Científicamente se le conoce como Punica granatum, pero su nombre común es granado. Pertenece a la familia Lythracea, y es el árbol de la granada, una fruta que se cosecha de otoño a invierno, en el Mediterráneo, Sudamérica y sur de Estados Unidos, y es considerada en algunas culturas símbolo del amor y la fertilidad.
Sobre su origen han surgido diversas hipótesis. Unos aseguran que proviene de Irán, y otros de la zona de los Balcanes hasta el Himalaya. Incluso, hay quienes suponen que su historia se remonta a 300 a.C, y está reseñada en las escrituras de la Biblia y el Corán.
Lo que no está en discusión, son sus características. El granado es un árbol de hojas verdes y brillantes, que crece entre tres y cinco metros si se siembra en el suelo, y un metro si se planta en macetas.
Su tallo es retorcido, escamoso, espinoso y grisáceo. Le cuelgan unas ramas que germinan, entre abril y junio. Las flores son rojas y hermafroditas. Se desarrollan en solitario o en grupos de dos a cinco, logrando alcanzar un diámetro de cuatro centímetros. Son lustrosas, de forma acampanada, con cinco u ocho pétalos.
El fruto del granado
La granada es globosa y reluciente. Está recubierta por una piel gruesa de color carmesí muy llamativa. Por dentro está repleta de semillas prismáticas y rugosas, envueltas en una pulpa jugosa. Las hay dulces, agrias y sin pepitas. En algunas zonas se producen unas especies nanas, que no son comestibles, y se tienen en vasijas.
Esta fruta se suele consumir en crudo, en jugos o añadida a ensaladas. Es muy apetecida no solo por su sabor, sino también por su baja cantidad de calorías y carbohidratos. Es rica en agua y potasio, por lo que beneficia a las personas con problemas cardíacos.
La granada también contiene ácido cítrico, málico, flavonoides y taninos, componentes que tienen una potente acción astringente, antioxidante, antiséptica y antiinflamatoria. Asimismo, aporta vitaminas C, E, A y B9, y minerales como calcio, fósforo, magnesio, hierro y zinc, entre otros.
Detalles deL cultivo DEL GRANADO
Los climas tropicales y subtropicales favorecen la plantación del granado. En las zonas donde la época de calor coincide con la fase de maduración de las granadas, es donde se recolectan las frutas de mayor calidad. Eso sí, debe proporcionársele suficiente agua y frescura.
Solo algunas variedades como las chinas y el Turquestán, toleran las bajas temperaturas. En invierno pueden soportar los -18ºC. No obstante, las heladas tardías retardan la vegetación y la floración.
Con los suelos no es muy exigente, pero se da en mejores condiciones si se le brinda profundidad y tierras de aluvión. También le “agradan” los suelos alcalinos y, de vez en cuando, agradecen el exceso de humedad.
Quienes se dedican al cultivo del granado, insisten en la necesidad de seleccionar suelos ligeros, permeables y frescos. Lo mejor que tiene, es que es capaz de soportar la sequía, la salinidad y la caliza, pero se deben evitar las tierras de secano porque tienden a causar la caída de la flor y, por ende, la reducción de la cosecha.
La primavera es la época más recomendada para llevar a cabo la plantación del granado, específicamente entre febrero y marzo.
El primer paso es realizar un hoyo de aproximadamente 50 cm, tratando de mantener la humedad, para marcar el terreno. Luego, se debe colocar estiércol, preferiblemente con una fresadora, y cavar unos 50 centímetros para colocar un patrón, con la raíz desnuda, que debió haberse extirpado un día antes del plantel o el vivero. Lo ideal es podar siempre la zona inferior para equilibrar.
Cuidados del granado
La fertilización del granado es importante, pero no debe excederse la cantidad de nitrógeno porque se deterioraría la producción de la fruta. En las fases de engorde y maduración, debe disminuirse a su mínima expresión.
El estiércol o el compost deben reservarse para la primavera y la finalización del invierno. Si es alto en potasio mucho mejor.
El riego debe ser controlado, especialmente en primavera porque podría desencadenar una abundancia de brotes, hojas y tallos que podría contribuir a la infestación de plagas (barrena, pulgones, caparreta y cochinilla) o enfermedades (podredumbre y cribado). Lo conveniente es mantener un equilibro entre la parte vegetativa y la floración.
Un aporte de calcio le vendría muy bien, porque evita que las frutas se rajen.
Podado y aclareo del granado
Entre diciembre y febrero se puede podar el granado para favorecer el flujo de aire en la zona interior. Es vital eliminar ramas enfermas o muertas para lograr el rejuvenecimiento de la planta. Hay que desprender los chupones y dejar unos centímetros de tocón.
Un proceso que no puede faltar es el aclareo, que consiste básicamente en desprender los frutos que hayan sido dañados por el sol. Con este método se busca también controlar las dimensiones del granado. Un árbol con muchos granados dará frutos de pequeño tamaño, que no son muy comerciales. Se sugiere dejar una o dos granadas por pomo. El mejor momento para efectuar el aclareo es el julio. Se pueden hacer dos jornadas, con un intervalo de tiempo de 20 días.
La fecha de recolección de la granada es el septiembre, cuando la fruta empieza a mostrar cambios en su tonalidad. Por lo general se lleva a cabo en dos o tres tandas, puesto que la maduración no siempre es uniforme. Dicha cogida se efectúa de forma manual, con ayuda de unas tijeras, siempre cuidando la fruta, que es sensible a los golpes.
Respetar los tiempos es fundamental. Una granada que se recoja verde, tenderá a arrugarse, y será de muy mala calidad. Si se pasa de maduración se abrirá, afectando su aspecto y sabor.
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