La cotoneaster es una planta que pertenece a la familia de las rosas (Rosaceae) y se caracteriza por su gran variedad de flores y frutos. Aunque su origen se ubica en Europa, África y Asia, su cultivo se ha extendido a casi todo el mundo. Con los cuidados correctos, se da sin problemas.
El curioso nombre se deriva de los términos cotone, que en latín significa membrillo, y aster, que significa “parecido a”. De allí que podría traducirse como «parecido a membrillo».
Características de la cotoneaster
Este arbusto tiene ramas finas, hojas redondas pequeñas y flores también de diminuto tamaño, que pueden brotar agrupadas en racimos, similares a las rosas. Por lo general son de color blanco o rosado. Suelen nacer en primavera y cuando caen aparecen unos frutos (bayas) rojos o naranjas, que sirven de alimento para las aves.
Existen varios tipos de cotoneaster. Entre las más conocidas destacan la caducifolias, semiperenne y perenne. Cada una de ellas puede crecer extendida en el suelo, o extenderse hasta alcanzar los siete metros de alto. Otras especies de gran popularidad son la dammeri (crece apenas 20 centímetros), sternianus (crece tipo pasto), frigidus (ideal para jardines) y lacteus (verde con flores blancas).
¡Manos a la obra!
Sembrar una cotoneaster es muy fácil. Consigue un ejemplar que aún esté pequeño, y ubica un suelo con buen drenaje, que reciba sol y sombra al mismo tiempo. Si vas a sembrar varias, asegúrate de que haya distancia entre ellas, pues esto les permitirá crecer sin problemas.
Cava un hoyo dos veces más grande que las raíces de la cotoneaster y colócala dentro. Tapa el hueco y riega. Mientras las raíces se acoplan a la nueva superficie, debes echarle agua al arbusto todos los días, sobre todo en verano. Durante el invierno los riegos pueden ser una vez a la semana.
Por fortuna para ti, la cotoneaster no requiere de cuidados extremos. Sólo es necesario eliminar las hojas secas y podarla un poco si quieres que tenga ramas nuevas y tiernas.
Es propicio acotar que las semillas del fruto germinan perfectamente cuando caen al suelo, tras ser picoteadas por las aves. También se pueden extraer manualmente para multiplicar la planta. Cuando las bayas se secan, las semillas lo hacen de igual manera. En ese instante se lavan muy bien con agua tibia, se guardan luego en la nevera, durante unos tres meses, y posteriormente se siembran.
Si deseas, puedes cortar algunas ramas bien leñosas de la cotoneaster, de al menos 20 centímetros de largo, y cultivarla en una maceta. Ésta debe cubrirse con una bolsa de plástico, para preservar la humedad. Un año después, podrás trasplantar tu arbusto al suelo, si lo consideras necesario.
cuidado de la cotoneaster
Si hay algo que caracteriza a la cotoneaster, es que sus ramas pueden desarrollarse de manera desordenada. Claro, sus flores son preciosas y vale la pena verlas tupidas en los arbustos, pero lo ideal es cortar las extensiones que puedan causar accidentes.
El peor enemigo de las plantaciones son los hongos o animalillos que producen daños severos en los árboles, como decoloración, falta de crecimiento y hasta la muerte del ejemplar, por el pudrimiento de las raíces. Si notas hongos (zonas blancas en las ramas), debes podar las zonas afectadas. De este modo, no se propagarán por el resto de la planta. Si hay presencia de insectos, el azufre de cal es un excelente producto para acabar con ellos.
uso Decorativo de la cotoneaster
La cotoneaster, en sus diferentes, versiones, se da muy bien en las superficies, pero también se puede cultivar en macetas. Sólo debes ubicar unos recipientes de gran tamaño, ya que el arbusto crece bastante. al igual que sus raíces.
Riega semillas de cotoneaster en las macetas, que tengan salida de agua. En un mes, verás que la planta ya ha germinado, y estará lista para adornar tu terraza con sus diminutas y coloridas flores.
Algunos especialistas recomiendan practicar la creación de bonsáis con las cotoneaster, debido a que lucen hermosas en tamaño pequeño, perfectas para mesitas de centro.
Asimismo, es buena idea tomar las bayas muy rojas (frutos) y colocarlas en jarrones a modo de decoración. Son muchas las especies emparentadas con este tipo de árbol, así que elige la que más te agrade y se adapte a tus espacios. Más allá de la jardinería y la decoración, la cotoneaster no tiene otros usos importantes.
Más atenciones para la planta
Las cotoneaster deben abonarse una vez al año, por lo menos. Es la mejor manera de prevenir enfermedades en la planta.
Estos arbustos soportan de manera muy efectiva las altas temperaturas y también las heladas de hasta -15ºC.
Un ejemplar muy curioso es la Cotoneaster horizontalis, llamada también enana, por sus pequeñas proporciones. Es muy utilizada por los practicantes de la técnica de bonsái y es perfecta para espacios reducidos.
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