Ciclamen
Una de las plantas ornamentales más bonitas, sobre todo por sus flores y su aroma, es la conocida como ciclamen, aunque en algunos países es más popular como Violeta de los Alpes. Lleva como nombre científico, Cyclamen persicum y pertenece a la familia de las Primuláceas. Esta familia de plantas – integrada por unas 800 especies – prefieren los climas templados o fríos del hemisferio norte, y el ciclamen no es la excepción. Sus flores, con sus atractivos colores, suelen embellecer todo tipo de ambientes y jardines. Requiere de algunos cuidados especiales para un mejor aprovechamiento.
Palmito
El palmito es un producto gastronómico, muy apreciado por su sabor y textura. Éste se obtiene de diversas variedades de palmeras – de allí su nombre – que crecen en varias regiones de Sudamérica. Brasil y Ecuador son los principales productores mundiales de palmitos. Debido a las características de las palmeras de las cuales se obtiene el palmito y del propio proceso de obtención, ha hecho de éste, un producto caro y en algunos casos, ha puesto en riesgo de extinción a las especies de donde se obtiene, ya que el producto se obtiene del corazón de los tallos tiernos de una palmera, denominado cogollo.
Helecho
El helecho es una planta de las denominadas vasculares, es decir que cuenta con un sistema de vasos que transportan ele agua y los nutrientes. Pero a diferencia de muchas otras especies vegetales, el helecho carece de flores y de semillas. Son plantas que crecen en zonas de mucha humedad y una de las características más importantes de los helechos son sus grandes hojas, llamas frondas.
Bambú
Con el nombre de bambú se conoce a una subfamilia de gramíneas de tipo perennes, las Bambusaes. Estas plantas estás representadas por unas 280 especies y por sus características es sumamente apreciada por el hombre y por los beneficios que ofrece al ecosistema. El bambú es una planta que tiene un óptimo crecimiento en zonas de clima tropical y subtropical, aunque algunas especies son resistentes a las bajas temperaturas. Es posible encontrar al bambú en casi todos los continentes, con excepción de Europa. Popularmente es conocida porque sus brotes constituyen el principal alimento de los osos panda, en China.
Doradilla
La doradilla es una planta medicinal que ha capturado el interés de diversas culturas a lo largo de la historia debido a sus propiedades terapéuticas. Originaria de Europa occidental y central, esta variedad de helecho crece principalmente en las grietas de rocas calcáreas. Su uso medicinal se remonta a la antigüedad, cuando ya era conocida por sus beneficios como diurético y antitusivo. La doradilla, cuyo nombre científico es Ceterach officinarum, pertenece a la familia de las Aspleniceae.
Descripción y características de la doradilla
La doradilla es fácilmente identificable debido a su similitud con otros helechos. Posee un rizoma corto y cespitoso, cubierto de páleas lanceoladas de color castaño oscuro o negro con márgenes ciliados. Las frondes, que emergen de los rizomas, pueden alcanzar hasta 15 centímetros de longitud y suelen agruparse en pecíolos verdes, más cortos que la lámina.
La lámina de la doradilla mide entre 4 y 12 centímetros de largo y 2 centímetros de ancho, con una forma lanceolada. El haz de la lámina es verde oscuro y glabro, mientras que el envés es mate y densamente cubierto de páleas plateadas, algunas glandulosas. Presenta entre 6 y 15 pares de pinnas dispuestas de forma alterna, con ápices redondeados y márgenes enteros o crenados. Los esporangios están situados en el envés de la fronde, en soros lineares, y producen esporas pardas ovoideas.
Propiedades medicinales y aplicaciones de la doradilla
La doradilla es valorada en la herbolaria por sus principios activos, que incluyen taninos, ácidos orgánicos y mucílagos. Estos componentes le confieren propiedades diuréticas, coleréticas, hipotensivas, hipoviscosizantes, tónicas y antitusivas. Además, se recomienda su uso para aumentar la diuresis en afecciones genitourinarias como cistitis, ureteritis y uretritis, así como en casos de oliguria, urolitiasis, hiperazotemia, hiperuricemia, gota, hipertensión arterial, edemas y sobrepeso con retención de líquidos.
