Septiembre 2016 13
Toronja
La toronja, con su distintivo sabor entre dulce y amargo, es un cítrico que ha ganado popularidad no solo por su delicioso sabor sino también por sus numerosos beneficios para la salud. Este fruto es redondo como la naranja y amarillo como el limón, aunque algunas variedades presentan tonalidades verdes y rosáceas. Igual que otros cítricos, la toronja aporta minerales que previenen enfermedades, retrasan el envejecimiento y ayudan a bajar de peso, convirtiéndola en un aliado en diversas dietas saludables.
Originaria de una mezcla entre la naranja y el pomelo, la toronja fue descubierta hace aproximadamente 300 años en Barbados, en las Indias Occidentales. Desde entonces, su cultivo se ha extendido a diversas regiones del mundo, incluyendo el Caribe, Israel y Estados Unidos. En la actualidad, México es uno de los principales productores y exportadores de esta fruta.
Familia de las Rutáceas
La toronja es el fruto del árbol Citrus paradisi, perteneciente a la familia de las Rutáceas. Esta planta arbórea puede alcanzar hasta nueve metros de altura, y sus hojas, de un verde intenso, son alternas, ovadas y dentadas. Las flores, agrupadas en racimos, pueden ser blancas o púrpuras, añadiendo un atractivo visual al árbol.
El Citrus paradisi posee ramas fluidas y ligeras, con espinas cortas en las axilas foliares de las ramas más jóvenes. La fruta es globosa y puede medir hasta 15 centímetros de diámetro. Su cáscara es gruesa, rugosa y aromática, mientras que internamente muestra gajos rojos o rosados, muy provocativos. La pulpa es jugosa, con pocas semillas y su sabor varía entre dulce y amargo.
Cultivo de la toronja
El cultivo de la toronja se da mejor en zonas de climas cálidos, especialmente en áreas cercanas al trópico, donde madura en aproximadamente siete meses, desarrollando una concha más gruesa y una acidez potenciada. Los suelos salinos o alcalinos no son favorables para su crecimiento, ya que pueden deshidratar la planta. La toronja es capaz de injertarse en la base de otros cítricos como la naranja, lo que facilita su cultivo en diversas condiciones.
El mejor momento para plantar la toronja es desde el otoño hasta principios del invierno. Aunque la recolección puede ser mecánica, se recomienda el método manual para no dañar la cáscara, utilizando una vara similar a la empleada en la cosecha de olivos.
Composición nutricional
Por cada 100 gramos, la toronja contiene 90% de agua, 32 calorías, 7 gramos de hidratos de carbono, 0,6 gramos de proteínas y 0 grasas. Es rica en vitamina C, fibra, calcio, magnesio y potasio, y no aporta sodio, lo que la hace ideal para personas con problemas cardíacos. Además, contiene carotenoides, pectina, que ayuda a controlar el colesterol, y flavonoides que actúan como antioxidantes.
Los limonoides presentes en la toronja tienen una potente acción anticancerígena, lo que refuerza su papel como alimento benéfico para la salud.
Variedades y beneficios para la salud
Existen diferentes variedades de toronja, como la blanca, roja y rosada, cada una con ligeras variaciones en sabor y contenido nutricional. La toronja roja, por ejemplo, es conocida por su mayor contenido de antioxidantes.
Los aportes medicinales de la toronja son extensos. Además de prevenir enfermedades cardiovasculares, fortalece el sistema inmunológico, mejora la digestión y acelera el metabolismo de las grasas. También se ha demostrado que depura el hígado, mejora la circulación y combate la anemia, entre otros beneficios.
Formas de consumo
La toronja se consume mejor al natural, aunque su sabor potente lleva a algunas personas a endulzarla con miel, azúcar o edulcorantes. Es versátil en la cocina, usada en ensaladas, asada o en salsas. Además, se puede encontrar en almíbar para repostería, jugos, vinagres, e incluso como té e infusiones para liberar toxinas.
Su cáscara es utilizada como conservante y para la producción de aceite esencial y saborizante de bebidas gaseosas. Debido a su bajo contenido calórico, es común en dietas de adelgazamiento y en productos de cuidado de la piel como exfoliantes y mascarillas.
Conservación de la toronja
Para conservar la toronja fresca por más tiempo, se recomienda guardarla en la nevera. Si se planea consumir rápidamente, puede mantenerse a temperatura ambiente. Al comprar, se deben seleccionar toronjas de piel suave y firme, sin golpes, preferiblemente más pesadas, lo que indica mayor jugosidad.
