La cúrcuma es una planta ancestral que, hasta el día de hoy, es muy utilizada tanto en la medicina natural como en la gastronomía. Su mayor potencial está en las raíces, las cuales son gruesas, carnosas y con un color amarillo intenso, casi naranja. Tienen un sabor fuerte, entre picante y ácido, que es muy aprovechado en la cocina India, de donde es originario este ejemplar.
La cúrcuma se puede conseguir entera, para luego ser picada o procesada, y en polvo, para ser utilizada como condimento en diferentes recetas. Se dice que es pariente del jengibre, porque ambos provienen de la familia Zingiberaceae. Científicamente es conocida como Cúrcuma longa.
Esta raíz posee una cantidad de nutrientes que le aportan beneficios a la salud, pues es efectiva para mejorar la función del hígado y contrarrestar los ataques depresivos. Además, ayuda a sanar la congestión nasal y la bronquitis. Tonifica la piel, favorece la digestión, es analgésica, limpia la sangre y hasta contribuye en la prevención de algunos tipos de cáncer. Realmente tiene muchas ventajas.
Características de la cúrcuma
Se sabe que la cúrcuma es herbácea y perenne. No llega a medir más de metro y medio de altura. De hecho, crece en forma horizontal y no erecta. Su principal valor se encuentra en las raíces, las cuales son ramificadas y protuberantes, con un grosor similar al de los dedos de las manos. Sus hojas salen directamente del suelo porque no tiene tallo. Por ello es una mata acaule.
Por fuera los rizomas de la planta son de color grisáceo, marrón claro o medio amarillos. Internamente nuestra una tonalidad entre amarilla y naranja bastante fuerte. Su aroma y sabor son penetrantes.
El nombre de Curcuma longa le fue dado, porque las hojas son de peciolo largo, de hasta 115 centímetros, con una vena extensa. La lámina llega a medir entre 70 y 100 centímetros de extensión, por unos 45 centímetros de ancho. Su forma es ancha y se van reduciendo hasta llegar a una punta estrecha y fina.
De la cúrcuma brotan flores hermafroditas y triples. Nacen dentro de una espiga cilíndrica que puede medir unos 20 centímetros de largo, y está cubierta por brácteas de color verde/rojizo. Mientras, las flores son alargadas, cuentan con tres sépalos, tres pétalos e igual número de estambres en el medio. De ellos sólo uno es fértil.
De las flores de la cúrcuma nacen unos frutos de concha rígida que al madurar se abren y tienen tres divisiones en su interior.
Hábitat y cultivo de la Cúrcuma
La mata de cúrcuma se da con preferencia en los climas calientes, donde la temperatura puede llegar a alcanzar los 30° C. Los periodos de lluvia favorecen el desarrollo de sus raíces, no así las bajas temperaturas, ni las heladas extremas, que ocasionan la muerte de sus rizomas.
En algunos países asiáticos se considera una hierba muy común e incluso una “mala hierba” por su rápido crecimiento. En Sangli, India, es donde se encuentran una de las mayores plantaciones de esta mata que se reproduce a través de la siembra de sus rizomas o semillas.
Valores nutricionales
Está claro que la cúrcuma es una hierba cargada de nutrientes. De allí que su uso se ha extendido entre la medicina botánica y la gastronomía. Entre sus componentes se pueden mencionar: curcuminoides (la curcumina es el principio activo de la planta), almidón, grasas, fibra, proteínas, vitaminas, betacaroteno, minerales, fenoles, ácidos orgánicos, esteroides, azúcares y polifenol.
Se puede consumir fresca, procesada o en polvo. El extracto que sacan de la raíz es empleado para la coloración, en la gastronomía, y se comercializa como cúrcuma cruda. La Unión Europea lo identifica como curcumina.
Usos medicinales de la Cúrcuma
Desde hace mucho tiempo atrás, se ha oído hablar de las bondades que aporta la cúrcuma al organismo, por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Su consumo ayuda a estimular el sistema nervioso, lo que es ideal para quienes sufren de estrés.
Ayuda a la vesícula biliar en las funciones del hígado, al eliminar toxinas y otras sustancias; mejora las afecciones respiratorias porque desinflama los pulmones y los limpia, además contribuye con el aumento de las defensas, lo que evita el contagio de gripes y otros virus.
Esta planta también favorece la prevención de enfermedades del corazón, mejora la circulación sanguínea, reduce el azúcar en la sangre, disminuye la inflamación y por ende el dolor en las articulaciones, y funciona como aliada contra la diabetes y el alzheimer.
En la gastronomía
Esta raíz potencia los sabores de las preparaciones. Es un pigmento natural que se puede añadir a los arroces, sopas, guisos, pescados, aves y carnes. Se puede consumir fresca o cocida. También la dejan secar para luego molerla y usarla como especia. Su color amarillento es parecido al de la mostaza.
En algunos países la usan como sustituto del azafrán por ser más económica y de fácil ubicación Por su tintura, es empleada para pintar textiles, lana, algodón, cuero y papel.
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