Se le conoce como alfalfa, mielga, alfaz, mielcas y alfalce, y su nombre científico es Medicago sativa. Es una especie de planta herbácea, de la familia de las fabáceas o leguminosaes, muy rica en vitaminas, minerales y proteínas, provechosos para el organismo.
Por la diversidad y calidad de sus nutrientes, la alfalfa se ha convertido en un complemento ideal en la dieta de pacientes con debilidad, astenia, malnutrición, anemias y otros padecimientos.
Es un producto destinado a la alimentación tanto de los animales como del hombre, quien puede consumir sus retoños en ensaladas o emparedados. Se cree que es de las primeras hierbas plantadas por el hombre.
ORIGEN DE LA ALFALFA
Aunque actualmente la alfalfa se puede encontrar en casi todo el mundo, es originaria del Imperio Persa, abarcando países como Turquía, Siria, Irán, Irak, Afganistán parte de Pakistán y Cachemira. Los persas la cultivaban para dar de comer a los caballos.
Existen escritos romanos que relatan con abundante detalle, la importancia, cultivo y forma de explotación de la alfalfa, pues era un complemento de gran relevancia para el mantenimiento de los animales. No obstante, al caer el Imperio Romano, la siembra desapareció de Europa.
Fueron los árabes quienes de nuevo la transportaron de Persia a España, donde se ha comercializado durante muchísimo tiempo.
A través del Pacífico llegó, en 1519, al continente americano, primero a México y luego a Perú y Chile. A partir de allí, y por vía terrestre, se trasladó a Argentina y a los Estados Unidos, en el año 1860.
Descripción de la Alfalfa, Sus características
La alfalfa es una planta perennifolia, vivaz y de porte erecto, que puede crecer entre 30 y 60 cm de altura. Su color es verde grisáceo. Sus “rasgos” son bien definidos, y pueden describirse de la siguiente manera:
- Raíz. Su raíz principal es pivotante, robusta, larga y profunda, con numerosas raíces secundarias, que le permiten captar los minerales alejados de la superficie.
- Tallos. Son delgados y erectos. Soportan muy bien el peso de las hojas y de las inflorescencias, y son muy estables, lo que hace que la planta sea muy propicia para la siembra.
- Hojas. Sus hojas son ovaladas, trifoliadas, aunque las primeras hojas verdaderas son unifoliadas. Las orillas son lisas y con los bordes superiores levemente dentados.
- Flores. Son pequeñas y crecen en racimos que nacen en las axilas de las hojas. Son de un hermoso color violeta pálido (lavanda), aunque ocasionalmente se muestran con tonalidades rojas o blancas.
- Fruto. Es una legumbre que no se abre espontáneamente al llegar a la adultez, para liberar las semillas. No posee espinas y contiene entre 2 y 6 semillas amarillentas, arriñonadas y con una longitud de 1.5 a 2.5 mm.
Ciclo de vida
La alfalfa tiene un ciclo de vida de cinco a doce años, aunque puede llegar a vivir dos décadas, dependiendo de las condiciones climatológicas.
Es una especie autotóxica, una condición que dificulta la reproducción de su semilla en plantaciones existentes. Es por ello, que se recomienda rotar los cultivos con variedades como maíz o trigo, antes de sembrar.
Calificada por algunos como soberana de las leguminosas, la alfalfa demanda climas secos y altas temperaturas en verano, por eso Argentina y España son dos de los lugares donde mejor se produce.
Usos y propiedades de la Alfalfa
La alfalfa se cultiva masivamente y es empleada sobre todo como forraje, siendo uno de los mejores alimentos para animales como caballo y vacas.
Su utilización en la nutrición humana no está muy divulgada, a pesar de ser un producto rico en proteínas, fibras, vitaminas y minerales, que actúa en nuestro cuerpo brindando muchos beneficios para la salud.
La alfalfa es rica en vitaminas básicas como A, D, E, K, e inclusive la familia completa de vitaminas del complejo B. La vitamina D regulariza la entrada de calcio a los huesos, previniendo el raquitismo. La vitamina A contribuye a la formación de células epiteliales, al desarrollo del sistema óseo y el resguardo de la piel. La vitamina E, por su parte, es un fuerte antioxidante y un elemento esencial de la hemoglobina.
Es sabido que hace siglos atrás, la alfalfa se usó con fines medicinales, por su potente acción para la sanación de problemas renales, el fortalecimiento del sistema inmunológico, y la reducción de los síntomas asociados con artritis, tosferina, y fiebre.
Importancia
La ganadería intensiva ha dado lugar al incremento de plantaciones de alfalfa, cuya finalidad es abastecer la industria de pasto. El cultivo se centra en su relevancia como fuente natural de proteínas, fibra, vitaminas y minerales, su contribución ornamental, y sus aportes en la conservación de la fauna.
Así mismo es una fuente reductorade energíapor la fijación simbiótica del nitrógeno en el propio cultivo y de otros de los que pueda formar parte. También su cultivo aporta ingredientes de utilidadque sirven para limitar y reducir la erosión, así como ciertas plagas y enfermedades de los cultivos.
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