Es importante almacenarlas en un sitio seco y aireado, evitando el calor o humedad excesivos. Frutas dañadas deben separarse del resto para evitar que afecten a las sanas.
Alcanfor
El árbol de alcanfor, conocido científicamente como Cinnamomum Camphora, es una planta majestuosa originaria de Asia, especialmente de China, Japón y Taiwán. En estas regiones, el árbol es venerado y a menudo se le asocia con el concepto de «árbol de la vida». Además de su uso en la fabricación de muebles debido a la calidad de su madera, el alcanfor es reconocido mundialmente por las propiedades medicinales del aceite que se extrae de él. Este árbol de follaje perenne no solo es un impresionante ornamento en grandes jardines, sino que también desempeña un papel crucial en la medicina tradicional y moderna.

Descripción del alcanfor: Sus características
El Cinnamomum Camphora pertenece a la familia de las Lauráceas y es un árbol que puede alcanzar hasta 20 metros de altura. Sus ramas son frágiles y sus hojas perennes, de forma alternada, ovaladas y pecioladas, presentan un atractivo color verde brillante. Durante el otoño, algunas hojas pueden adoptar un tono rojizo llamativo. Las hojas están dotadas de tres nervios principales y pequeñas glándulas en sus axilas.
Las flores del alcanforero se presentan en panículas corimbosas y aparecen a finales del otoño y principios de la primavera. El fruto es una baya globosa que pasa de un color rojizo a negro al madurar. Este árbol no solo es ornamental, sino que también actúa como un eficaz repelente de polillas y otros insectos.
El alcanforero es resistente a climas extremos, incluidas las heladas intensas, y se desarrolla mejor en lugares de semisombra, evitando la exposición directa al sol.
Propiedades del alcanfor
El aceite de alcanfor se extrae por destilación de la madera del árbol. Este producto semisólido, con una fórmula química de C10H16O, se caracteriza por su consistencia cristalina y cerosa y su fuerte aroma acre. Aunque hoy en día el alcanfor puede ser sintetizado, su uso tradicional data de tiempos antiguos.

Actualmente, el alcanfor se utiliza en diversos productos, desde repelentes de polillas y bálsamos para aplicaciones externas en áreas inflamadas, hasta en la pirotecnia. En el campo de la entomología, es empleado para proteger colecciones de insectos de daños.
Geles a base de alcanfor son conocidos por aliviar síntomas de golpes y torceduras, ya que crean una sensación refrescante similar al mentol. También actúa como un anestésico leve y localizado. En forma de pastillas, se utiliza para mantener alejados a animales domésticos que marcan territorio con orina.
Sin embargo, su uso está restringido debido a sus principios activos. Aunque posee propiedades antisépticas, analgésicas locales y antipruriginosas, debe utilizarse con precaución en forma de linimentos, soluciones con alcohol, geles y pomadas para aliviar dolores articulares y musculares.
Usos medicinales y precauciones
El alcanfor es un ingrediente en ciertos medicamentos por sus propiedades expectorantes y, aunque no se recomienda universalmente, se utiliza como descongestivo nasal. No obstante, puede irritar las mucosas y su uso ha sido rigurosamente revisado por diversas entidades. No debe incluirse en tratamientos para problemas hepáticos, cálculos biliares o afecciones renales, y está desaconsejado su uso por vía parenteral debido a efectos tóxicos posibles.

El alcanfor en el jardín
Para quienes deseen cultivar este imponente árbol ornamental, es importante elegir suelos arenosos y bien drenados, enriquecidos con materia orgánica como abono. La multiplicación se realiza mediante semillas, que deben estar libres de pulpa y ser utilizadas pronto debido a su corta capacidad germinativa. Alternativamente, se pueden usar esquejes semi leñosos para facilitar el enraizamiento. El riego debe ser moderado.
Es crucial recordar que, debido a sus principios activos, el árbol de alcanfor puede ser tóxico para algunas aves, lo que lleva a algunos jardineros a optar por otras especies del género Cinnamomum.
