Los organismos autótrofos son aquellos que producen sus propios alimentos y no dependen de otros seres vivos para subsistir. Transforman la materia inorgánica sencilla y sintetizan las sustancias esenciales para echar a andar su metabolismo. Se valen de la luz solar o de sustancias químicas para constituir su masa celular y la materia orgánica que, a la vez, servirá de sustento a otra clase de seres, entre ellos los heterótrofos, por eso se les denomina organismos productores y figuran en el primer lugar de la cadena alimenticia, porque de ellos se nutren los animales herbívoros que luego sirven de sustento a los carnívoros. En esencia, su metabolismo permite su propio desarrollo y el de otras especies.
Actuación DE LOS AUTÓTROFOS
El término autótrofo proviene del latín “auto” que significa idéntico, parecido, semejante, exacto, y “trophe” que significa “nutrición”. Como se dijo, ellos obtienen del exterior todo lo requerido para producir internamente su propio alimento.
Son organismos autótrofos las plantas, las algas y las cianobacterias. Todas las plantas realizan el proceso de fotosíntesis, mediante el cual producen nutrientes (glucosa, fructosa, almidón, lípidos y prótidos, entre otros) con la ayuda de la luz solar, y generan el oxigeno necesario para la vida en el planeta. Es decir, los organismos autótrofos son fabricantes de alimentos y permiten la respiración de todos los seres vivos; y no se exagera al decir de “todos los seres”, porque no sólo animan su crecimiento celular, sino el de los heterótrofos, entre ellos los hongos, bacterias y protozoos que se nutren de los autótrofos para su sustento y la obtención de energía necesaria para crear moléculas orgánicas complejas.
Clasificación de los Autótrofos
Las plantas y otros organismos que desarrollan la fotosíntesis se denominan fotolitoautotróficos. En cambio, a las cianobacterias que usan la oxidación de compuestos inorgánicos (anhidrido sulfuroso) o compuestos ferrosos para la producción de energía, se les llama quimiolitoautotróficos. Esta es la clasificación más conocida según la fuente de energía que emplean para sintetizar las sustancias orgánicas.
Nutrición autótrofa
En los organismos autótrofos, a diferencia de los heterótrofos que cumplen siete fases para su nutrición, el proceso es más simple, sin gasto alguno de energía por parte de la célula. El agua, las sales y el dióxido de carbono -entre otras moléculas inorgánicas sencillas- atraviesan la membrana celular y una vez tienen lugar en el citoplasma, las reacciones químicas generan la energía utilizable por la célula para la fabricación de su materia celular, luego se eliminan los productos de desecho. Para hacerlo más claro, los seres autótrofos se alimentan al cumplir tres etapas: El paso de membrana, el metabolismo y la excreción.
Los autótrofos fijan el carbono a través del proceso metabólico llamado ciclo de Calvin. ¿Qué necesitan para cumplir su función? CO2, H2O, Clorofila (pigmento de color verde característico de los vegetales) y energía solar.
Se cree que los organismos autótrofos fueron los primeros en aparecer sobre la faz de la Tierra, aunque hay versiones que difieren de esto. Lo cierto es que si son hoy los más abundantes, lógico, son los primeros en la cadena trófica.
Ejemplos de Organismos autótrofos ¿Cuáles son?
Son organismos autótrofos las bacterias incoloras del azufre, que se alimentan del H2S existente en las aguas residuales; las bacterias de nitrógeno, que transforman el amoniaco en nitratos; y las bacterias del hierro, que oxidan los compuestos ferrosos y los convierten en compuestos férricos. También las cianobacterias, que utilizan el dióxido de carbono como fuente de carbono y son los únicos organismos procariontes que realizan fotosíntesis oxigénica.
Entran en este grupo las algas rojas o rodóficas, contienen clorofila pero también otros pigmentos que las distinguen del resto de las algas, ellas están en las profundidades y pueden ser llamadas plantas o protistas.
Un ejemplo de autótrofo muy común en jardines y canchas es el césped, hierba o pasto, que forma una cubierta densa y está en el grupo de los fotosintéticos.
Igualmente, la margarita, la hortensia y el laurel, algas unicelulares como la diatomea, y las algas verde-amarillas como la Xanthophyceae, el roble albar y el perejil. En el caso de éste último, es cultivado y utilizado como condimento, la planta sólo alcanza los 15 centímetros, pero sus tallos pueden medir 60 centímetros o un poco más. Existen muchos más y, como se mencionó, son importantes para la supervivencia de otros seres vivos.
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