Fabaceae 22
Tamarindo
El tamarindo es un árbol frutal de gran valor ornamental que se cultiva ampliamente en varias regiones tropicales del mundo. Este árbol no solo es apreciado por su belleza, sino también por su fruto, que tiene múltiples usos culinarios y medicinales. Originario de África Tropical y la India, el tamarindo se ha adaptado bien a diversos climas y su cultivo se ha extendido por muchos países. Su nombre científico es Tamarindus indica, y pertenece a la familia Leguminosae.
Características del tamarindo
El tamarindo es un árbol de crecimiento lento, que en su máximo desarrollo puede alcanzar una altura de 24 a 30 metros, con una amplitud de 12 metros y una circunferencia de 7,5 metros. Sus ramas son fuertes y flexibles, lo que las hace resistentes al viento. Su follaje es plumoso, compuesto por hojas pinnadas de 3 a 6 pulgadas, formadas por pequeñas hojuelas alargadas que se pliegan durante la noche. Las flores del tamarindo, de cinco pétalos y color rosa, contribuyen a su atractivo ornamental. La corteza del árbol se caracteriza por su tonalidad grisácea y aspecto resquebrajado.
El fruto del tamarindo
El fruto del tamarindo es una vaina similar a la de los frijoles, con una forma irregular, curva y abultada. Sus dimensiones varían entre 2 y 7 pulgadas de largo, y 4 de diámetro. A medida que madura, su pulpa verde y ácida se vuelve más dulce y jugosa, formando una pasta pegajosa con hilos fibrosos. La cáscara se torna quebradiza y las semillas endurecen. Generalmente, la vaina madura 10 meses después de la floración, conteniendo de 2 a 10 semillas envueltas en una capa protectora. El tamarindo se reproduce por semilla y comienza a dar frutos entre los siete y doce años, siendo productivo hasta los 40 o 60 años.
El tamarindo contiene un 20% al 30% de azúcares, 18% de ácidos orgánicos, 25% de agua y minerales como potasio, hierro y fósforo. También es rico en fibra, carbohidratos y flavonoides.
Beneficios para la salud
El tamarindo ofrece diversos beneficios medicinales. Es conocido por su capacidad para prevenir cálculos renales e infecciones urinarias gracias a su efecto diurético, derivado de su alto contenido de potasio. Además, es útil para tratar estreñimiento y problemas digestivos debido a sus propiedades depurativas. Su consumo, ya sea en jugo o al natural, puede ser parte de un régimen de control de peso. Las hojas del tamarindo también se utilizan para preparar tés que ayudan a regular la proliferación de parásitos intestinales.
Para un buen cultivo
El tamarindo prospera en áreas cálidas y es más susceptible al frío cuando es joven, por lo que necesita protección adicional en climas fríos. Prefiere suelos profundos, con buen drenaje y pH neutro entre 6,5 y 7,5. Aunque puede adaptarse a diferentes tipos de terrenos, estos suelos favorecen su desarrollo. Es esencial proporcionar abundante agua durante el verano para evitar la deshidratación.
El abono es crucial para el crecimiento del tamarindo. Se recomienda aplicar compuestos ricos en nitrógeno y fósforo, especialmente ante cambios irregulares. Una mezcla de 50 gramos de cada componente es adecuada durante los primeros cuatro años. Al finalizar el invierno, antes de la floración, es beneficioso aplicar materia orgánica descompuesta para prevenir enfermedades.
Reproducción, trasplante y poda del tamarindo
El tamarindo es poco exigente en cuanto a cuidados y se reproduce fácilmente por semilla o injerto. Un sustrato arenoso y un alto índice de humedad son ideales para preparar un semillero. La germinación ocurre entre ocho y diez días. Cuando la planta alcanza cinco centímetros, se puede trasplantar a otra vasija. Este procedimiento, conocido como repicado, consiste en trasladar la planta a un matero con alveolos más grandes o pequeños tiestos, cuidando de no dañar las raíces. Esto fortalece tanto el sistema radicular como el foliar, controla la altura de los tallos y permite seleccionar las plantas mejor germinadas para la siembra final.
Con el tiempo, es recomendable eliminar las ramas secas y cruzadas para mejorar el flujo de aire, prevenir enfermedades y favorecer la producción.
Pata de Vaca
También conocido como pezuña de vaca, la pata de vaca es un árbol muy particular que cuenta con unas propiedades medicinales asombrosas. Ciertamente su fama se debe a las diferentes investigaciones que han hecho los expertos sobre la misma y que de aquí, hayan sacado las buenas alternativas de que dispone si la consumimos.