Árboles 136
Ginkgo biloba
El ginkgo biloba, un árbol venerado tanto por su antigüedad como por sus propiedades medicinales, es una de las especies vegetales más fascinantes en el mundo. Originario de China, este árbol ha sido testigo de la evolución de todas las especies que habitan el planeta. Su relevancia no solo se limita al ámbito botánico, sino que también tiene un papel importante en la medicina tradicional y la cultura popular, destacándose por su uso en la herbolaria y por su simbolismo cultural profundo.

Considerado un «fósil viviente» por Charles Darwin, el ginkgo biloba es una de las especies superiores vivas más antiguas del planeta. Este árbol ha captado la atención de la industria farmacéutica gracias a sus múltiples propiedades medicinales, siendo utilizado principalmente para tratar dolencias relacionadas con el sistema circulatorio. Además, es apreciado como una planta ornamental debido a los vibrantes colores que exhibe durante el otoño.
Descripción y características del ginkgo biloba
El ginkgo biloba es un árbol caducifolio dioico, lo que significa que existen ejemplares masculinos y femeninos. Pertenece a la familia de las ginkgoacáceas y puede alcanzar una altura promedio de 30 metros. Los ejemplares masculinos tienen una forma de copa piramidal, mientras que los femeninos presentan una parte superior más redondeada y ancha. El tronco del ginkgo es erecto y su corteza es de un color gris claro con surcos bien marcados.
Las hojas del ginkgo son coriáceas y de un color verde amarillento. Miden aproximadamente 12 cm de largo y 10 cm de ancho, y tienen dos lóbulos, lo que da origen al nombre biloba. Los nervios parten del pecíolo en forma de rayos.

Las flores varían según el género del árbol. En los masculinos, las flores son amarillas y abundantes, apareciendo en amentos. En los femeninos, las flores también son amarillas, pero nacen aisladas o en parejas sobre largos pedúnculos. La floración del ginkgo, que ocurre en otoño, es un espectáculo digno de admiración.
Los frutos, en realidad falsos frutos, son drupas comestibles de forma ovoide o redondeada, alcanzando un tamaño de hasta 5 cm. Al madurar, adquieren un color amarillo y emiten un olor desagradable. Dentro de ellos se encuentran una o dos semillas protegidas por un hueso duro, similar a una nuez.
Propiedades farmacológicas del ginkgo
La medicina tradicional china ha valorado el ginkgo biloba durante milenios por sus acciones terapéuticas. En la actualidad, las hojas del árbol son utilizadas en la herbolaria moderna para obtener extractos ricos en flavonoides. Estos compuestos mejoran la circulación sanguínea, haciendo más eficiente la irrigación de los tejidos.

Este beneficio es especialmente relevante para personas mayores o que sufren de trastornos relacionados con la senilidad, ya que el ginkgo ayuda a contrarrestar síntomas como la pérdida de memoria, el cansancio, la confusión, la depresión y la ansiedad.
Numerosos estudios han demostrado que los flavonoides del ginkgo reducen la tendencia de las plaquetas a aglutinarse, disminuyendo así el riesgo de formación de coágulos en venas y arterias, y por ende, reduciendo el riesgo de trombosis. Además, estos flavonoides son efectivos en la recuperación de accidentes cerebrovasculares y crisis cardíacas.
Actuando como antioxidantes, los flavonoides ayudan a neutralizar los radicales libres implicados en el envejecimiento. Aunque se han realizado estudios sobre los beneficios del ginkgo en enfermedades como el Alzheimer, Parkinson y la demencia senil, los resultados han sido inconclusos. Por lo tanto, los pacientes con estas enfermedades no deben sustituir sus tratamientos por el ginkgo.
Actualmente, se investiga su posible uso en el tratamiento de la fibrosis pulmonar.
