Ginkgoaceae 1
Ginkgo biloba
El ginkgo biloba, un árbol venerado tanto por su antigüedad como por sus propiedades medicinales, es una de las especies vegetales más fascinantes en el mundo. Originario de China, este árbol ha sido testigo de la evolución de todas las especies que habitan el planeta. Su relevancia no solo se limita al ámbito botánico, sino que también tiene un papel importante en la medicina tradicional y la cultura popular, destacándose por su uso en la herbolaria y por su simbolismo cultural profundo.

Considerado un «fósil viviente» por Charles Darwin, el ginkgo biloba es una de las especies superiores vivas más antiguas del planeta. Este árbol ha captado la atención de la industria farmacéutica gracias a sus múltiples propiedades medicinales, siendo utilizado principalmente para tratar dolencias relacionadas con el sistema circulatorio. Además, es apreciado como una planta ornamental debido a los vibrantes colores que exhibe durante el otoño.
Descripción y características del ginkgo biloba
El ginkgo biloba es un árbol caducifolio dioico, lo que significa que existen ejemplares masculinos y femeninos. Pertenece a la familia de las ginkgoacáceas y puede alcanzar una altura promedio de 30 metros. Los ejemplares masculinos tienen una forma de copa piramidal, mientras que los femeninos presentan una parte superior más redondeada y ancha. El tronco del ginkgo es erecto y su corteza es de un color gris claro con surcos bien marcados.
Las hojas del ginkgo son coriáceas y de un color verde amarillento. Miden aproximadamente 12 cm de largo y 10 cm de ancho, y tienen dos lóbulos, lo que da origen al nombre biloba. Los nervios parten del pecíolo en forma de rayos.

Las flores varían según el género del árbol. En los masculinos, las flores son amarillas y abundantes, apareciendo en amentos. En los femeninos, las flores también son amarillas, pero nacen aisladas o en parejas sobre largos pedúnculos. La floración del ginkgo, que ocurre en otoño, es un espectáculo digno de admiración.
Los frutos, en realidad falsos frutos, son drupas comestibles de forma ovoide o redondeada, alcanzando un tamaño de hasta 5 cm. Al madurar, adquieren un color amarillo y emiten un olor desagradable. Dentro de ellos se encuentran una o dos semillas protegidas por un hueso duro, similar a una nuez.
Propiedades farmacológicas del ginkgo
La medicina tradicional china ha valorado el ginkgo biloba durante milenios por sus acciones terapéuticas. En la actualidad, las hojas del árbol son utilizadas en la herbolaria moderna para obtener extractos ricos en flavonoides. Estos compuestos mejoran la circulación sanguínea, haciendo más eficiente la irrigación de los tejidos.

Este beneficio es especialmente relevante para personas mayores o que sufren de trastornos relacionados con la senilidad, ya que el ginkgo ayuda a contrarrestar síntomas como la pérdida de memoria, el cansancio, la confusión, la depresión y la ansiedad.
Numerosos estudios han demostrado que los flavonoides del ginkgo reducen la tendencia de las plaquetas a aglutinarse, disminuyendo así el riesgo de formación de coágulos en venas y arterias, y por ende, reduciendo el riesgo de trombosis. Además, estos flavonoides son efectivos en la recuperación de accidentes cerebrovasculares y crisis cardíacas.
Actuando como antioxidantes, los flavonoides ayudan a neutralizar los radicales libres implicados en el envejecimiento. Aunque se han realizado estudios sobre los beneficios del ginkgo en enfermedades como el Alzheimer, Parkinson y la demencia senil, los resultados han sido inconclusos. Por lo tanto, los pacientes con estas enfermedades no deben sustituir sus tratamientos por el ginkgo.
Actualmente, se investiga su posible uso en el tratamiento de la fibrosis pulmonar.
Aspectos culturales y simbólicos del ginkgo
El ginkgo biloba no solo es valorado por sus propiedades medicinales, sino también por su profundo simbolismo cultural. En la cultura china, el ginkgo representa la dualidad de la vida: el bien y el mal, el hombre y la mujer, el cielo y la tierra, la luz y la oscuridad, el yin y el yang. Su esplendor se muestra en otoño, cuando sus flores amarillas iluminan el paisaje, ofreciendo una oportunidad para contemplar la belleza de estos ejemplares milenarios.
El ginkgo y su resiliencia
Un ejemplo notable de la resiliencia del ginkgo biloba se encuentra en Hiroshima. En 1946, un año después de la explosión de la bomba nuclear, un ginkgo biloba fue hallado a un kilómetro del epicentro. En la primavera de ese año, comenzó a brotar, simbolizando el renacimiento y la continuidad de la vida, mientras que el templo cercano fue destruido por la explosión. Este ejemplar se convirtió en un símbolo del triunfo de la vida sobre la destrucción.