El calabacín es una hortaliza, perteneciente a la familia Cucurbitáceas, de donde deriva su nombre botánico Cucúrbita pepo. La planta es de porte rastrero, herbáceo y anual. Es cerdosa y de aspecto frondoso. Su siembra es rústica, de rápido progreso y desarrollable en diferentes épocas del año. Comprende dos variedades: Condensa u oblonga, a la que pertenecen los calabacines, y Ovifera, que se emplea mayormente como ornamento.
El calabacín es un tipo de calabaza, que se consume tierno, antes de que llegue a madurar. Goza de gran popularidad, y se ha convertido en un alimento infaltable de la comida mediterránea, degustándose en tortillas, rellenos, guisos, cremas o sencillamente salteado en la sartén.
Incluirlo en la dieta diaria es muy sencillo porque se adapta a decenas de recetas, todas sanas, ricas y apetitosas. Combina muy bien con carnes, aves y demás hortalizas. Para las ensaladas cocidas es perfecto y delicioso.
Origen del calabacín
Se desconoce a ciencia cierta si el calabacín es oriundo de Asia Meridional o de América Central. Lo que sí se ha encontrado en algunos escritos, es que era consumido por los egipcios, los griegos y los romanos; pero fueron los árabes quienes lo introdujeron en países del Mediterráneo. Llegó a Europa luego de la II Guerra Mundial.
Características DEL CALABACÍN
La planta del calabacín posee un tallo con cerdas pentagonales y sin espinas, que presenta un eje central de crecimiento limitado, donde se insertan las hojas. Es asurcado con cinco caras y áspero al tacto. El pedúnculo, pentagonal se une al fruto, y es una parte desarrollada del tallo.
El fruto es una baya carnosa, cilíndrica y alargada, parecida al pepino. Su tamaño varía según la subespecie. Se “viste” con un polvo blanco cuando madura. Comúnmente es de color verde, pero también lo hay amarillo y blanco, y se consume cuando está tierno. Puede llegar a los 50 cm de largo y 12 cm de diámetro. Cada planta logra producir entre 8 y 15 kg de frutos.
Las flores del calabacín son comestibles, grandes, anaranjadas y acampanadas. Los pétalos muestran pronunciados lóbulos, en forma puntiaguda, de un hermoso color amarillo.
Puede haber flores masculinas y femeninas en un mismo tallo, por lo que es normal que algunas no originen frutos (las masculinas). La ventaja, es que pueden ingerirse fritas cuando se hallan todavía en capullo.
Las hojas también son grandes, palmeadas, redondeadas, con los bordes aserrados y lobulados. Son verdes con manchas blancas en las nervaduras. Los pecíolos son largos, huecos y recubiertos de vellos.
El calabacín exhibe una raíz principal de la que brotan las secundarias. Su progreso depende del tipo de cultivo. En terrenos arenosos, se da entre 25 y 30 cm de profundidad. En superficies áridas y no protegidas, el avance es más profundo, de 50 a 80 centímetros.
Reproducción y cultivo
El calabacín es fácil de sembrar a partir de semillas, y se cuenta como una de las hortalizas más productivas. Una sola planta puede dar frutos durante todo el verano. Requiere de mucho sol y climas cálidos, con temperaturas que oscilen entre los 18ºC y 25ºC. No resiste temperaturas inferiores a los 8º C.
La siembra del calabacín se realiza directamente en el suelo o en una capa de arena, a razón de 2 a 3 semillas, que se esparcirán juntas, para que al brotar, fragmenten el suelo con mayor facilidad. Se deben cubrir con 3 o 4 cm de tierra o arena, según corresponda. La plántula germina de 5 a 8 días, y en terreno arenoso en 2 o 3 días.
Beneficios del calabacín
Como cualquier vegetal, la contribución grasa del calabacín es escasa, por lo que es recomendable incluirlo en toda clase de dietas, especialmente las de adelgazamiento. Por ser ligero y fácil de digerir, puede ser consumido por todo grupo de personas, bien sea niño, joven o anciano.
Tiene muy poco contenido calórico, debido a su gran porcentaje de agua. Una de sus características más destacadas, es su gran poder digestivo. Es recomendable para propiciar la desintoxicación del organismo y proteger los intestinos.
El calabacín aporta fibras al cuerpo, por lo que evita el estreñimiento. Al poseer bajos índices de hidratos de carbono y sodio, y una reducida proporción de lípidos y proteínas, es ideal para los individuos diabéticos e hipertensos.
Por otra parte, se compone de una gran cantidad de minerales como fósforo, potasio y magnesio, que son esenciales para la prevención de enfermedades.
Propiedades medicinales
El calabacín es un antipirético natural, muy útil para bajar la fiebre producida por patologías infecciosas o de cualquier orden. Es antiespasmódico y laxante, recomendado para tratar espasmos estomacales y diarrea. También es vermífugo, por lo que resulta provechoso para pacientes con parásitos intestinales.
El calabacín es también un potente diurético que estimula la eliminación de líquidos del organismo, por lo que se suele incluir en tratamiento de infecciones urinarias, cistitis y nefritis.
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