Preservar la vida del planeta es una tarea ardua que conforme pasan los años se vuelve más complicada. El efecto invernadero amenaza con deteriorarla y la situación se torna cada vez más preocupante. Este fenómeno actúa evitando que la radiación solar que recibe la Tierra sea devuelta rápidamente al espacio, elevando así la temperatura planetaria y propiciando el calentamiento global.
Si bien es cierto que el efecto invernadero surge de forma natural por los componentes presentes en la atmósfera planetaria, también es cierto que se ha ido acentuando con la participación del hombre, principalmente por la emisión indiscriminada de dióxido de carbono y metano. Estudios científicos indican que conforme se acrecienta la expulsión de estos gases, el ambiente estará cada vez más en peligro.
Datos históricos sobre el Efecto invernadero
Fue en 1824 cuando se escucharon por primera vez algunos datos relacionados con la temperatura de la Tierra. El científico francés Joseph Fourier publicó el texto «Observaciones generales sobre las temperaturas de la Tierra y los espacios planetarios», en el que señaló que el planeta se mantenía templado debido a que la atmósfera retenía el calor como si se hallara bajo un cristal. Incluso fue Fourier el primero en mencionar la analogía de este efecto con las condiciones generales de un invernadero.
Más tarde en 1859, el físico irlandés John Tyndall descubrió que el CO2, el metano y el vapor de agua eran capaces de bloquear la radiación infrarroja, provocando el calentamiento global.
Causas del Efecto invernadero
Los excesos siempre son malos y no sólo el dióxido de carbono y el metano pueden resultar dañinos para nuestro planeta. Otros gases como el vapor de agua, el óxido de nitrógeno, el clorofluorocarbono y el ozono, aunque naturales, pueden ser perjudiciales debido a su producción indiscriminada-que data de la revolución francesa-y a la utilización de combustibles fósiles que han favorecido su incremento en la atmósfera.
El efecto invernadero es un proceso necesario para la Tierra y el clima. Sin embargo, la contaminación ha jugado en contra de su adecuado desarrollo. En una situación de absoluto equilibrio, el volumen de energía solar recibido por el planeta debe ser inversamente proporcional al que se envía al espacio, manteniendo la temperatura terrestre estable.
Consecuencias del efecto invernadero
El efecto invernadero provoca cambios drásticos en el clima y el entorno de los seres humanos. Entre las consecuencias más repetidas destaca el deshielo de los casquetes polares, que trae consigo un aumento considerable de los niveles del mar, hecho que pone en peligro de inundaciones a poblados y ciudades enteras.
La desertización es otro daño colateral del efecto invernadero. Debido a las altas temperaturas y a la escasez de precipitaciones, el desenvolvimiento de la agricultura, específicamente las cosechas, puede verse gravemente afectado. Esto no sólo va en detrimento de la actividad económica, sino también de la producción de alimentos.
Los animales también sufren las inclemencias de la contaminación. El efecto invernadero modifica notablemente el comportamiento de las estaciones del año, generando cambios bruscos en las migraciones de aves o en la reproducción de las mismas.
El cambio climático afecta al planeta, único lugar conocido en el que pueden vivir los seres humanos y otras especies. En el último siglo, la temperatura promedio de la tierra ha aumentado un 0,7% y según estimaciones, se espera que alcance hasta 3 °c. Este crecimiento acelerado supondría el cambio más significativo para la Tierra y resultaría casi imposible para cualquier ecosistema adaptarse a él. Muchos simplemente se extinguirían.
daños en la salud
Las personas también pueden ver menoscaba su salud a causa del efecto invernadero. Los gases pueden generar irritaciones en la mucosa nasal, problemas de respiración y afecciones pulmonares. Particularmente el NO2 (Dióxido de nitrógeno) y el SO2 (Dióxido de azufre) promueven la llamada lluvia ácida, que no sólo impacta directamente en el organismo causando tos y otras patologías, sino que arrastra tóxicos de las rocas y suelos a los sistemas de agua potable, aumentando el riesgo de intoxicación por consumo.
Acción conjunta
En 1992, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) impulsó el tratado internacional Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, invitando a los países firmantes a considerar la reducción en la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para evitar el calentamiento atmosférico.
La convocatoria logró el interés de 42 naciones, cuyo objetivo final se basó en lograr establecer un límite a la emanación de GEI a la atmósfera, ideal para contrarrestar los efectos en el sistema climático.
El nivel idóneo debería alcanzarse tras un plazo que permita a los ecosistemas adaptarse naturalmente a las modificaciones del clima, preservar la producción de alimentos sin que el desarrollo económico de cada nación se vea impactado negativamente.
Los países miembros tienen la tarea de establecer inventarios precisos y periódicos, que sean actualizados constantemente, sobre las emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, la materialización de este acuerdo no se ha dado de forma tan satisfactoria. La Convención reconocía que se trataba sólo de un marco de acción que debía perfeccionarse para ser utilizado en el futuro, para así poder unir esfuerzos contra el calentamiento global.
Fue así como en 1997 se sumó la propuesta el Protocolo de Kioto, un convenio internacional que busca disminuir eficazmente las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, muchos países se niegan a aceptar su aplicación, pues consideran que perjudica sus economías.
Acciones individuales para reducir el efecto invernadero
La sociedad también tiene la responsabilidad de aportar su granito de arena en la reducción del efecto invernadero. Desde el plano individual se puede efectuar acciones que pueden contribuir a mejorar la situación. Algunas de ellas son:
- Disminuir el uso de vehículos y en sustitución utilizar bicicletas.
- Implementar motores que empleen combustibles menos nocivos como gas natural o hidrógeno. La electricidad y ciertos alcoholes también están siendo muy usados para crear tecnologías menos contaminantes.
- Efectuar cambios a los motores para que puedan emitir menos gases e incluso andar más kilómetros con menos combustible.
- Hacer uso de las zonas peatonales.
Deja una respuesta