Aspectos culturales y simbólicos del ginkgo
El ginkgo biloba no solo es valorado por sus propiedades medicinales, sino también por su profundo simbolismo cultural. En la cultura china, el ginkgo representa la dualidad de la vida: el bien y el mal, el hombre y la mujer, el cielo y la tierra, la luz y la oscuridad, el yin y el yang. Su esplendor se muestra en otoño, cuando sus flores amarillas iluminan el paisaje, ofreciendo una oportunidad para contemplar la belleza de estos ejemplares milenarios.
El ginkgo y su resiliencia
Un ejemplo notable de la resiliencia del ginkgo biloba se encuentra en Hiroshima. En 1946, un año después de la explosión de la bomba nuclear, un ginkgo biloba fue hallado a un kilómetro del epicentro. En la primavera de ese año, comenzó a brotar, simbolizando el renacimiento y la continuidad de la vida, mientras que el templo cercano fue destruido por la explosión. Este ejemplar se convirtió en un símbolo del triunfo de la vida sobre la destrucción.
Catalpa
La catalpa es un árbol muy apreciado por su tupido follaje, que proporciona una sombra densa y una ornamentación que se ve incrementada por su exquisita floración a finales de la primavera y principios del verano. Originaria de Estados Unidos y del este de Asia, su nombre deriva de la denominación que los nativos de las zonas de Georgia y Carolina – en EE.UU. – le daban a esta planta, llamándola kutuhlpa. La catalpa se utiliza frecuentemente en el ornato de calles, avenidas y bulevares en distintas ciudades, debido a su rápido crecimiento y su atractivo estético.
Descripción y características de la catalpa
La catalpa es un árbol caducifolio, es decir, pertenece a aquellas variedades que pierden todo su follaje durante una época del año, generalmente en los meses de invierno. Las hojas son opuestas o verticiladas, simples, enteras y, en ocasiones, lobuladas. Tienen un largo pecíolo y carecen de estípulas.
Las flores de la catalpa se disponen en panículas o corimbos terminales, con brácteas y bractéolas lanceoladas que suelen ser caedizas. Se caracterizan por tener un cáliz membranáceo y bilabiado, con dos lóbulos ovados en la base. La corola es campanada y gamopétala, con delicados colores amarillos, rosas o blancos. En la garganta se pueden observar líneas y puntos. Las flores poseen un limbo de cinco lóbulos extendidos, con estambres insertos en la base de la corola, de los cuales dos son fértiles. El ovario está dividido en dos lóbulos estigmáticos.
Los frutos son cápsulas cilíndricas colgantes que permanecen durante todo el invierno. Contienen numerosas semillas planas y papiráceas, de color marrón o grisáceo. Las catalpas son árboles muy tolerantes a las bajas temperaturas y requieren suelos bien drenados y poco arcillosos, preferiblemente con un pH neutro. Se recomienda plantarlos a una distancia prudencial de edificaciones y muros, ya que, aunque sus raíces no son muy agresivas, tienden a desarrollarse ampliamente.
Usos y beneficios en el paisajismo
La catalpa es una elección popular en el diseño paisajístico debido a su rápido crecimiento y la belleza de su floración. Estos árboles se utilizan comúnmente en parques y jardines urbanos, proporcionando sombra y un punto focal estético. Además, su resistencia a las bajas temperaturas y su capacidad para crecer en suelos pobres los hace ideales para una variedad de climas y condiciones del suelo.
Además de su valor ornamental, la madera de la catalpa es conocida por su resistencia a la putrefacción, lo que la hace útil en la fabricación de postes y cercas. Sin embargo, su uso más destacado sigue siendo en la jardinería ornamental, donde su presencia es apreciada tanto por su sombra como por su belleza floral.
Especies de catalpa más conocidas
El género de la catalpa está compuesto por 11 especies, entre las cuales algunas de las más populares son:
Catalpa bignonioides
Conocida como catalpa común, alcanza unos 10 metros de altura. Su copa es ancha y bien redondeada, con un tronco corto en relación al tamaño total del árbol. La corteza es de color castaño claro y tiene una textura escamosa. Las hojas, de 25 cm de largo por 18 cm de ancho, desprenden un olor desagradable al frotarlas, mientras que las flores son muy aromáticas, de colores con bandas amarillo-anaranjado y motas púrpuras. La floración de la catalpa común ocurre a finales de la primavera hasta principios del verano, ofreciendo un espectáculo visual.
