La hierba de sapo es una planta espinosa, originaria de México y de algunas regiones de Centroamérica. Su nombre científico es Eryngium carlinae y pertenece a la familia de las Apiaceae. La popularidad de esta planta, que en muchas regiones es considerada endémica y por lo tanto combatida, recae en que desde hace siglos se le atribuyen propiedades medicinales. En la actualidad, la hierba de sapo está siendo sometida a numerosos estudios científicos para establecer sus reales propiedades curativas.
¿Cómo reconocer a la hierba de sapo? Sus características
La hierba de sapo es una planta espinosa y perenne. En la mayoría de los ejemplares carece de tallo y cuando éste está presente es corto e inclinado y rara vez, erecto. Puede adquirir una altura hasta los 50 centímetros, sin embargo, su sistema de enraizamiento es profundo y muy largo, llegando a alcanzar los 5 metros de profundidad. Esto, sumado a su carácter endémico hace difícil su erradicación de plantaciones y sembradíos, a los que afecta y por eso es combatida.
Sus hojas son basales y se extienden en forma de planta rastrera. Las hojas se disponen a manera de una densa roseta. Los bordes de las hojas presentan pilosidades y se observan aserradas y espinosas. Miden aproximadamente 10 centímetros de largo y 2 centímetros de ancho. Cuando existe tallo, las hojas ubicadas en éste son similares a las basales, pero sin pecíolo.
Las inflorescencias de la hierba de sapo presentan una suerte de cabeza de forma ovoide, de unos 7 milímetros de diámetro y 10 de longitud. En esta cabeza se disponen flores pequeñas, hermafroditas y exhiben colores blancos, azules y morados.
El fruto de estas plantas es del tipo aquenio esquizocarpo, con una ligera forma ovoide y que contienen en su interior una sola semilla.
Propiedades medicinales de la hierba de sapo
Las propiedades medicinales de la hierba de sapo, son conocidas desde los tiempos de las civilizaciones prehispánicas. Los pueblos precolombinos la utilizaban para combatir lo que ellos llamaban mal de “la sangre pesada”.
Aunque hasta ahora, la hierba de sapo, no cuenta con reconocimiento oficial de entidades oficiales e internacionales como la Food and Drug Administration (FDA), los resultados de los estudios científicos han sido más que optimistas, en cuanto las respuestas obtenidas. Equipos de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México han concluido que esta planta ayuda a disminuir las grasas en el organismo, de manera acelerada, de igual forma actúa ante los triglicéridos y el ácido úrico.
El uso de hierba de sapo aparece como una interesante alternativa, que permite combinar los conceptos de la medicina tradicional, en aquellos lugares que, por diversos factores, los avances de la medicina moderna aún se hacen esperar.
También están siendo abordadas las posibles contraindicaciones que el uso de esta planta pueda acarrear. Sus componentes activos no son recomendables para aquellas personas que sufren de hipotensión arterial, trastornos renales y gastritis.
Principales componentes activos de la hierba de sapo
Para saber un poco más de esta planta tan popular en el país azteca, haremos un repaso por los componentes activos más destacados.
La saponina es un glucósido jabonoso que contiene esta hierba. Su acción terapéutica está vinculada, principalmente, como expectorante y depurativo de las vías urinarias y de la sangre. La saponina colabora en bajar los niveles de colesterol en sangre, pero su uso prolongado puede acarrear la irritación de las células bronquiales, gástricas y renales. Este componente activo es el más importante con el que cuenta la planta, pero a la vez puede ser el más dañino sin la debida supervisión profesional.
La hierba de sapo cuenta con flavonoides que colaboran en evitar la oxidación celular, colaboran evitando los daños que puedan provocar los rayos UV. Los flavonoides se encuentran en estudio por las propiedades que tendrían en reducir el crecimiento de las células cancerígenas.
La presencia de fitoesteroles en la hierba de sapo, es importante. Son esteroides y colaboran en la correcta absorción del colesterol por parte del aparato digestivo.
Además, la hierba de sapo, realiza un importante aporte en hierro y en calcio, y a través de sus triterpenos – que dan color a los frutos, tallos, hojas y flores – se facilita la absorción de las vitaminas K, E y A por parte del organismo.
La hierba de sapo, pese a su carácter endémico, es una de las más populares y ancestrales de México y los estudios científicos intentan convertirla en una alternativa en todos aquellos lugares donde las dificultades del desarrollo están más presentes. Combinando, de esta manera, la medicina tradicional con los descubrimientos recientes, que permitan aprovechar este tipo de plantas que la naturaleza provee.
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