Existe un género que es oriundo de los suelos africanos, norteamericanos y caribeños. En él se congregan más de 170 variedades de árboles, arbustos y suculentas. Se trata del jatropha, miembro destacado de la familia de las euforbiáceas. Sus especies se distinguen por la presencia de un látex blanco o matizado. Tanto árboles como arbustos pueden ser dioicos o monoicos. Sus folios son alternos o subopuestos, con unos 15cm de dilatación.
Su altura oscila entre los cuatro y ocho metros. El tronco es ligero y de sus tallos erguidos se desprenden ramas macizas. Dan frutos al alcanzar los 45 o 50 años. Durante los periodos secos y fríos pierden sus hojas.
Inflorescencia
Cuando un árbol jatropha ha tenido un desarrollo óptimo, puede florecer entre el primer y el segundo año. Sin embargo, es poco común que ocurra así. Se regularizará la producción de las semillas tras el cuarto o quinto año de vida. Luego de la inflorescencia sólo tardarán tres meses en madurar las semillas. Si en el próximo trimestre las condiciones lo permiten, podría florecer de nuevo. No obstante, en lo sucesivo se comportará como una especie completamente vegetativa.
una jatropha muy representativa
Hay variedades de jatropha que son muy aprovechadas por el hombre. Por ejemplo la Jatropha cuneata que puede alcanzar metro y medio de altura. Sus ramas tienen un tinte rojizo, y posee látex desteñido de apariencia acuosa. Su tallo es fibrosos pero maleable. Sus hojas fasciculadas tienen siete centímetros de longitud y tres centímetros de anchura. Asimismo, su floración es fasciculada, de color níveo, y crece a los laterales de los folios.
Este ejemplar de jatropha puede encontrarse en Texas, Chihuahua y Oaxaca, así como en otros estados del centro de México. Conserva su frondosidad a lo largo del año. En cuanto a su cultivo, hay que decir que precisa de un suelo pedregoso. El sol puede darle de forma directa o estar a sombra parcial.
Su crecimiento va de módico a veloz. Cuando alcanza los 60 cm se poda por primera vez. En los dos años venideros, la poda se hará sólo para garantizar que la jatropha crezca sanamente. Es común que se empleen sus tallos para el tejido de cestos y canastas. Además, sus extractos son útiles para tostar pieles.
Cultivo
Se comienza por recolectar los frutos maduros, pero que estén cerrados. El agricultor deberá dejarlos secar a temperatura ambiente porque así abrirán por sí mismos, y será más sencillo remover la semilla. Además, se prevendrán infecciones.
Posteriormente cada semilla higienizada tendrá que estar a temperatura ambiente durante 12 meses, y otros 18 meses refrigerada. Otra alternativa para reproducir a esta variedad de jatropha es a través de la germinación. Será necesario aplicar el liado, y remojar la semilla de dos a cuatro horas antes de la siembra. Ha de sembrarse en una tierra húmeda, bien drenada y cubrirla con una cantidad superior a las dimensiones de la semilla. En escasos 30 días empezará a germinar.
Conociendo a la jatropha curcas
De hojas perennes y naturaleza monoica, puede encontrarse en tierras mexicanas así como centroamericanas. También existen cultivos en países asiáticos o africanos.
Es reconocida por su amplia resistencia a a los periodos secos. De hecho, puede desarrollarse aún en tierras arenosas y pobres. Los climas que más le favorecen son los propios del trópico.
Puede crecer entre los 0 y 160 metros sobre el nivel del mar. Su látex es muy bien acogido en la medicina tradicional. Por otra parte, se le emplea a modo de cerca viviente y para reforestar.
Las semillas de la jatropha curcas tienen componentes venenosos. Sin embargo, en ciertas áreas mexicanas se registró su consumo sin efectos secundarios. Esto parece indicar que hay variedades con menor presencia de tóxicos.
Su cáscara destaca por su dureza, que comprende más del 35% del peso bruto. En su interior se halla una pepita blanca y blanda que abarca más de 60% sobrante.
USOS
Cada parte de la jatropha curcas tiene sus usos particulares. Se cuenta que la cáscara de sus frutos sirve como abono orgánico, al igual que sus hojas. También se emplean en medicina, pues tiene un efecto antiinflamatorio.
Su látex no se queda atrás, puesto que se le utiliza por sus cualidades como cicatrizante. Las semillas pueden usarse a manera de alimento, heno e inclusive pesticida orgánico.
El óleo de las semillas sirve para la elaboración de velas o jabones. De igual manera, sirve para el desarrollo de biocombustibles. La naturaleza es sabia pues también brinda en la harina de cada semilla, la materia prima para producir biogás.
La variedad podagrica de la jatropha es excelente como planta decorativa. Antiguamente, se usó para hacer tintes rojizos tanto en Méjico como en parte de USA. La especie multifida posee hojas que pueden comerse y están presentes en diversos platos mexicanos. Por último, la especie integerrima goza de un valor decorativo gracias a sus preciosas flores carmesí.
Deja una respuesta