reduce el estreñimiento.
Se incluye en la dieta de personas que sufren de gota, reuma y otras patologías renales.
Por su contribución en minerales, debe estar presente en el menú de aquellos que están pasando por anemia, debilidad o convalecencia.
Deja una respuesta