No es una especie exótica, pero la vibrante diversidad de sus colores roba la atención de quien la ve. Así es el astilbe, una planta oriunda del continente asiático, a la cual se le conoce popularmente como spirea falso o barba de la cabra.
Características del astilbe
Esta planta herbácea forma parte de la familia de las saxifragáceas. Sin embargo, no es muy conocida. Cuenta con un frondoso follaje, de un color verde intenso. Cuando las condiciones lo permiten, su tronco puede alcanzar los 20 cm, mientras que puede medir poco más de un metro de longitud.
Existen diversas especies de astilbe, siendo el más común el “fire”, que luce un color rojo intenso. Destaca el “Cologne”, que llega a unos 60 cm de altura y posee un destellante tono rosa, compitiendo con “bressngham Beauty” que ostenta matices más claros. También está el “Glow” o el “Red Sentinel”. Sea cual sea la elección, todas pueden plantarse en macetas.
Floración del astilbe
La magia de este arbusto proviene de sus flores, las cuales se manifiestan en verano, de una forma que no pasa desapercibida: como plumeros. Estos pueden ser blancos, rojos, naranjas o rosas y suele ser tratada como un helecho.
En la floristería, el astilbe se incluye en numerosos arreglos florales, especialmente para la decoración de interiores. Una vez colocado en un jarrón con buena hidratación, puede durar mucho tiempo sin secarse, en cuyo caso también se ve muy bien. Esto último dependerá del color, variedad elegida y la temporada de floración.
Cuándo plantarla
Durante el verano será el momento de plantar la semilla de astilbe, la cual germinará en 30 días, aproximadamente. Es muy fácil de cuidar y cultivar, dado que no requiere mayores atenciones. Por lo general, se planta en grupos, ya sea en forma de hileras o en los bordes de las caminerías.
Es posible plantarla a partir de los bulbos, es decir, un fragmento de astilbe, pero suele ser un proceso más complejo. Se requiere una “planta madre”, la cual toma tiempo conseguir. Empleando este mecanismo, la planta tardará mucho en crecer y sus matices no serán tan llamativos.
No obstante, la plantación por semillas también puede fallar. Existe un 50% de probabilidades tanto de que se dé, como que se pudra antes de germinar. En este sentido, se sugiere visitar un vivero para recibir las indicaciones correctas y adquirir un ejemplar saludable.
Cómo plantarla
Para plantar un astilbe se requieren herramientas básicas de jardinería: una pala, tenedor o llana de jardín. Hay que abrir un hueco de 15 cm de profundidad, que doble el tamaño del ancho de las raíces. No está demás tener a la mano algo de humus para mezclar con la tierra.
Se introducirá la raíz de astilbe dentro del agujero para luego cubrirlo. Es importante que la tierra esté suelta, para que el sistema radicular de la mata se extienda favorablemente bajo el suelo y sus raíces penetren con facilidad, conforme crecen. Finalizado el proceso, es momento de regar.
Cuidados del Astilbe
Este ornamento natural tiene ciertos requerimientos básicos para crecer adecuadamente:
- Suelo: crece en casi cualquier tipo de suelo, pero necesita un buen drenaje. De no contar con ello, la tierra debe mezclarse con arena.
- Luz solar: debe estar situada en un sitio de buen sol, ya que estimulará el crecimiento de las flores y la intensidad característica de su color. Si este le falta, no florecerá. Por el contrario, arrojará hojas grandes en su lugar.
- Algo de sombra: Aunque resulte contradictorio, el astilbe también requiere un poco de sombra. Lo ideal es que esté en un sitio donde tenga lo mejor de ambos estados.
- Ambiente: esta planta es tropical, por lo que el frío no es para ella. Una helada menor a 0 ºC puede matarla, si se extiende mucho tiempo. Sin embargo, el calor tampoco es apropiado para ella. Debe permanecer bien hidratada si la temperatura supera los 30º C, de lo contrario correrá el riesgo de secarse.
- Una manera de saber que la planta recibe el agua suficiente es observando sus hojas. Si cambian a un color amarillento, debe regarla con mayor regularidad. Puede crecer bien en sitios algo sombríos o húmedos.
- Riego: difiere un poco del resto de las plantas. El astilbe no debe ser regado diariamente o frecuentemente. Aunque, es importante que cuando se haga, reciba mucha agua. Tanta como para que tarde en secarse la tierra otra vez. Si hay temporada de lluvia, omita esta tarea, pues aunque requiere humedad, no se debe exagerar.
- Proceso de abono: Es esencial realizarlo al menos dos veces por cada temporada. Al hacerlo, la tierra debe estar húmeda y, preferiblemente, cuando no haya sol. A primera hora de la mañana o al final de la tarde estará bien. Procure adquirir fertilizantes de liberación prolongada o aquellos que contengan nitrógeno y fósforo.
- Prestar atención: Durante su periodo de crecimiento, las raíces de la planta de astilbe pueden sobresalir de la tierra, algo que puede provocar que se seque. Si sucede, deben ser tapadas nuevamente.
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