Se conoce como grosella al fruto de las diferentes variedades del grosellero, una planta de hasta 9 metros de altura, herbácea y leñosa, perteneciente a la familia de las Saxifragáceas, que se desarrolla espontáneamente en zonas templadas y frías.
Es un arbusto ornamental que desarrolla una corona disgregada y tupida, con ramas ásperas y hojas puntiagudas.
Origen y distribución
Estas frutas son originarias de Asia y Europa, donde se consiguen en estado silvestre, en las orillas de caminos o torrenteras. Se cree que las primeras plantaciones surgieron en Madagascar y que de allí fueron llevadas a las Indias Orientales, Filipinas, Indonesia, Vietnam del Sur, Laos, norte de Malaya, India, Guam, Hawái y otras islas del Pacífico.
La grosella llegó a Jamaica en 1793 y se extendió por todas las islas del Caribe, las Bahamas y las Bermudas. Se ha establecido en el sur de México, Centroamérica, y se cultiva medianamente en Colombia, Venezuela, Surinam, Perú y Brasil.
Variedades de Grosella
Las variedades de grosella se identifican por su color:
- Grosella negra (Ribesnigrum): Su sabor es muy ácido, y no se utiliza como fruta fresca.
- Grosella roja (Ribessativum): Normalmente de sabor ácido, pero un poco menos que las negras.
- Grosella blanca (Ribesrubrum): También ácida, menos cultivada. De color amarillo blanquecino o rosáceo.
Características de la Grosella
Frutos: Crecen en forma de racimos densos, parecidos a las uvas, pero más pequeños. La grosella es de forma redondeada, carnosa y jugosa. Su color varía de acuerdo a la especie, fluctuando entre rojo, amarillo y morado oscuro. Posee muchas semillas pequeñas, que son consumibles sin causar molestias ni consecuencias.
Las grosellas miden de 1 a 2.5 cm, maduran durante los meses de verano y otoño. Tienen un núcleo fijado en el centro, que luce nervado y desarrolla de 4 a 6 semillas.
Hojas: Las ramas son deciduas, es decir que se desprenden. Son verdes o rosadas, de unos 15 a 30 cm de largo, con hojas de corto peciolo, ovaladas y puntiagudas, de 2 a 7.5 cm de largo. Además, son estilizadas, blandas en su parte superior, y cuentan con dos estípulas en la base.
Flores: Pueden ser masculinas, femeninas y alguna que otra hermafrodita. Son pequeñas y de color rosa. Aparecen en grupos y panículas de 5 a 12.5 cm de largo, enganchadas en las ramas principales y en el tronco, con ausencia de hojas.
Datos sobre el cultivo
Propagación: Su difusión normal es por semilla, pero también se multiplica por injertos, ramas verdes o acodos aéreos. Las plantas obtenidas por semilla originan una carga significativa a los 4 años.
Plagas: La grosella es vulnerable a la oruga Phyllanthus, la cual consume la corteza y las hojas jóvenes, originando defoliación total en pocos días, si no se utiliza un pesticida.
Temporada: En la India, el árbol suele dar dos cosechas al año, entre abril y mayo, y luego entre agosto y septiembre. En las otras zonas, brota en enero, con cosechas disgregas durante todo el año.
Beneficios, propiedades y usos de la grosella
Si hay algo que la distingue, es la abundancia de antocianos y carotenoides, los dos pigmentos naturales responsables de su tonalidad y su potente acción antioxidante que previene el envejecimiento celular.
Es apreciada por médicos y nutricionistas, quienes la consideran un súper alimento que debería consumirse durante todo el año, por su cantidad de vitaminas, sus bajos índices calóricos y sus reducidos niveles de carbohidratos.
La vitamina C es uno de sus principales activos, especialmente en las grosellas negras y rojas. Al igual que otras bayas silvestres, favorecen las funciones intestinales y aportan buenas porciones de calcio, hierro y potasio, que aumentan la resistencia a las infecciones, garantizan la transmisión y generación del impulso nervioso, facilitan la actividad muscular y equilibran el contenido de agua dentro y fuera de las cavidades.
Adicionalmente, la grosella tiene unas pectinas que facilitan la quema de grasa y la disminución del colesterol, a través de las heces.
Estudios realizados han demostrado que las personas que se han habituado al consumo constante de grosella, tienen menos probabilidades de desarrollar cáncer, ya que las pectinas inhiben una proteína que propaga la enfermedad.
Si se padece de hiperglucemia, es decir, poca tolerancia a la glucosa, es bueno incluirla esta fruta en las comidas porque regula eficazmente su absorción.
Particularmente la grosella roja y la negra, se utilizan para bajar las fiebres altas. La negra, destaca a su vez por su composición de sustancias bactericidas y antiinflamatorias, que contribuyen a calmar las intoxicaciones causadas por los alimentos. Su jugo se emplea para subsanar el dolor de garganta.
La grosella blanca, por su alto contenido en ácido málico, es usada para aliviar las dolencias urinarias, así como para mejorar los síntomas del resfriado.
Por otra parte, es una de las frutas más recomendadas para la elaboración de dulces, jaleas y mermeladas.
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