El apio es un vegetal distintivo, conocido por sus tallos estriados de color verde que forman una penca gruesa con hojas acuñadas. Pertenece a la familia de las Apiáceas o Umbelíferas. Su nombre científico es Apium graveolens, y su origen se encuentra en la región mediterránea.
Aunque la planta tiene un sabor fuerte y agrio de manera natural, el blanqueo de sus tallos mejora su sabor, haciéndolo más dulce y aromático, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para sopas y ensaladas.
Variedades y características del apio
Existen aproximadamente 15 variedades botánicas de apio, aunque el más común es el apio verde (Apium graveolens), caracterizado por su raíz bulbosa de color verde. Por otro lado, el apionabo, también conocido como rábano o apionabo, se cultiva principalmente por sus hojas y pencas. La raíz del apionabo es esférica y gruesa, midiendo entre 10 y 20 centímetros de diámetro, con una corteza marrón y carne blanca amarillenta, dulce y perfumada.
El apionabo es muy popular en Europa, con variedades como Bola de nieve, Prinz, Gigante de Praga, Diamant, entre otras. Del apio verde destacan variedades como D´Elne, Pascal, Repager R., Florida y Utah.
Sobre el tamaño del apio
Las pencas de apio pueden alcanzar entre 30 y 60 centímetros de longitud al completar su crecimiento. Sin embargo, las que se comercializan suelen medir entre 25 y 30 centímetros. Durante la recolección, las piezas pueden pesar entre 400 y 900 gramos, pero el peso ideal es de 460 a 700 gramos, debido a la pérdida de peso durante el proceso de corte, limpieza, y empaque.
Condiciones ideales para el cultivo del apio
El apio se planta durante dos períodos principales: invierno y primavera, lo que permite su disponibilidad casi todo el año, siendo más común en otoño e invierno. La siembra ideal se realiza al inicio de la primavera en almácigos o huertos ecológicos, con una cosecha que tarda aproximadamente cinco meses.
Es fundamental sembrar el apio en suelos profundos, húmedos y fértiles, evitando charcos para prevenir el deterioro de las raíces. Se recomienda enriquecer el suelo con estiércol o compost maduro. Aunque el apio tolera suelos ligeramente ácidos, no es necesario agregar cal.
Enfermedades comunes del apio
El apio es susceptible a diversas enfermedades que pueden afectar tanto su apariencia como su sabor. La septoria apícola es una de las más comunes, causando manchas amarillas en las hojas que, eventualmente, mueren. Además, hongos como el foma de cuello y la esclerotinia también pueden dañarlo.
Beneficios, propiedades y conservación del apio
El apio es una fuente rica de vitaminas, fibra dietética y minerales. Se le reconoce como un excelente diurético debido a su alto contenido de agua. Sus hojas contienen aceites esenciales como apiol, limoneno y psoralenos, y minerales como sodio, potasio, calcio, magnesio y zinc que favorecen la actividad muscular y el impulso nervioso.
Al comprar apio, se debe elegir aquel que tenga un aspecto brillante, con tallos gruesos, firmes y crujientes, y hojas verdes y frescas. Para una mejor conservación, se pueden sumergir los tallos en agua o envolverlos en papel húmedo antes de refrigerarlos. También es posible congelarlo, tras escaldarlo durante tres minutos.
El apio puede consumirse fresco, conservado en agua y sal o vinagre, e incluso deshidratado, adaptándose a diversas preparaciones culinarias.