Catalpa speciosa
Conocida como catalpa del norte, esta variedad es una de las de mayor altura, alcanzando hasta 30 metros en estado silvestre. El tronco tiene una corteza delgada de color rojizo con ranuras marcadas y escamas gruesas. Las hojas son grandes, oblongas, de 30 cm de largo y 20 cm de ancho, de color verde intenso en el haz y más claro en el envés. Las flores son blancas con dos bandas amarillas y pequeños puntos púrpura. Este árbol es originario de Estados Unidos.
Catalpa ovata
Conocida como catalpa china, es uno de los ejemplares más bajos del género, no superando los 10 metros de altura. Tiene una copa ancha y ramificada, con hojas opuestas de 25 cm de largo y 20 cm de ancho, de color verde claro. Las flores son acampanadas, de color blanco con estrías amarillas y algunos puntos púrpura. Este árbol es originario de China, de ahí su nombre común.
Catalpa bungei
Conocida como catalpa de Manchuria, es otro árbol bajo, alcanzando hasta 10 metros de altura. Las hojas son triangulares y se unen a las ramas por un pecíolo corto. Las flores, de color rosado o blanco, destacan por tintes amarillentos y puntos marrones en los pliegues. Este árbol también es originario de China, y su nombre científico rinde homenaje al naturalista Alexander von Bunge, quien recolectó y estudió estas especies en Siberia y distintas partes de Asia.
Manzano
Conocido por su deliciosa fruta, la manzana, el malus doméstica o simplemente manzano, es un árbol cuyo origen se cree que estuvo en el Cáucaso y que luego se fue extendiendo por todo el mundo. Durante más de 15 mil años, esta planta ha sido domesticada por el hombre para aprovechar sus frutos, que constituyen un componente esencial de una dieta balanceada. Existen más de mil variedades de manzanos que son el producto de distintas hibridaciones logradas a través del tiempo. Actualmente, no hay un país en el mundo donde no se consuman los frutos del manzano.
Características del manzano
Perteneciente a la familia de las Rosáceas, el manzano es un árbol considerado de tamaño mediano, que puede alcanzar hasta 12 metros de altura. Es una planta caducifolia con una copa redondeada, y si se observa detenidamente, sus abundantes ramas crecen de forma casi horizontal. Su tronco presenta una corteza agrietada que, normalmente, se desprende en forma de placas.
Las hojas del manzano son apenas pecioladas, de forma oval, con una pubescencia marcada en el envés. Destaca su color verde intenso, y si se toma una hoja con las manos y se frota, se puede percibir el agradable aroma que despide.
El manzano presenta inflorescencias del tipo umbeliforme o corimbiforme, cada una de ellas con 4 a 8 flores hermafroditas. El manzano florece en primavera, precediendo la aparición de las hojas. La manzana, su fruto en forma de pomo, varía en tamaño y color según la variedad, pero suelen ir de un rojo intenso a un verde claro. En el centro de la abundante pulpa, el fruto del manzano cuenta con 7 a 10 semillas pequeñas. La mayoría de las variedades de manzano maduran en otoño.
Importancia cultural e histórica del manzano
Sin importar nuestras creencias religiosas, todos sabemos que la manzana es una pieza clave en los libros del Génesis del Antiguo Testamento. Allí se utiliza como símbolo del pecado y el árbol de la vida se representa por un manzano en el Edén. Más allá de sus aspectos simbólicos, el manzano es un árbol que desde la antigüedad ha sido domesticado para aprovechar sus frutos para el consumo.
