Considerado una de las especias aromáticas más potentes del mundo, el clavo de olor es el capullo seco de un árbol de hoja perenne, de gran tamaño, llamado clavero.
Su intenso aroma y penetrante sabor han sido aprovechados desde el año 200 AC, especialmente por los cortesanos chinos, quienes lo aspiraban y consumían para tener un aliento dulce y agradable, al momento de presentarse ante el emperador.
El clavo de olor pertenece a la familia Myrtaceae, su nombre científico es Syzygium Aromaticum, y se conoce también como clavo aromático, clavo de especias y girofle.
Tiene otras denominaciones adaptadas al idioma o a las costumbres de diferentes regiones, entre ellas Clau de olor (catalán), cravinho o cravo da india (portugués), clou de girofle (francés), nagelein (alemán), chiodo de garofano (italiano) y kruidnagel clove (holandés).
Su uso se ha extendido en la gastronomía, por su gusto particular, ya que puede percibirse picante, astringente, ardiente e incluso con un toque amargo. Sus propiedades curativas también le han dado un sitial de honor en el plano medicinal.
Origen del Clavo de olor
Esta especia es originaria de las Molucas o “Islas de las Especias”, en Indonesia. Allí se acostumbraba a sembrar el árbol de clavero para celebrar el nacimiento de un bebé.
Según las antiguas creencias, si el ejemplar florecía era augurio de buena suerte para el niño, a quien se le preparaba un collar de clavos de olor para protegerlo de las enfermedades y malos espíritus.
Desde siglos pasados, el clavo de olor ha tenido gran importancia económica. Durante el siglo XVIII los holandeses mantuvieron un monopolio en torno a la comercialización de esta especia, cuyo kilo equivalía al menos a siete gramos de oro.
Actualmente, el clavo de olor se cultiva en las islas Zanzíbar y Pemba, situadas en la costa este de África, lugar en el que se maneja la mayor producción. También es sembrado en el Caribe y en Centroamérica.
Recolección
El clavo de olor es el capullo de una flor. Los pétalos plegados con los estambres, forman su cabeza. Debe ser recogido a mano, antes de que abra.
El árbol está apto para dar buenos clavos a los 6 u 8 años. Cuando alcanza esa edad, suele “parir” unos 34 kilogramos, que son separados de su pedúnculo y posteriormente secados bajo la luz del sol. Es por esa razón que presenta una tonalidad marrón oscura.
La cosecha se lleva a cabo desde septiembre hasta febrero, y se realiza utilizando varas con las que se golpean las ramas hasta que caen los clavos en unas mallas, colocadas a los pies del árbol.
Características del clavo de olor
El clavo de olor se asemeja a un clavo pequeño y oxidado. Posee una cabeza redonda, rodeada de cuatro puntas (divisiones del cáliz), formada por los pétalos de la flor de la que proviene.
Es similar a la canela por presentar moléculas aromáticas, solo que éste posee una mayor concentración. Las sustancias volátiles que lo conforman representan el 17% de su peso.
Posee compuestos fenólicos, presentes también en la canela y la casia, además de eugenol (80%), propiedad de la que derivan sus múltiples beneficios medicinales.
El clavero
El botón floral del clavo de olor viene de un árbol tropical llamado clavero, y conocido científicamente como Eugenia Caryophyllata.
La palabra “Caryophyllata” significa en griego “hojas de nuez”, debido a la semejanza que guardan las hojas de este ejemplar con las del nogal.
Tarda aproximadamente 20 años en desarrollarse, y llega a alcanzar una altura de 10 a 20 metros. Puede vivir hasta un siglo.
Posee un tallo de forma erecta y de corteza gris. Sus hojas son lanceoladas e inflorescentes racimosas (tirso), y pueden medir hasta 12 centímetros de longitud. Son puntiagudas, ovalanceoladas, verdes y aromáticas, parecidas a las del laurel. Tienen una textura pegajosa, porque están provistas de numerosas glándulas.
Las flores del clavero tienen una forma de panícula al final de las ramas jóvenes. Estas yemas florales presentan en sus inicios una tonalidad pálida, que va cambiando a verde y luego a rojizo, indicio de que están listas para ser recolectadas.
Las flores se cosechan cuando miden de 1,5 a 2 centímetros de longitud. De éstas brotan los frutos o clavos de olor que-en principio-son bayas rojas oscuras, alargadas y pequeñas.
Propiedades y beneficios del clavo de olor
El clavo de olor está compuesto de un aceite esencial rico en eugenol, furfural, vanillina, salicilato de metilo, pirocatecol, metilcetona, pineno y aldehídos valereánicos.
Así mismo posee cromonas, taninos, mucílagos, sitosterol, estigmaterol, resinas, celulosa y ácido oleanólico, entre otros combinados naturales que le otorgan propiedades antibacteriales, anestésicas, afrodisíacas, analgésicas, antiespasmódicas y estimulantes.
El eugenol, por ejemplo, es uno de los componentes claves, ya que previene que la sangre se coagule, beneficio que lo hace idóneo para las personas con problemas cardiovasculares.
Sus poderes analgésicos son sumamente efectivos, tanto así, que es utilizado en odontología, como tratamiento para la dolencia de las caries y procedimientos conductos.
Los flavonoides que contiene, le imprimen poder antiinflamatorios y antibióticos, especiales para reducir los niveles de azúcar en la sangre.
También posee nutrientes como manganeso, vitamina C, magnesio, vitamina K, potasio, calcio y ácidos grasos omega-3.
Por todo esto, el clavo de olor es utilizado para reducir hongos, síntomas de diarrea, cólera, tuberculosis, parásitos intestinales y malaria. Alivia, además el dolor de cabeza y estimula la circulación.
¿Cómo usar el clavo de olor?
En caso de sufrir de náuseas o algún dolor e hinchazón estomacal, es efectivo mezclar polvo de clavo de olor con miel.
Los gases se pueden aliviar con una infusión preparada con dos o tres clavos de olor en un hervor de 10 minutos. Se puede endulzar con miel.
Para tratar el dolor de cabeza es recomendable mezclar clavo de olor, sal y agua. Esta pasta debe aplicarse en la frente y sienes.
Una solución de ¼ de aceite de oliva con una gota de aceite de clavo de olor colocado en el diente o muela infectada, permitirá calmar el dolor. Asimismo, se puede humedecer un algodón en aceite de clavo, para producir un efecto de anestesia.
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