Su tono morado intenso y ese brillo peculiar que refleja cuando está recién cosechada, “invitan” a probarla. Por dentro tiene una consistencia esponjosa y una gran cantidad de semillas cónicas casi imperceptibles al paladar. Hay muchas variedades, pero la más común de las berenjenas, tiene un sabor ligeramente amargo que ayuda a equilibrar el gustillo de otros muchos ingredientes con los que suele ser combinada. En la gastronomía italiana es quizá donde más “explotan” la berenjena y sus virtudes, pues la usan para preparar lasañas, bocaditos, carpachos, antipastos y otros tantos platillos. Puede comerse frita, asada, en crema, salteada, guisada, gratinadas, a la parrilla y horneada, pero nunca cruda. Es muy versátil y una de las verduras más saludables.
Características de la berenjena
La berenjena (Solanum Melongena) es una de las pocas especies de la familia Solanácea que es apta para el consumo humano. Aunque son unas 2300 variedades, repartidas en 75 géneros, la mayoría producen sustancias tóxicas, a excepción de la berenjena, el pimentón, el tomate y la patata.
Por sus características es inconfundible. Su piel es lisa y uniforme. La más común es púrpura y tiene forma de pera, pero también la hay esférica y oblonga, de color rojo, amarillo, blanco e incluso jaspeado. La pulpa es verde o blanca, dependiendo del tipo. Puede medir de 5 a 8 cm de diámetro, y de 10 a 30 cm de longitud. Su peso oscila entre 200 y 300 gramos.
origen de la berenjena
La historia de la berenjena se remonta al siglo 5 aC. Para entonces era cultivada en China y, posteriormente, se introdujo en África e Italia, desde donde se extendió hacia Europa, Oriente Medio y el Hemisferio Occidental. No siempre fue apreciada como producto alimenticio, sino como planta ornamental. El sabor de las primeras especies no era muy agradable, y durante mucho tiempo se mantuvo la falsa creencia de que producía cáncer, lepra, esquizofrenia y otras enfermedades.
En el siglo 18, aproximadamente, fueron surgiendo otras variedades más suaves y su siembra se fue enalteciendo hasta convertirse en una de las verduras más populares en ciertas regiones de Italia, Turquía, Egipto, China y Japón, donde hoy día se conservan las mayores plantaciones del mundo.
Los españoles tienen una especie autóctona denominada Berenjena de Almagro, que se planta en la Comarca de Calatrava, en Ciudad Real, y posee denominación de origen. De color verde, con franjas moradas o negras muy sutiles, se comercializa desde 1940. Es cuasi silvestre y nace de una planta de tamaño mediano y aspecto recto. El fruto es una baya redonda de carne blanquecina que se recoge en otoño para ser sometida a un proceso de manipulación, en el que es pelada, limpiada, seleccionada, cocida, fermentada (vinagre, aceite, sal, ajo, pimentón y comino), rellenada con pimientos, atravesada pon un trozo de hinojo y enlatada o envasada en recipientes de vidrio.
Cultivo de la berenjena
La berenjena es un arbusto perenne, que se cultiva anualmente. Para una buena cosecha, se le debe proveer de sol, suelo semi húmedo y tierra alta en compost y abono.
Es sensible a las bajas temperaturas, por lo que la mejor época para la siembra es en verano. Se puede partir de un semillero, con bandejas de trasplante que estarán listas en un mes. También se puede optar por canteros y luego hacer el trasplante a raíz desnuda, pero esta práctica suele ralentizar el proceso de crecimiento. Sea cual sea el método escogido, deben permanecen a una distancia de dos metros entre hileras y 60 centímetros entre plantas. No conviene exceder las 8 mil matas por hectárea.
La berenjena se da mucho mejor en los campos abiertos y en las zonas cálidas tropicales, por debajo de los 1000 metros sobre el nivel del mar.
Las raíces deben permanecer a una profundidad superior a los 30 centímetros, y el riego puede ser por goteo, surcos o aspersión. La excesiva humedad es contraproducente, pues genera enfermedades que se suelen notarse en la fase de postcosecha.
Lo ideal es que la planta mantenga siempre una altura promedio de 1.5 metros de altura El control de plagas es fundamental. Responde favorablemente al metribuzin en sus fases iníciales, siempre y cuando se evite la rotación con otras Solanaceas, que pudieran causar la proliferación de moscas blancas.
Por lo general se recolecta cuando aun está verdosa y se le protege del sol para que no se manche.
Beneficios y propiedades de la berenjena
Por su alta composición de agua y su poca cantidad de calorías, la berenjena es un producto especialmente beneficioso para el tratamiento de la obesidad, los problemas de circulación y ciertas enfermedades del corazón.
Su concha, principalmente, es rica en Vitamina E y antioxidantes que favorecen la liberación de toxinas y la prevención de patologías como el cáncer, reuma, artritis, gota y padecimientos renales y biliares.
Es antibacterial, diurética y antiviral, ralentiza el envejecimiento y protege las células del cerebro. Además, posee potasio y sodio, esenciales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y cardiovascular.
Sus índices de fibra ayudan a controlar los niveles de azúcar y colesterol, y mejoran la actividad intestinal, evitando el estreñimiento. Para las mujeres embarazadas y para los niños en etapa de crecimiento es provechosa, ya que proporciona ácido fólico.
Adicional a ello, eleva las defensas, previene la anemia, disminuye la insuficiencia hepática y refuerza los músculos. Su cáscara es usada para realizar emplastos que calman las molestias de las quemaduras y afecciones reumáticas.
Conservación y elección
Las mejores berenjenas son las que lucen uniformes, firmes, con una piel lustrosa de color morado oscuro. Conviene elegir las de mayor peso en proporción a su tamaño y desechar las que tengan manchas o estén decoloradas, blandas o arrugadas. Para saber si están en el punto, se puede hacer una ligera presión con la yema de los dedos. Si quedan huellas, es indicio de que están maduras y listas para la ingesta.
Se deben consumir antes de los 8 días porque son perecederas. Refrigeradas se conservan por más tiempo, pero deben mantenerse alejadas de otras verduras y frutas porque se produce una reacción entre ellas que las daña.