La doradilla también se utiliza en la prevención de la arteriosclerosis, disquinesias biliares, bronquitis, gripes y resfriados. Las partes de la planta que se utilizan con fines medicinales son las frondes, las cuales se preparan en forma de infusión.
Uso en medicina tradicional
En la medicina tradicional, la doradilla es utilizada para aliviar los síntomas en mujeres en estado de parto, ayudándolas a reducir el consumo de medicamentos. Para estos fines, las hojas secas o frescas se hierven durante unos 5 minutos, y la infusión resultante se puede beber o emplear en baños.
En casos de bronquitis, tos, catarros, problemas renales y períodos de convalecencia, la doradilla contribuye a mejorar las condiciones generales del organismo y a combatir la fatiga asociada a estos estados. Se recomienda preparar un cocimiento con 30 gramos de doradilla por cada litro de agua, hirviendo el agua durante 20 minutos, dejándola reposar 10 minutos y filtrándola. Para aprovechar sus propiedades como tónico pectoral y remedio para la tos, se sugiere consumir el cocimiento caliente, con limón y un endulzante natural.
Hábitat y distribución de la doradilla
La doradilla se encuentra en zonas umbrosas, grietas de muros y roquedos en rocas básicas, desde el nivel del mar hasta los 2700 metros de altitud. Es una especie típica de Europa occidental y central, extendiéndose por la región mediterránea hasta Asia en su zona templada.
Forma parte de comunidades vegetales de la clase Asplenietea trichomanis, caracterizadas por su escaso recubrimiento y compuestas por hemicriptófitos, geófitos y caméfitos que crecen en fisuras de peñascos, cantiles o muros secos. Entre las plantas características de estas comunidades se encuentran Asplenium trichomanes subsp. quadrivalens, Ceterach officinarum, Phagnalon saxatile y Sedum dasyphyllum.
Pingüica
La pingüica, conocida científicamente como Arctostaphylos pungens y perteneciente a la familia Ericaceae, es un arbusto significativo en el ecosistema del sur de Estados Unidos y en casi todo México. En México, se le conoce comúnmente como «manzanita» debido a sus frutos pequeños y redondos que recuerdan a una manzana. Esta planta no solo es vital en su hábitat natural, sirviendo como alimento para diversas especies animales, sino que también es apreciada en la gastronomía local para la elaboración de mermeladas. A lo largo de los años, ha captado la atención por sus usos y propiedades medicinales, especialmente en la medicina tradicional mexicana.

Características de la pingüica
El arbusto de pingüica se caracteriza por sus tallos erectos que pueden alcanzar una altura de entre 1 y 3 metros. Su corteza rojiza y lisa es distintiva, al igual que sus ramas cortas de las que brotan hojas coriáceas, de un verde brillante y forma ovalada o lanceolada. Estas hojas pueden medir hasta 4 centímetros de largo, y las nuevas presentan una apariencia lanosa, un rasgo curioso de la planta.
Las inflorescencias de la pingüica consisten en racimos esféricos formados por numerosas flores. Su fruto, una drupa globosa y lisa de entre 5 y 8 milímetros, es carnoso y comestible. El proceso de maduración del fruto comienza al final de la primavera o a finales del verano, pasando de un color amarillo a un tono café rojizo. Los frutos permanecen en la planta durante uno o dos meses.
La pingüica prospera en suelos secos, poco profundos y ricos en grava y arena, con un pH ácido. Para maximizar la absorción de nutrientes y agua, esta planta establece relaciones simbióticas con hongos del suelo. En áreas afectadas por incendios forestales, las semillas de pingüica requieren escarificación para germinar, lo que demuestra su adaptación a estos ambientes.

Usos y propiedades de la pingüica
La pingüica desempeña un papel crucial en el ecosistema al servir como alimento para muchas especies silvestres. En México, los frutos se recolectan para hacer mermeladas, una tradición que data de antes de la llegada de los conquistadores. No obstante, la falta de un cultivo sistematizado ha limitado los estudios exhaustivos sobre sus propiedades.
