Adquirir plantas de interiores es una forma apropiada de darle un toque natural a la casa. No obstante, antes de elegir cualquier ejemplar, es esencial investigar qué tantos cuidados requiere. La aucuba es una mata arbustiva de exteriores, que destaca por ser ampliamente cultivada y muy resistente en espacios interiores.
La aucuba es un arbusto siempreverde, que pertenece a la familia de las Garryaceaes, un género botánico que comprende de tres a diez especies de fanerógamas. Proviene del este de Asia y puede llegar a medir hasta tres metros, si se encuentra en su hábitat natural.
Sin duda, un aspecto fundamental para el jardinero inexperto es que su mata no demande atención excesiva y, en este sentido, la aucuba es ideal. En un lugar donde reciba luz indirecta y temperatura medianamente fría, se desarrollará adecuadamente.
Características de la aucuba
La aucuba puede superar los tres metros. Guarda similitud con los laureles del Gro. Laurus, un árbol perenne, nativo de la zona mediterránea, conocido por sus numerosos usos en la gastronomía. Dado que sus hojas son globosas y coriáceas, suelen ser confundidos.
Este árbol tiene hojas anchas, opuestas y puntiagudas. Tienen una longitud de ocho a 25 centímetros de largo y hasta 7cm de anchura. Es posible que muestre algunos dientes en el margen cercano al ápex de la lámina. Cuenta con fustes tanto femeninos como masculinos, mientras que sus flores no superan los ocho milímetros de diámetro. Suelen agruparse en 10 a 30 en una misma cima.
De un espécimen de aucuba, que ha alcanzado la madurez, pueden emerger floraciones de tonos púrpura durante la época de verano. De sus ramilletes, colgarán pequeñas bayas rojas, que aparecen en el invierno, las cuales son un 1 cm de diámetro. Para que esto suceda, conviene contar con un elemento masculino y otro femenino, que den paso a la polinización.
Cuidados de la aucuba
La aucuba es una de las plantas que mejor se ha adaptado al medio ambiente citadino, usualmente rodeado de contaminación atmosférica. Sin embargo, no por ello debemos dejar de prestarle atención. Tome en cuenta algunos consejos para que crezca saludablemente y dure mucho más:
- Abono: la aucuba requiere un abono equilibrado, que se le coloque durante todo el año. Este puede ser líquido, mezclado con el agua empleada para riego, o sólido, el cual se mezclará con la tierra una vez al mes. Este elemento es especialmente importante durante el tiempo de crecimiento, para la cual se sugiere que el abono sea rico en nitrógeno.
- Suelo: esta planta no es exigente con el tipo de terreno en el que se siembra. No obstante, se desarrollará mejor si previamente se introduce materia orgánica en el mismo. De igual forma, el drenaje debe ser apropiado, pues el agua estancada pudrirá sus raíces.
- Luz: requiere una exposición bajo sombra. Lo ideal es que permanezca en vestíbulos y sitios fríos. Si será situada en terrazas y jardines, en los cuales resiste bien, debe estar protegida del sol directo.
- Riego: La aucuba no es susceptible a sequías, pero prefiere un buen riego. Sabrá que es el momento de echarle agua cuando la tierra se haya secado por completo.
- Reproducción: La multiplicación de la aucuba se realiza a través de semillas o estacas. Aunque, jardineros experimentados aseguran que lo mejor es a través de este último, con trozo de rama. Para ejecutar este procedimiento con éxito, debe cortar una rama con un año de antigüedad, que mida al menos 15 cm. Debe contener nudos y debe ser enterrada dos terceras partes de la misma.
Enemigos y problemas
Es posible identificar padecimientos en la planta, prestando atención a sus partes. Si aparecen manchas marrones en las hojas, está recibiendo demasiada agua. Cuando las hojas se tornan negras, indica que la temperatura es muy baja o el sol está dándole directamente.
Cuando las hojas de la aucuba lucen amarillas o raquíticas, suele ser por exceso de luz o bajas temperaturas. Si esto sucede, sólo necesitará un cambio de zona a sombra. Si esta ya está en muy mal estado, procure realizar una poda completa. Al crecer, lo hará con mucha vivacidad.
Las tonalidades marrones en las hojas señalan riego excesivo. Si este se extiende a gran cantidad de láminas, lo ideal es eliminar las ramas afectadas, sobre todo aquellas que están al ras del suelo. Asimismo, es esencial retirar las raíces, al tiempo que ponemos a secar el sustrato y se riega con moderación.
Cuando las extremidades verdosas de la aucuba están pegajosas al tacto, es probable que las cochinillas estén atacándola. Estos insectos se enganchan a cada hoja y la cubren con un líquido viscoso. Un remedio casero para este mal es mezclar en un litro de agua, cinco gotas de lejía y una cucharada de lavavajillas. Rocíalo en toda la planta, tres veces, cada cinco días.
Si se decanta por un producto de uso comercial contra las cochinillas, este debe contener “dimetoat”, una sustancia insecticida. Es muy eficaz contra todo tipo de animales masticadores, chupadores y minadores.
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