La Guzmania es una planta hermosa que destaca por la intensa tonalidad de sus brácteas. Pertenece a la familia de las Bromeliáces y existen 120 especies que nacen espontáneamente en zonas tropicales de América del Sur. Sus hojas brotan del centro y las brácteas se superponen unas sobre otras, formando una especie de capullo, de entre 25 y 40 centímetros de altura, que usan para almacenar el agua. En principio es de color verde, pero a medida que va creciendo, se va tiñendo de amarillo, rojo, naranja o violeta, dependiendo de la variedad. Su media de vida es de dos a tres años.
Las más comunes son la Guzmania lingulata, la Guzmania monostachia y la Guzmania sanguínea. Se distinguen entre sí por los matices de sus hojillas, pero por lo general tienen las mismas características: hojas largas y rígidas, de márgenes lisos, que simulan una roseta.
Alejada de los rayos del sol
La Guzmania no siempre florece, al menos no en un período menor de 24 meses. Cuando lo hace, la flor se cae en un par de días y la mata se marchita, dando paso a la aparición de nuevos retoños. Para que crezca sana y alcance su mayor elevación, debe permanecer en un ambiente iluminado y húmedo.
Los espacios al aire libre no son aptos para ella, puesto que la penetración directa de los rayos solares podría quemar su follaje, así que al adquirir o sembrar una Guzmania, lo mejor será escoger un lugar cercano a la ventana para que absorba solo la cantidad de luz necesaria para su sostenimiento y reproducción.
Debido a su reducido tamaño y a sus bonitas coloraciones, la Guzmania es una excelente alternativa para la decoración del hogar. Una de sus ventajas tiene que ver con su condición de planta epifita, que le permite germinar en las raíces de otras plantas, sin llegar a perjudicarlas, e incluso en superficies como corteza, madera y musgo. Sin embargo, las macetas serán las mejores alternativas para mantenerla y lucirla en todo su esplendor.
Cuidados de la Guzmania
Si bien es cierto que la Guzmania no es muy exigente en sus cuidados, es importante considerar ciertas prácticas que ayudarán a prolongar su vida en las mejores condiciones. El riego y el abonado, por ejemplo, son detalles que deben monitorearse para garantizar su desarrollo, así que si usted es de esas personas que se deja seducir por los matices de la Guzmania, es importante que tome en cuenta estas recomendaciones:
- Pulverizar diariamente la Guzmania con agua no calcárea, prolonga la floración.
- El agua de lluvia también es ideal para el riego. En verano, se debe emplear agua tibia.
- Una buena técnica es sumergir el porrón en agua cada ocho o diez días o en otra vasija con turba mojada.
- Regar 2 o 3 veces por semana en días de calor y una vez cuando haya invierno.
- El agua debe ser limpia. Se debe garantizar su acceso a la roseta central. Si al momento del nuevo riego aun contiene rastros del líquido anterior, se debe extraer ya sea invirtiendo un poco la maceta o utilizando una jeringa.
- Desde comienzos de la primavera, hasta el verano, se debe colocar un poco de abono cada 15 días. Lo conveniente es optar por abono foliar, pero si en ese proceso las hojas llegan a tornarse amarillentas, conviene espaciar el abonado y consultar a un especialista.
- La poda solo es favorable si se observan hojas dañadas. De lo contrario, se aconseja respetar su forma original.
- Los hijuelos pueden trasplantarse cuando tomen una dimensión adecuada. Se pueden separar con una navaja bien afilada y limpia, asegurándose siempre de que contenga raíces y evitando alterar el sistema radicular de la madre. Tras este procedimiento, hay que colocar el brote en un recipiente con una mezcla a partes iguales de turba, mantillo y arena. Se debe soterrar hasta el área donde parten las hojas. Seguidamente se debe regar y colocar en un sitio cálido, siguiendo las sugerencias anteriores sobre el regado y abonado.
¿Cómo escoger una Guzmania?
La mejor forma de seleccionar una Guzmania o cualquier otra planta, es visitando un vivero. Sólo así podrá tener certeza de que ha recibido los nutrientes adecuados. Poniendo atención a los siguientes aspectos, probablemente escogerá la más bonita y sana de las Guzmanias:
- Descarte si percibe una coloración marrón en las puntas de las hojas.
- Si el capullo central está muy cerrado, es posible que no haya recibido la luz apropiada, lo cual puede repercutir en daños a futuro.
- La mejor Guzmania es que la presume de un color vivo en su tallo. Si no lo tiene, es probable que se hayan excedido en su riego y más tarde que temprano, las hojas comenzarán a pudrirse.
- Asegúrese de que las hojas estén frescas, no duras, ni resecas. Si está saludable, las brácteas lucirán brillantes.
Cuidado con las plagas y las enfermedades
Las plantas al igual que todos los seres vivos, corren el riesgo de adquirir enfermedades por acción de plagas, bacterias o factores ambientales. Algunas secuelas son tan graves, que acaban con ellas sin dejar posibilidad de supervivencia. Lo bueno de esto, es que también arrojan señales que dan pistas sobre la posible afección. A continuación, algunos de los “síntomas” que presenta la Guzmania cuando está siendo atacada:
- Tono marrón en las puntas de las hojas: Es un indicio de falta de humedad. En ese caso, se debe rociar todos los días y sumergirla el porrón en otro de mayor tamaño, lleno de turba mojada hasta que recupere su apariencia suave y brillante.
- Hojas inferiores marrones o resecas: Otra señal de poca humedad. Lo ideal es mantener la tierra mojada, más no inundada.
- Deformación de las hojas y presencia de insectos verdes: Una muestra de que la planta ha sido tomada por los pulgomes. Si es poco, con emplean un jabón potásico y mejorar la humedad es suficiente, pero si las hojas están pegajosas y hay muchos animales, hay que recurrir a los insecticidas.
- Coloración negruzca: Si además de esto la planta se pudre en la base, es porque se ha regado demasiado. Emplear un papel absorbente y envolver el tallo ayuda a secar. Sin embargo, la esperanza de vida de la Guzmania en estas situaciones es muy baja.
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