En la medicina popular mexicana, la pingüica es valorada por sus propiedades diuréticas. Se recomienda su uso en infusiones a partir de sus raíces, hojas o frutos para aliviar síntomas de enfermedades renales. Además, es utilizada para tratar diarreas, reumatismo, hidropesía e inflamaciones.
Importancia ecológica de la pingüica
La pingüica juega un papel esencial en la restauración de suelos erosionados y en la alimentación de la fauna silvestre. Naturalmente, prospera en terrenos pedregosos donde contribuye a la formación de suelo fértil, facilitando el establecimiento de otras especies. En California, se ha observado que arbustos como la pingüica actúan como nodrizas para especies arbóreas como Juniperus sp. y Pinus monophylla, mejorando el suelo y el microclima.

Como especie clave en la gestión de áreas forestales, su capacidad para responder a incendios y restaurar áreas degradadas es notable. Su estrategia ecológica incluye la producción abundante de frutos, dispersión por mamíferos y aves, y germinación dependiente del fuego. Sin embargo, su propensión a intensificar incendios puede desplazar otras especies si no se gestiona adecuadamente.
Conservación y manejo de la pingüica
La gestión de áreas de transición, que utiliza el fuego para promover el crecimiento de pastos, podría aumentar la densidad de pingüica. Su reemplazo en ausencia de fuego puede tardar hasta 50 años, por lo que las prácticas de extracción mecánica podrían ser necesarias para su sustitución. Dada su importancia ecológica, es fundamental desarrollar sistemas de manejo para conservar esta especie valiosa, que no solo es crucial para la supervivencia de varias especies de vida silvestre, sino también para la generación de sustrato en suelos escasos.
Tepezcohuite
Tepezcohuite, conocido científicamente como Mimosa tenuiflora, es una planta que ha captado la atención por sus propiedades medicinales y usos tradicionales. Este arbusto espinoso ha sido empleado desde tiempos prehispánicos por los mayas, quienes lo utilizaban para tratar diversos trastornos cutáneos. En la actualidad, el tepezcohuite ha resurgido en la industria cosmética y farmacéutica, siendo apodado el «árbol de la piel» debido a su eficacia en la cicatrización y regeneración dérmica. Sin embargo, es importante considerar sus efectos alucinógenos, que han sido comparados con los del LSD.

Descripción del tepezcohuite y sus características
El tepezcohuite es un arbusto espinoso que puede alcanzar hasta 8 metros de altura. Sus hojas son alternas y están compuestas de 6 a 9 pares de pinnas, cada una formada por 20 a 40 hojuelas linear oblongas y ligeramente viscosas. Las flores son pequeñas y blancas, dispuestas en densas espigas que pueden medir entre 5 y 8 centímetros de largo. La planta produce vainas oblongas de unos 7 centímetros de ancho y semillas casi ovoides, morenas u oliváceas, que tienen un brillo distintivo y miden de 3 a 5 centímetros de largo.

Hábitat y distribución del tepezcohuite
El tepezcohuite prospera en climas cálidos y húmedos, especialmente en pastizales y matorrales espinosos. Se encuentra principalmente en las partes secas de zonas cálidas y húmedas, integrándose en las selvas bajas espinosas. Esta planta se distribuye desde Brasil hasta el norte de México, con una población abundante en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca y el sur de Chiapas. En algunas regiones de México, se considera una maleza difícil de erradicar debido a su capacidad para invadir cultivos de maíz y áreas agrícolas abandonadas.
Usos farmacológicos y cosméticos del tepezcohuite
Las propiedades cicatrizantes de la corteza del tepezcohuite han sido objeto de múltiples estudios científicos. La actividad biológica se debe principalmente a su contenido de taninos y saponinas. Los ensayos clínicos han demostrado la eficacia de los extractos de corteza de Mimosa tenuiflora en el tratamiento de úlceras venosas de la pierna.

La comercialización de extractos de tepezcohuite ha requerido el desarrollo de métodos de control de calidad para asegurar la autenticidad de la materia prima. Los estudios químicos han identificado los taninos como el componente principal de la corteza, representando un 16% de su composición. El polvo de tepezcohuite se utiliza para tratar problemas estomacales e intestinales, así como para elaborar cataplasmas para afecciones cutáneas. Un uso popular es el tratamiento de granos y heridas, mediante un enjuague casero realizado al hervir la cáscara y enfriar el líquido resultante.