La teoría que establece el origen de este árbol en el Cáucaso y la zona del Turkestán se vincula con el hallazgo de numerosas variedades silvestres en la región. En la actualidad, el manzano no solo es apreciado por sus frutos, sino también por su presencia en la cultura popular y su valor ornamental en jardines y paisajes.
Cultivo del manzano
El cultivo de este árbol está siempre relacionado con la variedad que se elija. Sin embargo, el más común, el malus doméstica, es una especie que prefiere climas templados a frescos y no es apta para climas tropicales y subtropicales.
Puede reproducirse a partir de sus semillas o esquejes, aunque en muchos casos se opta por utilizar patrones injertados. Antes de plantar los árboles, es necesario preparar el suelo, trabajando la tierra hasta una profundidad de medio metro. Es importante enriquecer el suelo con una buena cantidad de estiércol y fertilizante para facilitar un crecimiento más saludable de la planta.
Al colocar el patrón en el suelo, se debe hacer un hoyo que sea un tercio más grande que el diámetro de las raíces. Se recomienda acompañar la planta con una estaca que sirva de guía de crecimiento y atar la planta a la estaca. Cuando el árbol comienza a crecer, es necesario establecer un surco alrededor de la planta para que el agua de riego no se escape, ya que en los primeros años de vida, el manzano requiere de abundante tierra húmeda. Este surco debe ser rastrillado periódicamente para eliminar la hierba que se forma en él.
Cuidados del manzano
Durante todo el proceso de enraizamiento, el manzano debe ser regado de forma periódica, ya que necesita que la tierra esté húmeda de manera permanente. Una vez que las raíces se han desarrollado, si la región cuenta con buenas precipitaciones, bastará con el agua de lluvia. En cambio, en las regiones secas, se deberá disponer de un sistema de riego permanente.
La poda del manzano es una de las tareas más importantes para asegurar la salud del árbol. Se recomienda una poda de invierno, en la cual se retirarán todas las ramas laterales y secundarias, fortaleciendo así las ramas principales y asegurando una mejor floración y frutos más saludables.
Por último, el cuidado del manzano requiere una buena labor de escardeo de la tierra, cubriendo todo el perímetro del suelo que cubren las ramas. De esta manera, se elimina toda la hierba que crece bajo el árbol, permitiendo que acceda a todos los nutrientes que le proporciona el suelo, sin competencia.
Árbol milenario, el manzano sigue siendo un proveedor de uno de los frutos más apreciados por la humanidad, no solo por su valor nutricional, sino también por su relevancia cultural e histórica que ha trascendido fronteras y generaciones.
La casuarina
Conocida como pino australiano, la casuarina no es una conífera ni guarda parentesco de familia con los pinos. Este árbol rustico y robusto, pertenece a la familia de las casuarinaceae. Son árboles perennes, resistentes a diversos climas. Si tenemos que mencionar cuál es la principal diferencia entre una casuarina y una conífera, diremos que la primera es una planta del tipo de las angiospermas y las coníferas son gimnospermas. Son plantas de uso forestal y ornamental, muy requeridas por su gran resistencia a distintos tipos de climas y suelos.
Drácena
Quizás el nombre de drácena o dracaena no signifique nada para usted. Puede confundirse con alguna enfermedad o término científico, pero lo cierto es que en su casa es casi seguro que tenga o haya tenido alguna. La drácena es una de las plantas ornamentales más comunes. Esto se debe principalmente a la sencillez de su cultivo y a su longevidad.
Nogal
El nogal, que presenta una importante envergadura, ya que puede llegar a medir unos 30 metros, es un árbol muy reconocido por los frutos que nos provee. El nogal común o Juglans regia es la que nos obsequia ese exquisito fruto al que denominamos nuez. Existen 59 especies en la familia de las Juglandáceas, a la que pertenece. Es originario de Asia Menor y del sudeste de Europa. Su cultivo se ha extendido a la mayoría de los climas templados debido a los usos que presenta, tanto de sus frutos como de su madera.