Muicle
El muicle, científicamente conocido como Justicia spicigera, es una planta originaria de América Central, ampliamente reconocida en países como México, Guatemala, Honduras y Panamá. Esta planta pertenece a la familia de las Acantáceas y ha sido valorada desde tiempos antiguos por sus propiedades medicinales. Comúnmente se encuentra en jardines y huertos familiares en las regiones donde crece.
Su uso ha trascendido fronteras debido a la efectividad de sus aplicaciones medicinales, convirtiéndola en un recurso valioso para la medicina tradicional. Sin embargo, su potencial va más allá de las prácticas ancestrales y ha captado la atención del mundo científico contemporáneo.
Descripción del muicle: Sus características
El muicle es un arbusto de porte erguido y trepador que puede alcanzar hasta 5 metros de altura. Crece principalmente en lugares soleados, aunque prefiere estar cerca de muros que le proporcionen cierto resguardo. Sus tallos jóvenes son cuadrangulares y sus hojas, de un verde oscuro intenso, son ovaladas con una longitud aproximada de 7 centímetros. Al secarse, las hojas adquieren un color negro característico. Presentan un ápice acuminado sobre una base atenuada y un pecíolo que no supera el centímetro de largo.
Las inflorescencias del muicle se disponen en panículas espigadas que pueden medir hasta 10 centímetros. Su corola, formada por un tubo que se expande gradualmente, tiene un labio inferior enrollado. Las flores son de color rojo pálido o naranja, lo que las hace atractivas visualmente.
Los frutos del muicle son cápsulas leñosas que contienen en su interior cuatro semillas de sabor ligeramente dulce, lo que incrementa su atractivo para diferentes usos.
El cultivo del muicle
Aunque el muicle prospera en lugares soleados, requiere de una sombra parcial para crecer adecuadamente. Es esencial cultivar esta planta en suelos bien preparados, ricos en materia orgánica que asegure la disponibilidad de nutrientes. En suelos pobres, el muicle muestra una floración defectuosa y escasez de hojas.
Estas plantas necesitan un riego moderado, evitando el exceso de agua que podría provocar la pudrición de las raíces. Es recomendable preparar el suelo eliminando competidores por agua y nutrientes. Un riego de 20 litros semanales es generalmente suficiente durante la temporada seca.
El muicle se reproduce principalmente a través de esquejes o mediante la separación de retoños jóvenes con raíces de las plantas adultas.
Propiedades medicinales del muicle
Desde la llegada de los colonizadores europeos, el muicle ha sido reconocido por su efectividad en el tratamiento de la disentería, una infección bacteriana que afecta el tracto digestivo. En la actualidad, estudios farmacológicos han confirmado que el muicle posee diversas propiedades medicinales.
En México, esta planta se utiliza para tratar problemas relacionados con el sistema circulatorio y afecciones sanguíneas como la anemia, la mala circulación y la hipertensión arterial. Además, el muicle es valorado por su capacidad para aliviar trastornos digestivos como el estreñimiento, la diarrea y los cólicos estomacales, así como para mitigar los dolores menstruales.
En aplicaciones tópicas, se emplea para combatir infecciones cutáneas y acelerar la maduración de granos, aunque es fundamental que todas estas aplicaciones sean supervisadas por profesionales de la salud.
Investigaciones sobre el muicle y el cáncer
El uso popular del muicle en diversas afecciones ha incentivado investigaciones científicas para evaluar sus efectos en el tratamiento del cáncer. Aunque los resultados aún no son concluyentes, se ha observado que los componentes del muicle pueden inhibir la proliferación de células cancerígenas. Estos resultados varían según la época de recolección de la planta y la concentración de los extractos.
Estudios realizados por el Instituto Nacional de Cáncer de la Universidad Nacional Autónoma de México han mostrado resultados prometedores en el combate contra células cancerígenas cervicouterinas. A pesar de que faltan estudios sobre los efectos de los agentes activos del muicle en células sanas, la baja toxicidad de la planta genera expectativas alentadoras.
Aunque el muicle es poco conocido fuera de América, su potencial para aportar a la salud humana es significativo, lo que ha llevado a un incremento en su cultivo en las regiones donde es apreciado.
Aralia o Fatsia Japónica
La Fatsia Japónica, comúnmente conocida como aralia, es una planta ornamental de interior muy apreciada por su resistencia y su atractivo aspecto. Originaria de Asia, especialmente de Japón y China, la aralia se adapta bien tanto en interiores como en jardines donde puede alcanzar hasta 5 metros de altura. Sus hojas grandes y de un verde brillante son una de sus principales características estéticas. Además, esta planta se adapta fácilmente a climas frescos, donde prefiere ubicaciones sombreadas y con cierta humedad.
