El Vaccinium, también conocido como arándano, es una especie arbustiva que ha conquistado un lugar en la producción a partir de sus frutos comestibles. Junto a las frambuesas, zarzamoras y grosellas, conforman los conocidos “frutos del bosque”. El arándano es una planta típica del climas fríos y montañosos del hemisferio norte, pero en la actualidad su cultivo se ha extendido a todos los lugares del mundo que puedan replicar esos climas. Existen más de 450 especies diferentes de este género de plantas. Además de su sabor dulce y agradable, el arándano es un alimento considerado altamente saludable.
Descripción del arándano: Sus características
El arándano es un arbusto terrestre, de características rizomatosas, es decir que las ramas nacen de manera subterránea. Las hojas presentan un verde brillante, perennes y se presentan de forma alterna, con bordes aserrados o lisos. Se encuentran unidas al tallo por un pecíolo corto. Las hojas, en otoño, adquieren colores muy destacados por lo que, además, de la consideración de sus frutos, son plantas con un hermoso aspecto ornamental.
Las flores son de forma acampanada, de color rosas, rojas, blancas o púrpuras. En tanto que sus frutos, comestibles, nacen a partir de un ovario inferior por lo que botánicamente se los denomina falsas bayas.
El cultivo del arándano
Para el cultivo del arándano deben tenerse en cuenta las características del suelo. Dado que esta planta cuenta con un sistema de raíces muy finas y fibrosas, la mayor parte de ellas se concentran en no más de los 50 centímetros de profundidad. Esta superficialidad se debe a que no poseen la fuerza necesaria para atravesar suelos compactos, por ello el terreno debe ser suelto, bien drenado y con un importante contenido de materia orgánica. El terreno deberá estar bien preparado y con surcos.
En cuanto al clima, los arándanos prefieren los climas moderados, requiriendo una cantidad de horas de frío, que van desde las 400 a las 1200 horas, en temperaturas cercanas a los 7°C, de esta manera pueden cumplir el receso de invierno y cuando rompen la latencia se vuelven sensibles a las heladas, por lo que requieren de una protección especial ante ellas.
Para la reproducción de los arándanos, existen varias formas de hacerlo. La primera de ellas, es mediante esquejes. Estos deberán ser de unos 10 centímetros de largo y deben ser tomados de ramas tiernas. Los esquejes deben plantarse en la parte superior de los surcos, a una distancia de un metro y medio unos de otros, y los surcos deberán guardar una distancia de 2 metros entre sí. Esta labor debe realizarse al final del otoño o durante el invierno. Este método es poco recomendable ya que sólo algunos ejemplares logran enraizar.
El segundo método para reproducir el arándano es mediante acodos. Para ellos, debemos tomar una rama tierna, enterrando su punta a unos 6 centímetros de profundidad. Esta tarea debe hacerse durante el verano. Esta rama comenzará a enraizar y al cabo de un año, durante la primavera, deberá separarse de la planta madre para ser trasladada a su lugar definitivo.
Por último, el método más recomendable es el de plantas con raíces.
Con respecto al riego del arándano, en las zonas de climas lluviosos, éste no es necesario, pero en aquellos de climas con veranos secos es necesario un riego con agua desprovista de cloro y sodio. En los cultivos extensivos es recomendable el riego por goteo, lo que permite, además, proveer de nutrientes a las plantas.
Algunos cuidados
El arándano es una planta que no requiere cuidados excesivos. Una de las labores más importantes es mantener el suelo libre de hierbas, si es posible se debe realizar esta tarea a mano, utilizado las herramientas sencillas, evitando dañar las raíces y el uso de herbicidas.
En los primeros 2 años de vida de la planta, es conveniente podar sus flores, esto permitirá que la planta crezca con más fuerza, transcurrido este tiempo ya no será necesario este trabajo.
A partir de mediados de la primavera y durante el verano es conveniente aplicar fertilizante en polvo para azaleas, que colocaremos sobre la superficie que cubren sus ramas.
Los arándanos requieren de varias podas, todas ellas con distintos fines. Durante los 3 primeros años el arándano no requiere poda, salvo la eliminación de las ramas interiores, durante el verano. Luego de los 3 primeros años de vida, debe realizarse durante el invierno, una poda que colabora en mejorar la fructificación. Para ello debemos retirar aquellas ramas con más de 3 años de edad, esto favorecerá notablemente el nacimiento de frutos ya que éstos sólo nacen en las ramas jóvenes de la planta.
El valor comercial de los frutos está dado por el su firmeza y grado de madurez, para ello deben ser recogidos cuando hayan adquirido un color brillante y su textura sea firme. Si los frutos son dejados madurar demasiado se pondrán blandos y sólo pueden ser utilizados para la elaboración de zumos y mermeladas, pero no para la comercialización fresca de los mismos.
Deja una respuesta