El olivo
Conocido mundialmente por ser el árbol que nos provee de las aceitunas y de diversos productos derivados de éstas, el olivo, es una planta típica de los climas mediterráneos, cuyo cultivo se ha extendido por casi todo el mundo. Perteneciente a la familia de las Oleáceas, por su capacidad de producir aceites, el olivo recibe el nombre científico de Olea europea. Cumple un importante papel económico en numerosas economías regionales. También cumple un reconocido rol simbólico en muchas y antiguas creencias. Recordemos la rama del olivo con la que una paloma anunció a Noé que las lluvias e inundaciones habían terminado.
El roble
Con el término de roble suele hacerse referencia a una importante variedad de especies que pertenecen al género Quercus. Pero en esta oportunidad nos referiremos a su variedad más común y reconocida: el roble común o Quercus robur. Un árbol de gran porte que es sumamente apreciado por su madera. Originario de Asia, el roble posee un hábitat más extendido en todo el hemisferio norte, pero se lo puede hallar en los climas cálidos de otras regiones. Estos árboles se encuentran en peligro de extinción debido a la tala indiscriminada y su lentitud para reproducirse, lo que ha impulsado diversas acciones proteccionistas, destinadas a su preservación.
El peral
Uno de los árboles más apreciados por sus frutos deliciosos, jugosos y nutritivos, es el peral. Correspondientes al género Pyrus, el peral pertenece a la familia de las rosáceas, es decir que comparte familiaridad con el manzano. Existen 30 variedades tipificadas de este género de árboles frutales. Originario de los climas templados de Europa y África, su cultivo se ha extendido como consecuencia del aprovechamiento y comercialización de sus frutos. En la actualidad, las variedades conocidas son el resultado de procesos de selección a partir de los perales silvestres y los perales asiáticos.
El cedro
El cedro, conocido por formar parte del grupo de las coníferas, es un árbol de gran tamaño perteneciente a la familia de las pináceas. Este árbol se destaca por su copa de forma cónica y su madera aromática, lo que lo convierte en una elección popular como árbol ornamental en diversas regiones del mundo. Su origen se localiza en Oriente Medio, el Himalaya y el norte de África. En el Líbano, el cedro tiene un significado especial, ya que es el árbol nacional y su símbolo se encuentra representado en la bandera de ese país. Además de su valor ornamental, el cedro es altamente valorado por su madera, que se utiliza ampliamente en ebanistería para la fabricación de muebles finos y otros productos de alta calidad.
La madera de cedro es particularmente apreciada por su resistencia a la humedad y a las plagas, lo que la hace ideal para la construcción de armarios, baúles y revestimientos que requieren durabilidad y un acabado elegante. En la antigüedad, el cedro también fue empleado en la construcción de templos y embarcaciones, debido a sus propiedades únicas. En la actualidad, su uso sigue siendo relevante en la fabricación de instrumentos musicales, como guitarras y violines, donde su resonancia natural y calidad sonora son muy valoradas.
Conociendo al cedro y sus características
Los cedros son majestuosos árboles que pueden alcanzar alturas de entre 25 y 50 metros. Sus hojas perennes tienen una forma distintiva de agujas delgadas, de color verde, que miden aproximadamente 4 cm de longitud. Estas hojas crecen de manera aislada en los brotes de las ramas más jóvenes y en forma de ramillete en las ramas que tienen más de un año de edad.
Al igual que otras coníferas, el cedro posee estructuras femeninas de semillas en forma de conos, comúnmente conocidas como piñas. Estos conos alcanzan su madurez en el transcurso de un año, momento en el cual se desintegran, liberando semillas maduras que facilitan la reproducción de estos árboles.
Las flores del cedro se agrupan en inflorescencias, son pequeñas y emiten un olor característico que puede ser algo desagradable, similar al del ajo. El fruto del cedro se presenta como una cápsula que contiene numerosas semillas aladas.