Características de la aralia
La aralia es un arbusto de hojas perennes, con una estructura en forma de mata y poco ramificada. Su tronco es leñoso, no muy desarrollado en ambientes interiores, donde alcanza hasta 1,8 metros. En exteriores, puede crecer hasta 5 metros. Las hojas son grandes, palmeadas y profundamente lobuladas, con un largo pecíolo que puede medir hasta 50 centímetros. Durante todo el año, muestran un color verde brillante. En algunos ejemplares, pueden aparecer tipos de hojas de diferentes formas y colores, incluyendo un atractivo tono bronce.
Las flores de la aralia son inflorescencias color crema en forma de penachos, compuestas por pequeñas flores. Estas flores, comunes en ejemplares de exterior, dan lugar a pequeños frutos en racimos de bayas que cambian de verde a negro con el tiempo.
Usos ornamentales y beneficios de la Fatsia Japónica
La Fatsia Japónica no solo es valorada por su belleza, sino también por sus beneficios en la decoración de interiores. Sus hojas grandes y brillantes aportan un elemento visual destacado en espacios cerrados, y su capacidad para adaptarse a condiciones de luz indirecta la hace ideal para oficinas y hogares con poca luz natural. Además, contribuye a la mejora de la calidad del aire interior, al absorber toxinas comunes en el ambiente.
Hábitat y distribución de la Aralia
En Japón, la aralia es considerada una especie endémica, lo que refleja su robustez. Su cultivo se ha extendido globalmente, siendo utilizada como planta ornamental en diversos ambientes. Prefiere lugares protegidos de la luz solar directa, con sombra y humedad. Aunque tolera heladas leves, es recomendable protegerla de climas extremadamente fríos.
Cultivo y multiplicación de la Fatsia Japónica
La aralia es una planta rústica que no requiere cuidados especiales, lo que la convierte en una opción popular para interiores. Soporta un amplio rango de temperaturas, aunque el rango ideal es de 21°C a 25°C. En ambientes cálidos, es crucial mantener buena ventilación y luminosidad para evitar problemas.
Requiere un cierto nivel de humedad, aunque puede soportar periodos de sequía. En verano, se aconseja regar al menos dos veces por semana, mientras que en otoño e invierno el riego debe ser menor, manteniendo siempre el sustrato húmedo. El suelo debe tener un drenaje medio para evitar encharcamientos y pudrición de las raíces. Durante primavera y verano, es beneficioso fertilizar con un abono líquido rico en nitrógeno para mantener hojas brillantes.
La poda es sencilla, limitándose a eliminar tallos y ramas enfermas o antiguas al inicio de la primavera. La reproducción se realiza mediante semillas, que germinan a los 25 días a una temperatura de 20°C. Una vez alcanzada una altura adecuada, las plántulas pueden ser trasplantadas a macetas.
Precauciones a tener en cuenta con la aralia
La aralia contiene componentes que pueden ser peligrosos si se ingieren. Las flores, frutos y hojas pueden causar irritaciones y reacciones alérgicas, por lo que es importante manejarla con cuidado, especialmente en hogares con niños o mascotas.
Gazania
La gazania es una planta ornamental apreciada por sus brillantes y llamativas flores, que embellecen tanto jardines como interiores. Originaria de Sudáfrica, pertenece a la familia de las Asteráceas y comparte ciertos rasgos con las margaritas, como la estructura de sus flores. Una característica notable de la gazania es su capacidad para abrir sus flores durante el día y cerrarlas al anochecer, un fenómeno conocido como nictinastia.
Características de la gazania
La gazania es una planta de follaje perenne que generalmente no supera los 20 centímetros de altura, formando matas que embellecen los jardines. En algunas regiones, su capacidad para crecer de manera silvestre en terrenos abandonados la ha catalogado como un yuyo molesto. El género incluye 17 especies, en su mayoría perennes, con hojas lobuladas de un verde brillante y un envés blanco plateado.
Las flores de la gazania son solitarias y se sitúan al final de cortos pedúnculos. Ofrecen una amplia gama de colores, como amarillo, rosa, anaranjado y rojo, y algunas especies híbridas presentan combinaciones de bandas de diferentes colores. Florece principalmente en primavera y verano, cuando sus colores alcanzan su máximo esplendor. La gazania es una planta rústica que tolera la falta de agua y suelos poco preparados, además de resistir heladas moderadas de hasta 0°C.
