Fabaceae 22
Cacahuete
Muchas son las personas que han degustado alguna vez un rico cacahuete o maní. Su nombre científico es Arachis hypogaea, y aunque suele ubicarse en el grupo de los frutos secos, junto con las nueces y las avellanas, pertenece a la familia de las leguminosas, al igual que las lentejas.
Acacia
La acacia es un género de árboles y arbustos que pertenece a la familia Fabaceae. Su correcta denominación es Acacia sensu lato. Este género de plantas tiene una presencia importante en áreas de suelos desérticos y semidesérticos de Oceanía y África. En Australia puede encontrarse la mayor diversidad de especies de acacia. Estas plantas tienen una rica historia, ya en el antiguo Egipto era considerada y valorada como una planta sagrada, debido a las capacidades curativas que se le atribuía. Con el tiempo su presencia se fue extendiendo y es considerada un árbol ornamental a pesar de las espinas que posee.
Glicina
Tan hermosa como venenosa, la glicina es una de las plantas ornamentales más requeridas por su fresco aroma y las bellas flores de color violeta que nos ofrece. Originaria de China, la glicina es un arbusto caducifolio y trepador, de la familia de las leguminosas y cuyo nombre científico es Wisteria sinesis. Esta planta puede llegar a vivir hasta 100 años y se desarrolla con mayor facilidad en los climas templados. Así como exhibe su belleza, la glicina posee una toxina cuya ingestión es capaz de provocar serios trastornos gástricos, vómitos. Como planta trepadora es posible verla cubriendo muros, pero en algunas regiones se ha convertido en una especie invasora, con un sistema radicular muy invasivo.
Trébol
El trébol es una planta de tres hojas, dispuestas en la punta de un tallo corto y de pequeño tamaño. Alcanza los 60 centímetros y su nombre científico es Trifolum. Pertenece a la familia Fabaceae y al género Amburana, que incluye unas 300 especies.
Robinia
La robinia es un árbol originario del este de los Estados Unidos de América, su presencia se ha popularizado debido a que es una planta ornamental muy apreciada y se la conoce como falsa acacia o pseudoacacia. Pertenece a la familia de las Fabaceae y el nombre robinia proviene del botánico francés Jean Robin que fue quien la introdujo, desde América, a Francia. El uso de la falsa acacia se ha extendido a casi todo el mundo, siendo utilizada para adornar parques, paseos y calles.
Palo verde
El palo verde es un típico árbol del continente americano, ya que su presencia puede observarse a lo largo de todo ese territorio. Es común verlo en el sudoeste de Estados Unidos, México y gran parte de Sudamérica – Argentina, Paraguay, Ecuador, Islas Galápagos – donde crece de manera silvestre o bien cultivado con fines ornamentales. Por ser una planta espinosa, en muchas regiones se la conoce como espinillo. Su nombre científico es Parkinsonia aculeata y debe este particular nombre a un homenaje al biólogo y farmacéutico inglés John Parkinson, mientras que el término aculeata, procede del latín y significa “que tiene agujas”. A pesar que su mayor presencia se registra en climas tropicales y subtropicales, el palo verde es muy resistente al frío.
Mimosa
Muchos relacionan su nombre con una bebida, pero lo cierto es que es una planta muy popular en algunas regiones de América. Se trata de la mimosa, una mata bastante peculiar que pertenece a la familia Favaceae, y se desarrolla comúnmente en la parte húmeda de Brasil.
Algarrobo
Proviene del centro de Chile, el sur de Perú y el oeste de Argentina. Abunda en las regiones mediterráneas, y es un árbol perenne que puede crecer hasta 10 metros de altura. Su nombre científico es Ceratonia siliqua L, pero lo llaman algarrobo.
Albizia
Su follaje es espeso y abundante, similar al de los helechos, y sus flores crecen como lindos ramilletes de delicados estambres rosados o amarillos, que lo han hecho llamar el “árbol de la seda”. Su nombre científico es Albizia Julibrissin, pero se le conoce popularmente como acacia de Constantinopla y parasol de la China. Es originario de Taiwán, Asia y China, pero también se halla en Europa, África y Estados Unidos, específicamente en las regiones tropicales.
Tepezcohuite
Tepezcohuite, conocido científicamente como Mimosa tenuiflora, es una planta que ha captado la atención por sus propiedades medicinales y usos tradicionales. Este arbusto espinoso ha sido empleado desde tiempos prehispánicos por los mayas, quienes lo utilizaban para tratar diversos trastornos cutáneos. En la actualidad, el tepezcohuite ha resurgido en la industria cosmética y farmacéutica, siendo apodado el «árbol de la piel» debido a su eficacia en la cicatrización y regeneración dérmica. Sin embargo, es importante considerar sus efectos alucinógenos, que han sido comparados con los del LSD.

