Conocido mundialmente por ser el árbol que nos provee de las aceitunas y de diversos productos derivados de éstas, el olivo, es una planta típica de los climas mediterráneos, cuyo cultivo se ha extendido por casi todo el mundo. Perteneciente a la familia de las Oleáceas, por su capacidad de producir aceites, el olivo recibe el nombre científico de Olea europea. Cumple un importante papel económico en numerosas economías regionales. También cumple un reconocido rol simbólico en muchas y antiguas creencias. Recordemos la rama del olivo con la que una paloma anunció a Noé que las lluvias e inundaciones habían terminado.
Principales características del olivo
El olivo puede llegar a medir 15 metros de altura. Su tronco es recto, con un destacado color grisáceo y presenta protuberancias que se van haciendo más notorias a medida que el árbol se hace más añejo.
Las hojas se presentan de manera opuestas, con una clara forma lanceolada. Miden unos 8 cm de largo y se encuentran sostenidas a las ramas por un pequeño pecíolo. En el haz, estas hojas poseen un color verde brillante, mientras que en el envés son de un color blanquecino bastante particular. Este color se debe a que contienen una importante pubescencia que las protege del frío.
Las flores son pequeñas, del tipo hermafrodita. Se presentan en inflorescencias con 4 pétalos de color blanco.
La aceituna, el fruto del olivo
La aceituna es el fruto que produce el olivo y es reconocida por los diversos usos que a este fruto se le da. También, en algunas regiones se la conoce como oliva. Este fruto se distingue por tener sus componentes bien diferenciados. Cuenta con un pedúnculo pequeño, también conocido como rabillo, el epicarpio o piel que va cambiando de color según el desarrollo del fruto, el mesocarpio o carne que es abundante, un hueso o endocarpio de una gran dureza y una semilla. Según la variedad de olivo que se trate, la aceituna puede medir entre 2 y 4 cm.
La piel de la aceituna va variando su color a medida que madura. Desde un intenso y brillante verde. Hasta llegar al negro azulado cuando se encuentran completamente maduras. Las aceitunas verdes que consumimos habitualmente son aquellas que han sido recolectadas en una etapa intermedia de maduración. Las aceitunas negras son las que se comercializan y consumen totalmente maduras.
De la prensada de la carne de las aceitunas se obtiene un aceite con un alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, que se los considera cardiosaludables. Estos aceites obtenidos se comercializan y se reconocen mundialmente con el nombre de aceite de oliva. Que es muy apreciado en la gastronomía mediterránea.
Del procesamiento del fruto del olivo se puede obtener más o menos cantidades de aceite, pero en general se obtiene un 30% de aceite extra virgen.
El cultivo y cuidado del olivo
Por lo general, los plantones, destinados a cultivos de árboles de olivo, se obtienen de viveros, para ello se pueden utilizar dos métodos, seguros:
El primero de ellos consiste en estacas de unos 15 cm de largo. Lo primero que debemos hacer es colocar durante algunas horas nuestras estacas en una solución de hormonas que favorezcan el enraizamiento. Una vez hecho esto, plantaremos las estacas en un sustrato de perlita y colocaremos nuestras futuras plantas a resguardo y en un lugar cálido. Luego de un mes y medio las plantas ya estarán en condiciones de ser trasplantadas.
Otro de los métodos utilizados para la reproducción del olivo es a partir de las semillas, a las que previamente le habremos roto un poco la corteza, para favorecer la germinación. Antes de plantar las semillas es conveniente envolverlas en estiércol. La germinación de las semillas demandará unos 15 o 20 días. Cuando la planta ya haya comenzado a desarrollarse se podrá colocar en las macetas.
Las plantas de olivo que pueden adquirirse en los viveros varían su precio, de acuerdo a su desarrollo, siendo las más caras las que tienen un mayor desarrollo, esto porque son las que producirán los frutos más rápidamente.
Para llevar las plantas de olivo a su lugar definitivo de crecimiento, debemos cavar un agujero de un metro y medio de profundidad por unos 80 cm de diámetro. Colocamos la planta dentro de agujero, bien en el centro y derecha, vamos colocando tierra y la apelmazamos bien, luego regamos de manera abundante. Periódicamente debemos limpiar los alrededores de cualquier maleza que pueda obstaculizar el desarrollo del olivo. Los árboles comenzarán a dar sus frutos a partir del segundo o tercer año.
Los árboles de olivo producen un fenómeno que se denomina vecería. A una cosecha abundante de aceitunas, le sucede un año con una cosecha bastante menor. Este es un fenómeno natural y se desconocen sus causas. No siempre se presenta con la exactitud de un año hacia el otro. Pero el hecho que suceda no debe llevarnos a pensar que los olivos están con algún tipo de problemas.