Reproducción de la gazania
Existen tres métodos principales para multiplicar la gazania: semillas, esquejes y división de matas.
- Semillas: Se recolectan las flores secas y se sacuden para separar las semillas, que se siembran en un semillero con tierra y abono orgánico. Los plantines se trasplantan al inicio de la primavera.
- Esquejes: Se seleccionan ramas jóvenes y tiernas que no hayan florecido, y se plantan en el lugar deseado con el suelo preparado.
- División de matas: Se extrae un racimo de la planta con sus raíces y se traslada a una nueva ubicación. Este método garantiza un alto nivel de propagación.
Cultivo y cuidado de la gazania
Aunque la gazania requiere poco mantenimiento, ciertos cuidados pueden asegurar un espectáculo floral impresionante. Es importante elegir un lugar bien soleado en el jardín. Aunque no necesita un suelo especial, prepararlo con abono orgánico puede mejorar su desarrollo. El cultivo debe realizarse cuando no haya riesgo de heladas.
Para plantar, se cava un hoyo el doble de ancho que las raíces, se cubren con tierra y abono, y se riega moderadamente. Es crucial evitar el encharcamiento, ya que el exceso de agua fomenta el desarrollo de hongos y bacterias. El riego debe ser esporádico, verificando que el suelo esté seco hasta 5 centímetros de profundidad antes de volver a regar.
Para fomentar un crecimiento vigoroso, se deben retirar las flores secas y guardar las semillas. Un mantillo de material orgánico en la base de la planta puede ser beneficioso. La combinación de diferentes especies de gazania en el jardín no presenta inconvenientes, ya que todas requieren cuidados similares, lo que permite disfrutar de una diversidad de colores en las mañanas.
Impacto ecológico y usos en jardinería
La gazania no solo es valorada por su belleza, sino también por su bajo impacto ambiental y su capacidad para atraer polinizadores como abejas y mariposas, contribuyendo a la biodiversidad del jardín. Su resistencia a condiciones adversas la convierte en una opción ideal para jardines sostenibles y de bajo mantenimiento.
En jardinería, la gazania se utiliza en bordes, macizos y contenedores, aportando un toque de color vibrante. Su capacidad para prosperar en suelos pobres y su tolerancia a la sequía la hacen adecuada para jardines en climas cálidos y secos. Además, su fácil propagación permite a los jardineros expandir sus plantaciones sin incurrir en altos costos.
Abelia
La abelia es un arbusto ornamental muy valorado en jardinería por su prolongada y atractiva floración, que se extiende desde la primavera hasta bien entrado el otoño. Además, cuando sus flores se secan, la belleza de la planta se mantiene gracias a los cálices y sépalos que adquieren un atractivo tono rosado. Este género abarca más de 70 especies, siendo la más popular la abelia x grandiflora, un híbrido entre la abelia chinensis y la abelia uniflora. Su cultivo es común en regiones de climas moderados debido a su limitada resistencia al frío intenso.
Descripción de la abelia: Sus características
La abelia puede alcanzar los 3 metros de altura, aunque habitualmente se mantiene entre 1 y 1,5 metros. Dependiendo del clima, puede ser de hojas perennes o caducifolias. Las ramas internas son rectas y robustas, mientras que las externas son arqueadas y finas, mostrando un leve movimiento pendular.
Las hojas son ovaladas, pequeñas y de un verde brillante, con el haz más oscuro que el envés. Crecen de manera alterna en las ramas, lo que le da a la planta un follaje ligero y bien aireado, sin superar los 6 centímetros de longitud.
Las flores, conocidas por su suave y agradable aroma, son blancas o rosadas y se disponen en inflorescencias de 3 flores en el extremo de las ramas. Cada flor tiene 5 pétalos redondeados y lobulados con una forma acampanada. El fruto de la abelia es un aqueniforme, alargado y coronado por un cáliz.
Origen y usos de la abelia
La mayoría de las especies del género abelia son originarias de China. El nombre se atribuye a un médico llamado Abel, quien la introdujo en Europa. A pesar de que la abelia x grandiflora es un híbrido, su cultivo es más prominente en América, Europa y África, siendo menos común en su lugar de origen, China.