Efectos alucinógenos del tepezcohuite
Investigaciones recientes han detectado la presencia de N, N-Dimetriltriptamina (N, N-DMT) en el tepezcohuite, un compuesto que, en presencia de inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), puede producir efectos psicoactivos similares al LSD. Históricamente, los chamanes combinaban el N, N-DMT con plantas que contenían IMAO para preparar una bebida utilizada en rituales, conocida como Ayahuasca.
Innovaciones recientes en el uso del tepezcohuite
En los últimos años, el tepezcohuite ha cobrado relevancia en la industria cosmética gracias a sus propiedades regenerativas y antiinflamatorias. Estudios recientes han explorado su aplicabilidad en productos para el cuidado de la piel, como cremas antiarrugas y tratamientos para cicatrices. Además, se están investigando sus posibles beneficios en el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas, aprovechando su capacidad para modular la respuesta inmunitaria.

La creciente demanda de productos naturales ha impulsado investigaciones adicionales sobre el tepezcohuite, enfocándose en su sostenibilidad y en la optimización de los procesos de extracción de sus componentes activos, maximizando así sus beneficios terapéuticos y cosméticos.
Aglaonema
La aglaonema es una planta ornamental muy apreciada por su capacidad para adaptarse a ambientes interiores con poca luminosidad. Originaria de las regiones tropicales de Asia y Nueva Guinea, esta planta es común en oficinas, centros comerciales y hogares. Su follaje siempre verde, decorado con listones plateados, la convierte en una adición estética en diversos ambientes. El género Aglaonema incluye alrededor de 20 especies, siendo la más conocida la aglaonema commutatum, perteneciente a la familia de las Aráceas.
Descripción y características de la aglaonema
La aglaonema es una planta herbácea perenne, conocida por sus hojas siempre verdes que se disponen en tallos erectos, a veces ramificados o amacollados. Estos tallos pueden alcanzar entre 50 centímetros y 1,5 metros de altura, con un diámetro de hasta 6 centímetros. Con el tiempo, los tallos pueden volverse colgantes. Sus hojas son grandes, con pecíolos de hasta 25 centímetros de longitud y una forma elíptico-lanceolada, midiendo 30 centímetros de largo por 12 centímetros de ancho. El color verde oscuro de las hojas se ve realzado por matices gris plateado que se extienden a lo largo de las venas laterales.
La planta presenta inflorescencias axilares, con un espádice de 6 centímetros de color crema que contiene las flores masculinas en su parte superior, mientras que las flores femeninas ocupan la parte inferior, rodeadas por una espata de color verdoso de unos 9 centímetros. Los frutos de la aglaonema son bayas ovoides y alargadas, de unos 25 centímetros. Estas bayas cambian de color verde a amarillo y finalmente a un rojo intenso en su madurez, conteniendo una sola semilla en su interior.
Condiciones de cultivo de la aglaonema
El cultivo de la aglaonema se ha practicado en Asia desde hace siglos, valorada no solo por su belleza ornamental sino también por la creencia de que trae suerte. Introducida en Occidente a finales del siglo XIX, ha sido objeto de múltiples hibridaciones para obtener especies más resistentes y con características estéticas mejoradas. Su popularidad se debe a su capacidad para prosperar en condiciones de poca luz.
Es importante tener en cuenta que la aglaonema es sensible a las bajas temperaturas, comenzando a deteriorarse a menos de 15°C. Las plantas afectadas presentan manchas negras y de aspecto grasoso en el follaje. Para mejorar la resistencia a las bajas temperaturas, se han desarrollado híbridos con características mejoradas.
Reproducción y cuidados de la Aglaonema
La reproducción de la aglaonema se realiza principalmente a través de esquejes o por división de los brotes basales. Prefiere suelos húmedos y se recomienda el uso de pequeñas cantidades de fertilizante para promover su crecimiento. Es crucial proteger las plantas de la luz solar directa y de las bajas temperaturas. Para un desarrollo óptimo, se aconseja retirar las inflorescencias, lo cual ayuda a prolongar la vida de las plantas.
