Un total de 19 variedades se congregan en el género Epiphyllum dentro de la familia de los cactus. Este género es oriundo de los suelos centroamericanos y del trópico de Sudamérica.
Comúnmente se le conoce como Orquídea cacto o cactus “orquidea”. Su nombre proviene de la lengua griega y significa “sobre la hoja”. Se le cataloga como especie epífita, porque se desarrollan a partir de otra planta, empleándola como apoyo.
Una particularidad del Epiphyllum es que sus raíces no están en la tierra. Por ello, muchos lo califican como género aéreo. La belleza de sus flores lo hace muy ornamental, pues estas son grandes y coloridas.
características del Epiphyllum
Posee tallos romboides con 5 mm de grosor por 5 centímetros de anchura. Sus flores pueden oscilar entre los 8 y 16 centímetros, cuentan con cuantiosos pétalos. Sus tonos varían entre níveos, pajizos, anaranjados y carmesíes.
Su fruto puede comerse y es semejante a la pitahaya. Sin embargo, es de menor tamaño midiendo máximo 4 centímetros de extensión. La diferencia más notoria que tiene el Epiphyllum con el cactus se manifiesta en la carencia de espinas. De igual manera, se nutren de material orgánico descompuesto y musgo.
Cultivo del Epiphyllum
Será esencial evitar que esté expuesto de lleno al sol. En este aspecto, se distinguen notablemente de los cactus de áreas desérticas. Un buen sustrato será aquel que contengan un tercio de perlita, otro de turba y un tercero de pino triturado.
También conviene evitar los suelos arcillosos, dado que absorben más agua. Al Epiphyllum lo afectan de manera notables las heladas. Las mejores temperaturas para él varían de 7ºC hasta los 21ºC. Precisará de una correcta ventilación.
Se aconseja un abonado quincenal para las estaciones de primavera y verano. De hecho, puede apelarse a opciones solubles. El Epiphyllum requiere un riego constante, hay que evitar que el mantillo seque totalmente.
Una manera efectiva para determinar si necesita regarse, será tocando el sustrato. Si un tercio está seco, será momento de buscar la regadera. Este cuidado ayudará a su crecimiento, en especial durante la época primaveral y veraniega.
Por su parte, tanto en otoño como en invierno debe espaciarse el riego. De cara a tan continuo riego se necesitará un drenaje excelente para evitar que se pudran las raíces.
Otros cuidados
La mejor manera de precisar si hay que trasplantar al Epiphyllum es cerciorarse si tiene numerosas ramas. ¿Cuándo ocurre esto? Suele oscilar entre el segundo y tercer año de vida. De igual forma, la época propicia será tras acabar de florecer. Respecto a ello, conviene saber que le beneficia la época invernal así como la ausencia de luces artificiales al anochecer.
Las altas temperaturas por el contrario ralentizan la floración. En general, las primeras flores pueden apreciarse entre los meses de abril a julio. Aunque dependerá del ejemplar, claro está.
El grueso de variedades del Epiphyllum abre sus pétalos en horas diurnas, también hay excepciones que lo hacen de noche. Existen ejemplares de flores fragantes que son más apreciadas en patios.
Con el Epiphyllum la poda no será un problema, pues básicamente se torna innecesaria. En su lugar, los amantes de la botánica se dedican a retirar hojas maltrechas que puedan deteriorar a la planta.
Reproducción del Epiphyllum
Existen dos alternativas, la reproducción por semillas o por esqueje. En realidad, la primera es infrecuente por ser una opción muy lenta. De tal manera, que la multiplicación a través de esquejes es más común.
Para ello se recogen hijuelos durante el verano. Es decir, a finales de julio o inicios de agosto. Cada esqueje deberá contar con alrededor de 10 a 15 centímetros de longitud.
Estos se guardarán en un área fresca y resguardada por una semana o diez días. Dando chance de que seque el corte que se hizo. Acabado el plazo, se siembra en humus con arena y suelo fértil con una profundidad de un tercio de su longitud.
El tiesto con el Epiphyllum ha de colocarse a la sombra con una temperatura próxima a los 20ºC. En caso de que el esqueje se doble o incline, recurrir al famoso ayudante será la solución.
En el proceso en que se enraíza, su compost necesitará estar humedecido. Al paso de 15 o 21 días habrán echado raíces, entrando así a la etapa de madurez.
¿Cuáles plagas o enfermedades lo afectan?
Este género hace alarde de una buena resistencia ante parásitos o enfermedades. No obstante, hay ciertos síntomas que se necesitan vigilar. Por ejemplo, si se aprecian “arrugas” o “flacidez” será señal de un riego excesivo o un pobre drenado.
¿Parece que sus hojas se han chamuscado? Entonces, habrá que resguardarle del sol que estuvo impactándole de lleno. También es posible que el jardinero detecte grietas de diversos tamaños en el ejemplar.
Con ellas, la planta se “queja” de variaciones importantes en la temperatura a lo largo del día. Por último, es probable que aparezcan manchas blancuzcas en el reverso de sus folios. Esta reacción denota la presencia de la cochinilla de algodón en la planta.
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