La abelia x grandiflora es ampliamente utilizada como arbusto ornamental en jardines y cercos debido a su excepcional floración prolongada.
Condiciones de cultivo y cuidados
Para un cultivo óptimo, las abelias requieren suelos blandos, bien drenados y abonados. Durante la primavera y el otoño, es beneficioso enriquecer el suelo con abono orgánico. Estas plantas prosperan a pleno sol en climas templados, pero en regiones cálidas o muy cálidas, se debe procurar cultivarlas en sombra parcial. Independientemente del clima, es crucial proteger las abelias del viento, ya que puede dañarlas.
La reproducción se realiza mediante esquejes. Para preparar esquejes, se debe cortar una rama por debajo del quinto nudo, eliminando las hojas, excepto las de los dos primeros nudos. El extremo que se plantará debe untarse con hormonas de enraizamiento antes de colocarlo en tierra abonada. Este proceso se realiza a finales de la primavera y principios del verano.
Las abelias no requieren poda regular, pero puede realizarse para mantener una forma y tamaño específicos. Es recomendable llevar a cabo una poda de rejuvenecimiento después de la floración, generalmente en otoño, eliminando las ramas más antiguas y en mal estado.
En cuanto al riego, es esencial proporcionar agua abundantemente en verano, reduciendo la frecuencia en invierno y primavera. Aunque la abelia es resistente a la sequía, necesita protección contra las heladas, ya que es muy sensible a las bajas temperaturas.
Ficus benjamina
El Ficus benjamina, también conocido como ficus común o simplemente ficus, es una planta ampliamente utilizada como elemento ornamental debido a su atractivo visual y facilidad de cultivo. Perteneciente a la familia de las Moraceae, está estrechamente emparentado con la higuera. Su uso decorativo es común en interiores de hogares, oficinas y accesos a complejos residenciales. Sin embargo, en algunas ciudades se ha limitado su uso en espacios públicos debido a su potente sistema radicular, capaz de causar daños significativos a estructuras cercanas, aceras y tuberías subterráneas. Originario del sureste asiático y de regiones del norte y sur de Australia, su cultivo como planta de interior se ha extendido globalmente.

Descripción del Ficus benjamina: Sus características
El Ficus benjamina es un árbol de hojas perennes con una copa amplia, globosa y frondosa. En su hábitat natural, puede alcanzar alturas de entre 15 y 20 metros. Su tronco es delgado, con una corteza lisa de color gris o blanquecina, y en ejemplares adultos se observan raíces aéreas.
Sus hojas, de un verde intenso, presentan variaciones de tonalidades según su edad; las más jóvenes son de un verde claro y brillante, mientras que las más viejas adquieren un verde oscuro y grueso. Tienen forma ovalada, con una longitud de 4 a 8 centímetros y un ancho de 2 a 4 centímetros. El pecíolo no supera los 2 centímetros.
Aunque sus frutos no son comestibles para los humanos, resultan ser un manjar para las aves. Estos frutos son sésiles y axilares, con colores que oscilan entre el rojo, púrpura y amarillo.
Durante el invierno, el Ficus benjamina reduce su crecimiento, pero en primavera muestra un vigoroso brote de nuevas hojas, manteniendo este crecimiento hasta el otoño. Las condiciones de temperaturas altas durante el día y moderadas en la noche favorecen su desarrollo.
Ficus benjamina en el Paisajismo Urbano
En el paisajismo urbano, el Ficus benjamina ha sido una opción popular por su estética y facilidad de mantenimiento. Sin embargo, su sistema radicular agresivo presenta desafíos. Muchos municipios ahora prefieren alternativas que sean menos invasivas para las infraestructuras subterráneas. Es importante considerar el espacio disponible y las características del suelo antes de plantar un Ficus benjamina en áreas urbanas.
Cultivo del Ficus benjamina
Debido a su sistema radicular poderoso, se recomienda su cultivo en macetas u otros recipientes de gran tamaño cuando se utiliza como planta ornamental. Para jardines, se sugiere plantarlo en canteros que limiten la extensión de sus raíces.
El Ficus benjamina prospera en tierra de jardín con un alto contenido de turba y materia orgánica. Para mejorar el drenaje, se puede añadir una sexta parte de arena. A partir de los dos meses de plantado, se recomienda fertilizar con un fertilizante líquido para promover un rápido desarrollo de la planta. Si las raíces comienzan a verse apelmazadas, es necesario trasplantarlo a un contenedor más grande.