La aglaonema es susceptible a ataques de ácaros y nematodos que afectan sus raíces, así como de hongos y bacterias. Para evitar estos problemas, es esencial no encharcar el suelo durante el riego. Los ácaros y cochinillas que se adhieren a las hojas pueden eliminarse frotándolas suavemente con un algodón empapado en alcohol.
Un dato importante es que la savia de la aglaonema contiene cristales de oxalato de calcio, los cuales pueden provocar irritación cutánea dolorosa y afectar las membranas mucosas si se ingiere.
Recomendaciones adicionales para el cuidado de la Aglaonema
Durante la primavera y el verano, la aglaonema requiere un riego moderado para mantener el sustrato ligeramente húmedo. En invierno, es conveniente espaciar los riegos, permitiendo que el sustrato se seque completamente entre ellos. La primavera también es el momento ideal para trasplantar las aglaonemas a macetas más grandes, aprovechando para dividir las matas y obtener nuevos ejemplares.
Hierba de sapo
La hierba de sapo, conocida científicamente como Eryngium carlinae, es una planta espinosa originaria de México y algunas regiones de Centroamérica. Pertenece a la familia de las Apiaceae y ha sido valorada desde tiempos ancestrales por sus potenciales propiedades medicinales. A pesar de ser considerada endémica y, por lo tanto, a menudo combatida en ciertas regiones, su popularidad ha crecido a medida que se realizan más estudios científicos para determinar sus verdaderas capacidades curativas.
La hierba de sapo ha captado la atención de investigadores y profesionales de la salud debido a su potencial para ofrecer soluciones alternativas en el ámbito de la medicina natural, especialmente en áreas donde el acceso a tratamientos médicos modernos es limitado.
Identificación y características de la hierba de sapo
La hierba de sapo es una planta espinosa y perenne que generalmente carece de tallo o presenta uno corto y inclinado, alcanzando en ocasiones una altura de hasta 50 centímetros. Su sistema de raíces es notablemente profundo, extendiéndose hasta 5 metros, lo que dificulta su erradicación en campos de cultivo.
Las hojas de la hierba de sapo son basales y se organizan en forma de roseta densa. Miden aproximadamente 10 centímetros de largo y 2 centímetros de ancho, son aserradas y espinosas, con bordes pilosos. Las inflorescencias forman una cabeza ovoide con flores pequeñas, hermafroditas y de colores que varían entre blanco, azul y morado. El fruto es un aquenio esquizocarpo con una semilla en su interior.
Propiedades medicinales y aplicaciones terapéuticas
Las propiedades medicinales de la hierba de sapo han sido reconocidas desde las civilizaciones prehispánicas, que la utilizaban para tratar afecciones como el «mal de la sangre pesada». Aunque aún no cuenta con el respaldo de entidades como la Food and Drug Administration (FDA), investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México han mostrado resultados prometedores, indicando que esta planta podría ayudar a reducir grasas, triglicéridos y ácido úrico en el organismo.
Además, la hierba de sapo se considera una opción viable para integrar conceptos de medicina tradicional en comunidades con acceso limitado a la medicina moderna. Sin embargo, es crucial tener en cuenta las posibles contraindicaciones, especialmente para quienes padecen de hipotensión arterial, trastornos renales y gastritis.
Componentes activos de la hierba de sapo
Entre los componentes activos de la hierba de sapo, destacan las saponinas, conocidas por sus propiedades expectorantes y depurativas. Aunque efectivas, pueden causar irritación si se utilizan sin supervisión médica. También contiene flavonoides, que actúan como antioxidantes y podrían tener propiedades anticancerígenas.
Los fitoesteroles presentes en la planta ayudan en la absorción del colesterol, mientras que los triterpenos facilitan la absorción de vitaminas esenciales como K, E y A. Además, la hierba de sapo es una fuente importante de hierro y calcio.