El hábitat natural de los cedros se encuentra principalmente en regiones de clima cálido y húmedo, donde existe una estación seca bien definida. Prefieren suelos profundos, frescos y con buen drenaje, lo cual es esencial para el desarrollo saludable de sus raíces.
Los cedros son árboles extraordinariamente longevos, capaces de vivir hasta 2000 años, lo que les permite desempeñar un papel importante en sus ecosistemas como fuentes de madera y hábitats para diversas especies.
Principales variedades de cedro
Existen cuatro especies muy reconocidas de árboles en este género, cada una con características particulares y bien definidas:
- El cedro del Himalaya es el exponente más grande de esta especie. Puede alcanzar los 70 metros de altura, y sus hojas, en forma de agujas, son notablemente más largas que las de otras variedades de cedros. También se le conoce como «Deodar», un nombre de origen sánscrito que significa «madera de los dioses». Los conos de esta variedad presentan escamas encrestadas, lo que los hace distintivos.
- El cedro del Líbano es originario de las zonas montañosas del Mediterráneo, principalmente en Siria, Líbano y Turquía. Estos árboles alcanzan su máximo desarrollo en áreas montañosas. Su tronco es más grueso en la base, y aunque sus ramas son horizontales, presentan una ligera caída. La copa tiene una forma piramidal y sus conos son circulares. Esta especie está amenazada y en peligro de extinción debido a la explotación de su madera, que es pesada, densa, duradera y aromática.
- El cedro de Chipre es una especie con una distribución muy limitada, ya que se encuentra casi exclusivamente en la isla de Chipre, cercana a Grecia. Este cedro tiene una envergadura menor en comparación con sus parientes, alcanzando solo unos 20 metros de altura. Sus hojas, también en forma de aguja, no superan un centímetro de longitud.
- El cedro del Atlas, conocido también como cedro plateado, se sitúa entre el cedro del Himalaya y el cedro del Líbano en términos de tamaño, pudiendo alcanzar hasta 35 metros de altura. Es originario de Argelia y Marruecos. En muchos países, este árbol es denominado «cedro azul» debido al característico tono azulado de sus hojas.
Existen otras especies denominadas comúnmente como cedros, aunque no pertenecen al mismo género.
La madera del cedro
La madera de cedro es altamente valorada por su versatilidad y múltiples aplicaciones. Su color rojizo, textura compacta, ligereza y aroma distintivo la convierten en una opción preferida para distintos fines. Destaca por su notable resistencia a los insectos, lo que la hace especialmente duradera. Además, su estabilidad y facilidad para ser trabajada la convierten en una elección popular entre artesanos y profesionales.
El uso de la madera de cedro en la fabricación de muebles finos y puertas es ampliamente reconocido. Los lutieres, especializados en la construcción de instrumentos musicales, la prefieren para la producción de guitarras y otros instrumentos debido a sus cualidades acústicas. En ebanistería, su aplicación es fundamental en la elaboración de cajas para habanos, juguetes, elementos de precisión y molduras. Históricamente, la Biblia menciona que el rey Salomón utilizó madera de cedro para construir templos, empleando sus vigas como soporte estructural.
En cuanto a aplicaciones medicinales, la medicina tradicional ha utilizado infusiones hechas con raíces y cortezas de cedro para tratar afecciones bronquiales, catarros y diarreas. En la antigüedad, los egipcios aprovecharon los aceites resinosos del cedro para elaborar perfumes y en los procesos de embalsamamiento. También fabricaban sarcófagos con esta madera, apreciando su resistencia y durabilidad. Los monjes tibetanos, por su parte, empleaban el cedro como incienso, valorando su capacidad para purificar los templos.
El legado cultural y ornamental del cedro
Hoy en día, el cedro sigue siendo un árbol altamente valorado no solo por su historia rica y variada, sino también por su capacidad ornamental, adornando grandes jardines y parques alrededor del mundo. Su presencia en estos espacios no solo aporta belleza, sino también un legado cultural que se remonta a milenios.