La labranza es una actividad frecuente de los sistemas agrícolas. Consiste en la preparación de la tierra para la siembra, y de ordinario empieza con la quema de la vegetación o de residuos de plantaciones anteriores, con el fin de limpiar el suelo o expulsar animales salvajes o víboras. La finalidad es acondicionar el terreno para lograr una buena cosecha.
El término labrar procede del latín laborāre, cuyo significado genérico era trabajar. La labor de labrar la tierra con un arado se conoce como arar.
¿Cómo se hace la Labranza?
Para ejecutar la labranza primeramente se limpia el suelo o terreno, y luego se procede a la labranza en sí, empezando por el trazado de surcos relativamente profundos, con ayuda de herramientas de mano o con un arado, para remover la capa vegetal del suelo.
Una de las ventajas de la labranza, es que mejora la fertilidad de la superficie. Su efectividad depende de seis acciones fundamentales:
- Ejecutar una labranza apropiada.
- Mantener un aporte adecuado de material orgánico en el suelo.
- Mantener una contribución ventajosa de nutrientes.
- Controlar la contaminación del suelo.
- Conservar una acidez justa en el suelo
- Controlar la erosión.
MÉTODO PARA REALIZAR LA LABRANZA
La forma tradicional de labranza comprende el uso de un arado, el cual se introduce en el suelo y remueve la tierra, desprendiendo o apartando la mala hierba que prospera en el terreno. Esta acción mezcla y ablanda las capas superficiales del suelo, proporcionando una base con la humedad necesaria para que las semillas diseminadas broten.
La tradicional puede ser perjudicial para el suelo si es practicada de forma continua por muchos años, especialmente cuando la capa vegetal o fértil es delgada. Por esta razón, actualmente son numerosos los trabajadores del campo que utilizan el método de mínima labranza para sostener el suelo.
Con el método de mínima labranza, el material vegetal muerto que permanece en el suelo después de la producción se deja encima o a poca profundidad de la tierra. No se entierra como ocurre con el arado, en la labranza convencional. De esta manera se consigue que la humedad se conserve interiormente y no haya erosión del suelo.
FUNCIÓN
La intención de la labranza es acondicionar el suelo para la siembra. De cierta forma favorece la formación de las semillas, así como la evolución, progreso y producción de las plantas sembradas. Asimismo, controla la maleza e incrementa las propiedades físicas, químicas y orgánicas del suelo.
Otras funciones de la labranza son permitir que el agua del riego circule correctamente, acabar con las malas hierbas, ablandar la tierra, optimizar la disposición y aspecto del suelo, impedir encharcamientos debido a las precipitaciones y alejar las plagas o enfermedades.
TIPOS DE LABRANZA
Entre los tipos más destacados de labranza se citan:
- Labranza tradicional o convencional: Se realiza con maquinaria, como arados, que cortan y giran, de forma parcial o completa. los primeros 15 cm del suelo, el cual se airea, afloja y mezcla, facilitando la entrada de agua, la mineralización de nutrientes y la disminución de plagas, animales y vegetales. Este tipo de labranza contribuye a que se reduzca rápidamente la capa superficial y se acelere la degradación de la materia orgánica. Habitualmente, la labranza convencional requiere más de una maniobra con corte y alteración del suelo. En este caso la erosión del suelo es elevada.
- Labranza mínima o conservacionista: Involucra un mínimo paso de la máquina, estimulando la ventilación del suelo, con un menor cambio y mezclado de este. La mineralización de nutrientes se estimula a un compás menor que en el método anterior. En la superficie permanecen más residuos vegetales aferrados a la masa del suelo, lo que conlleva a que la erosión sea menor.
- Labranza cero o siembra directa: No se trabaja el suelo, sino que se planta directamente. La semilla se coloca en un corte vertical de escasos centímetros efectuado con una cuchilla circular o zapata de corte. Se compacta la semilla con una rueda en el surco de siembra, permitiendo su contacto con el suelo húmedo. Esta técnica requiere el control de las malezas con herbicidas antes de sembrar y fertilizar, porque la mineralización natural de los nutrientes del suelo es muy lenta. Es excelente para evitar la erosión del suelo. La limitación mayor, reside en el uso de las sustancias químicas que impurifican las aguas.
- Agricultura de precisión: Su intención es hacer el mejor uso de los insumos: Productos agroquímicos, combustibles, semillas y otros. Trata de impedir el uso excesivo o defectuoso en áreas de poco potencial o de gran productividad. Se fundamenta en mapas de aptitud y de rendimiento. Los mapas de aptitud, de origen estático, detallan el potencial del campo en función de su topografía y la calidad de suelo. Los mapas de rendimiento se consiguen directamente en la cosecha, con instrumentos conectados a satélites que rastrean la capacidad de los lotes, de modo instantáneo y preciso. Así se logra controlar las dosis de fertilizantes según potencial del suelo y la geografía.
Cualquiera sea el tipo de labranza utilizado, siempre se espera obtener buena producción ocasionando el menor daño posible al suelo, para que siga proporcionando beneficios a la población.
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