Proviene del centro de Chile, el sur de Perú y el oeste de Argentina. Abunda en las regiones mediterráneas, y es un árbol perenne que puede crecer hasta 10 metros de altura. Su nombre científico es Ceratonia siliqua L, pero lo llaman algarrobo.
Progresa en suelos planos, cerca de lagunas y ríos. Existen amplias poblaciones de algarrobo en Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Centroamérica, Paraguay, Brasil y el sur de Estados Unidos. Hay especies propias en la India, Pakistán y el norte de África.
El algarrobo pertenece a la familia de las Leguminosas, integrada por especies que producen frutos semejantes a una legumbre. En sus raíces suele propagarse una bacteria conocida como Rhizobium que se encarga de transformar el nitrógeno del aire por compuestos que pueden ser aprovechados como fertilizantes.
Utilización y propiedades medicinales del Algarrobo
Desde épocas ancestrales, se le han dado múltiples usos al algarrobo. Por su composición de proteínas, minerales, azúcar natural, fibras y complejos de vitamina B, se emplea para la elaboración de energizantes.
De su fruto se deriva una sustancia nombrada algarrobina, a la que se le atribuyen efectos medicinales. Tras su procesamiento, se obtiene una mezcla viscosa que aparentemente aporta calcio a los huesos, refuerza el sistema nervioso, favorece el funcionamiento del cerebro, evita la anemia, controla la caída del cabello, combate el estreñimiento, disminuye los síntomas de la menopausia y previene los ataques de ansiedad.
En países como Perú, se prepara un cóctel de algarroba, al que se le añade leche, pisco, huevo, azúcar, licor y canela. Se sirve frío, y se comenta que contribuye al tratamiento de la disfunción eréctil y ciertas afecciones pulmonares.
Se dice además, que las semillas del algarrobo son útiles para la fabricación de café y alcohol, que sus hojas sirven de sustento al ganado ovino y caprino, y que sus frutos se han convertido en una opción saludable para la sustitución del maíz y el salvado de trigo en la alimentación de otros animales.
Los apicultores también se valen de los beneficios del algarrobo y toman sus flores para producir miel, cera, polen y jalea. Como abono orgánico es un excelente recurso, y en el campo de la agroforestería se aprovecha para la construcción de rompevientos, cercos y techos.
Su madera es tan resistente, que es comúnmente trabajada para dar forma a puertas, mesas, vigas, bancas y hasta fachadas para casas de campo. Su único inconveniente, es que se estropea con la humedad.
En la gastronomía el algarrobo se ha ganado un sitial de honor, pues la pulpa seca de su fruta es manipulada para conseguir un producto muy parecido al cacao, que se adapta a infinidad de recetas por su sabor dulce y su consistencia cremosa.
Características del algarrobo
La copa del algarrobo se asemeja a una sombrilla. Se extiende copiosa y rozagante hasta alcanzar unos 15 m de diámetro. De ella se desprenden cuantiosas ramas que se deslizan a sus anchas con su exuberante y verde follaje. Las más “rebeldes” rompen el molde y se lanzan al vacío como queriendo besar el suelo.
Las hojas se agrupan en pares y se desarrollan hasta conseguir unos 10 o 20 centímetros de largo. Con frecuencia son atacadas por las orugas. Estas larvas pueden apoderarse de las flores que se forman como espigas axilares y se tiñen de amarillo o rojo durante el verano.
Los frutos son una vaina compuesta por una pulpa endulzada y carnosa que toma una coloración marrón cuando se madura. Por dentro, albergan de 20 a 30 semillas aplanadas, ovoideas, rojizas y bastante solidas.
La recolección puede ser a finales del otoño a mediados de la primavera. Si alguno no da frutos, es porque debe tratarse de un algarrobo macho, del que brotan flores que solo producen polen en sus cinco estambres.
De la corteza impacta su robustez y su color. Una combinación de pardo, gris y negro se percibe en la fisurada y leñosa capa exterior. Por dentro es más fibrosa, con un olor a barniz y una mezcla de rojo y blanco. Tiene dos tipos de raíces de diferentes características que le permiten abastecerse de agua y nutrientes.
Aspectos generales del Algarrobo
El algarrobo es un árbol que requiere del sol. No es habitual encontrarlo en elevadas alturas. Se da muy bien en los climas cálidos. Es intolerante al frío y a las heladas. Los suelos calizos, sin humedad, son perfectos para él.
Su reproducción es por semillas, pero requieren ser remojadas durante una hora en agua caliente o ácido sulfúrico, y posteriormente sumergidas en agua fría durante toda una noche. Para que broten exitosamente, deben sembrase en otoño o primavera. Se pueden injertar en escudetes.
Para la plantación se pueden emplear vasijas, preferiblemente de gran tamaño, para que pueda desarrollarse muy bien la planta durante uno o dos años. Pasado ese tiempo se podrá trasplantar al terreno definitivo. No requiere de mucho riego.