Descripción del tepezcohuite y sus características
El tepezcohuite es un arbusto espinoso que puede alcanzar hasta 8 metros de altura. Sus hojas son alternas y están compuestas de 6 a 9 pares de pinnas, cada una formada por 20 a 40 hojuelas linear oblongas y ligeramente viscosas. Las flores son pequeñas y blancas, dispuestas en densas espigas que pueden medir entre 5 y 8 centímetros de largo. La planta produce vainas oblongas de unos 7 centímetros de ancho y semillas casi ovoides, morenas u oliváceas, que tienen un brillo distintivo y miden de 3 a 5 centímetros de largo.

Hábitat y distribución del tepezcohuite
El tepezcohuite prospera en climas cálidos y húmedos, especialmente en pastizales y matorrales espinosos. Se encuentra principalmente en las partes secas de zonas cálidas y húmedas, integrándose en las selvas bajas espinosas. Esta planta se distribuye desde Brasil hasta el norte de México, con una población abundante en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca y el sur de Chiapas. En algunas regiones de México, se considera una maleza difícil de erradicar debido a su capacidad para invadir cultivos de maíz y áreas agrícolas abandonadas.
Usos farmacológicos y cosméticos del tepezcohuite
Las propiedades cicatrizantes de la corteza del tepezcohuite han sido objeto de múltiples estudios científicos. La actividad biológica se debe principalmente a su contenido de taninos y saponinas. Los ensayos clínicos han demostrado la eficacia de los extractos de corteza de Mimosa tenuiflora en el tratamiento de úlceras venosas de la pierna.

La comercialización de extractos de tepezcohuite ha requerido el desarrollo de métodos de control de calidad para asegurar la autenticidad de la materia prima. Los estudios químicos han identificado los taninos como el componente principal de la corteza, representando un 16% de su composición. El polvo de tepezcohuite se utiliza para tratar problemas estomacales e intestinales, así como para elaborar cataplasmas para afecciones cutáneas. Un uso popular es el tratamiento de granos y heridas, mediante un enjuague casero realizado al hervir la cáscara y enfriar el líquido resultante.
Efectos alucinógenos del tepezcohuite
Investigaciones recientes han detectado la presencia de N, N-Dimetriltriptamina (N, N-DMT) en el tepezcohuite, un compuesto que, en presencia de inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), puede producir efectos psicoactivos similares al LSD. Históricamente, los chamanes combinaban el N, N-DMT con plantas que contenían IMAO para preparar una bebida utilizada en rituales, conocida como Ayahuasca.
Innovaciones recientes en el uso del tepezcohuite
En los últimos años, el tepezcohuite ha cobrado relevancia en la industria cosmética gracias a sus propiedades regenerativas y antiinflamatorias. Estudios recientes han explorado su aplicabilidad en productos para el cuidado de la piel, como cremas antiarrugas y tratamientos para cicatrices. Además, se están investigando sus posibles beneficios en el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas, aprovechando su capacidad para modular la respuesta inmunitaria.

La creciente demanda de productos naturales ha impulsado investigaciones adicionales sobre el tepezcohuite, enfocándose en su sostenibilidad y en la optimización de los procesos de extracción de sus componentes activos, maximizando así sus beneficios terapéuticos y cosméticos.