Usos tradicionales y potencial futuro
A lo largo de los siglos, la hierba de sapo ha sido una de las plantas más populares en el contexto de la medicina tradicional mexicana. Hoy en día, los estudios científicos buscan validarla como una alternativa viable en regiones donde el desarrollo médico es limitado, combinando conocimientos ancestrales con descubrimientos recientes. Esto podría abrir nuevas puertas para el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales que la región ofrece.
Alcanfor
El árbol de alcanfor, conocido científicamente como Cinnamomum Camphora, es una planta majestuosa originaria de Asia, especialmente de China, Japón y Taiwán. En estas regiones, el árbol es venerado y a menudo se le asocia con el concepto de «árbol de la vida». Además de su uso en la fabricación de muebles debido a la calidad de su madera, el alcanfor es reconocido mundialmente por las propiedades medicinales del aceite que se extrae de él. Este árbol de follaje perenne no solo es un impresionante ornamento en grandes jardines, sino que también desempeña un papel crucial en la medicina tradicional y moderna.

Descripción del alcanfor: Sus características
El Cinnamomum Camphora pertenece a la familia de las Lauráceas y es un árbol que puede alcanzar hasta 20 metros de altura. Sus ramas son frágiles y sus hojas perennes, de forma alternada, ovaladas y pecioladas, presentan un atractivo color verde brillante. Durante el otoño, algunas hojas pueden adoptar un tono rojizo llamativo. Las hojas están dotadas de tres nervios principales y pequeñas glándulas en sus axilas.
Las flores del alcanforero se presentan en panículas corimbosas y aparecen a finales del otoño y principios de la primavera. El fruto es una baya globosa que pasa de un color rojizo a negro al madurar. Este árbol no solo es ornamental, sino que también actúa como un eficaz repelente de polillas y otros insectos.
El alcanforero es resistente a climas extremos, incluidas las heladas intensas, y se desarrolla mejor en lugares de semisombra, evitando la exposición directa al sol.
Propiedades del alcanfor
El aceite de alcanfor se extrae por destilación de la madera del árbol. Este producto semisólido, con una fórmula química de C10H16O, se caracteriza por su consistencia cristalina y cerosa y su fuerte aroma acre. Aunque hoy en día el alcanfor puede ser sintetizado, su uso tradicional data de tiempos antiguos.

Actualmente, el alcanfor se utiliza en diversos productos, desde repelentes de polillas y bálsamos para aplicaciones externas en áreas inflamadas, hasta en la pirotecnia. En el campo de la entomología, es empleado para proteger colecciones de insectos de daños.
Geles a base de alcanfor son conocidos por aliviar síntomas de golpes y torceduras, ya que crean una sensación refrescante similar al mentol. También actúa como un anestésico leve y localizado. En forma de pastillas, se utiliza para mantener alejados a animales domésticos que marcan territorio con orina.
Sin embargo, su uso está restringido debido a sus principios activos. Aunque posee propiedades antisépticas, analgésicas locales y antipruriginosas, debe utilizarse con precaución en forma de linimentos, soluciones con alcohol, geles y pomadas para aliviar dolores articulares y musculares.
Usos medicinales y precauciones
El alcanfor es un ingrediente en ciertos medicamentos por sus propiedades expectorantes y, aunque no se recomienda universalmente, se utiliza como descongestivo nasal. No obstante, puede irritar las mucosas y su uso ha sido rigurosamente revisado por diversas entidades. No debe incluirse en tratamientos para problemas hepáticos, cálculos biliares o afecciones renales, y está desaconsejado su uso por vía parenteral debido a efectos tóxicos posibles.

El alcanfor en el jardín
Para quienes deseen cultivar este imponente árbol ornamental, es importante elegir suelos arenosos y bien drenados, enriquecidos con materia orgánica como abono. La multiplicación se realiza mediante semillas, que deben estar libres de pulpa y ser utilizadas pronto debido a su corta capacidad germinativa. Alternativamente, se pueden usar esquejes semi leñosos para facilitar el enraizamiento. El riego debe ser moderado.
Es crucial recordar que, debido a sus principios activos, el árbol de alcanfor puede ser tóxico para algunas aves, lo que lleva a algunos jardineros a optar por otras especies del género Cinnamomum.