Su corteza gruesa y esponjosa, se suele utilizar para la fabricación de corchos, tapones, aislantes, aplicaciones navales y tejidos. Abunda en Marruecos, Argelia, Túnez, España, Portugal, Italia, Francia y otros países de la zona mediterránea occidental. En algunas regiones lo conocen como chaparro o corco, pero su nombre común es alcornoque.
Junto con los robles, encimas y castaños, el alcornoque integra a la familia de las fagáceas. Su denominación científica es Quercus suber L. Puede mantenerse hasta 500 años, en estado natural, pero en áreas como España, por ejemplo, su supervivencia es incierta. La poca regeneración en sitios de pastoreo, los incendios, la depreciación del mercado del corcho, los factores climáticos y las variantes en la utilización del suelo, amenazan constantemente con disminuir su población.
Características de su hábitat
Las laderas y colinas de poca elevación, son el hábitat preferida del alcornoque. Aprecia los climas cálidos. En las heladas extremas sus hojas sufren.
Los suelos alcalinos no son los más idóneos para él. Se da mucho mejor en tierras silíceas, libres de rocas calizas que faciliten su oxigenación.
El agua no le puede faltar. La necesidad anual para su sano mantenimiento es de unos 400 litros/m2, de los cuales al menos 100 litros/m2, deben ser suministrados en verano, a través de precipitaciones horizontales de nieblas o rocío, o por acumulaciones de agua en el subsuelo, que puedan ser aprovechadas por medio de pozos.
gran población de alcornoques
A pesar de las amenazas que debe sortear para subsistencia, España sigue siendo uno de los territorios con mayor presencia de alcornoques. Se habla de unas 725 mil hectáreas, la mayoría de ellas repartidas en Andalucía.
Uno de los reservorios más impresionantes de alcornoques, está en el Parque Natural de Los Alcornocales, que abarca varios municipios de Málaga y Cádiz. Declarado como tal en 1989, ocupa una extensión de 167.767 hectáreas. Allí, pequeños arroyos de montaña convergen con una extensa franja de alcornoques que comparten espacio con una variada vegetación arbustiva, florística y herbácea.
Este parque es un lugar destinado al disfrute, pero también al cuidado de los alcornoques para garantizar la producción de corcho. En opinión de diversos estudiosos, el desarrollo de este tipo de corteza puede estar relacionada con lo evolución de la especie para la protección del fuego.
El alcornoque prospera en áreas con gran iluminación y corrientes de aire. Es susceptible a diversas enfermedades, debido a los constantes descorches, que provocan la aparición de hongos como la Diplodia, que pueden causar la muerte del árbol. Su follaje es afectado por la fumagina, que se manifiesta como un polvillo negro que, generalmente, es ocasionado por el ataque de plagas como el pulgón, la cochinilla o la mosca blanca.
Apariencia del alcornoque
La robustez es la principal características del alcornoque. En su juventud se muestra regio y erguido, pero con el paso del tiempo va tomando inclinación. Su altura no sobrepasa los 20-25 metros. Destaca por su copa que es bastante amplia, con copiosas ramificaciones y una apariencia redondeada e irregular.
Las raíces del alcornoque son fuertes y toman diversas orientaciones. Algunas, de hecho, generan brotes propios. Sus hojas son perennes. Crecen alternas, con láminas que alcanzan de 3 a 7 centímetros. De forma ovalada, lucen un verde penetrante en el haz y un tono grisáceo en la parte posterior.
Lo que hay debajo de su corcho es un tronco de madera que presume de gran fuerza y resistencia, pero su aspecto cambia con el descorche. La “herida” deja ver un manto amarillo que al recibir la luz solar se tiñe de rojo y luego de un color canela que lo dejará marcando por un buen período de tiempo.
Cuando se fractura aparece una capa amarillenta que, al contacto con el sol y la brisa, se vuelve rojiza y, posteriormente, adopta un color canela intenso que persiste durante un largo tiempo.
La floración del alcornoque
Es habitual que el alcornoque florezca en primavera, pero en ocasiones tiene floraciones esporádicas en el verano, hasta el otoño. Las flores que se agrupan colgantes en la punta de las ramas son masculinas, y se “visten” de amarillo. Cuando está por finalizar el año, suelen germinar otras flores que son femeninas y se distinguen por ser pedunculadas.
El alcornoque no amerita estratificación para reproducirse. Su propagación es por semillas.
Del alcornoque “nacen” unas bellotas de 2 a 5 centímetros, que vienen a representar su fruto. Estos comienzan a desarrollarse cuando el árbol cumple de 10 a 12 años. Son alargados y reúnen vellosidades en el vértice. Aunque madura en el otoño, no es comestible.
Propiedades del alcornoque
La principal utilidad del alcornoque es la producción de corcho, pero también se suele emplear como alimento del ganado.
Al igual que muchos árboles, el alcornoque tiene propiedades medicinales. Su efecto antiinflamatorio era muy aprovechado por los antepasados, y se le adjudica al tanino presente en ramas, hojas y frutos. Su capacidad para calmar las dolencias hace que sea usado para tratar inflamaciones, infecciones bucales, úlceras y dolencias en las articulaciones.
Para gozar de sus beneficios terapéuticos, recomiendan preparar una infusión con una cucharada del fruto del alcornoque y una taza de agua. Lo ideal es dejar hervir, dejar reposar por cinco minutos y frotar el área con ese líquido de dos a tres veces al día.
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