La reproducción del Ficus benjamina se puede realizar mediante esquejes o acodos aéreos. En el primer caso, se corta una rama joven de unos 12 centímetros, dejando 5 centímetros sin hojas para enterrar en la maceta. En el segundo método, se realiza una incisión en una rama joven, se aplican hormonas de crecimiento, y se cubre con musgo y una bolsa de plástico. Una vez que se desarrollan raíces, se planta en una nueva maceta. Es recomendable trasplantar el ficus cada dos años durante la primavera.
Cuidados del Ficus benjamina
El Ficus benjamina se adapta bien a condiciones de sequedad en interiores, especialmente en ambientes calefaccionados, pero es crucial establecer un régimen de riego adecuado. Se debe regar dos veces por semana, manteniendo buenas condiciones de humedad en el suelo y asegurando un correcto drenaje. En invierno, el riego puede reducirse a cuando el suelo se haya secado.
En épocas de calor o en ambientes calefaccionados, se aconseja pulverizar las hojas con agua y limpiar con un paño húmedo para asegurar la correcta respiración de la planta.
La poda debe realizarse en primavera. Si se desea evitar el crecimiento vertical, se puede podar la yema principal. Dado que es una planta de copa frondosa, la poda mejora la aireación. Se deben retirar ramas en mal estado o con crecimiento irregular para mantener una buena apariencia ornamental.
Arándano
El arándano, perteneciente al género Vaccinium, es una planta arbustiva que ha logrado un lugar prominente en la agricultura por sus apreciados frutos comestibles. Estos frutos, junto a las frambuesas, zarzamoras y grosellas, son comúnmente conocidos como “frutos del bosque”. Originario de climas fríos y montañosos del hemisferio norte, hoy en día, el arándano se cultiva en todo el mundo, adaptándose a regiones que replican estas condiciones climáticas. Con más de 450 especies, el arándano no solo es valorado por su sabor dulce, sino también por sus beneficios para la salud.
Descripción del arándano: Características botánicas
El arándano es un arbusto terrestre de tipo rizomatoso, lo que significa que sus ramas crecen de manera subterránea. Sus hojas, de un verde brillante y perennes, se disponen de forma alterna y presentan bordes aserrados o lisos. Están unidas al tallo por un pecíolo corto. Durante el otoño, las hojas adquieren colores vibrantes, lo que convierte a esta planta en una opción ornamental atractiva además de su valor frutal.
Las flores del arándano son acampanadas y varían en colores que incluyen rosado, rojo, blanco o púrpura. Sus frutos, considerados botánicamente como falsas bayas, emergen de un ovario inferior y son comestibles.
El cultivo del arándano: Prácticas y condiciones ideales
Para cultivar arándanos, es esencial considerar las características del suelo. Las raíces del arándano son finas y fibrosas, concentrándose principalmente en los primeros 50 centímetros de profundidad. Por ello, el suelo debe ser suelto, bien drenado y rico en materia orgánica. La preparación del terreno debe incluir la creación de surcos adecuados.
En cuanto al clima, los arándanos prefieren climas moderados, requiriendo entre 400 y 1200 horas de frío a temperaturas cercanas a los 7°C. Este frío invernal es necesario para romper la latencia de la planta. Dado que las heladas pueden dañar los brotes, se recomienda proteger las plantas.
Métodos de reproducción del arándano
Existen varios métodos para la reproducción de arándanos, cada uno con sus ventajas y desventajas:
- Esquejes: Se recomienda tomar esquejes de aproximadamente 10 centímetros de largo de ramas tiernas. Estos deben plantarse en la parte superior de los surcos, a una distancia de un metro y medio entre plantas y dos metros entre surcos. Este método se realiza al final del otoño o durante el invierno, aunque no todos los esquejes logran enraizar exitosamente.
- Acodos: Este método implica enterrar la punta de una rama tierna a unos 6 centímetros de profundidad durante el verano. La rama enraizará y, al cabo de un año, se debe separar de la planta madre en primavera para trasplantarla.
- Plantas con raíces: Este es el método más recomendable para asegurar un crecimiento saludable y la producción de frutos.
Riego y fertilización
En regiones lluviosas, el riego adicional no es necesario. Sin embargo, en áreas con veranos secos, es vital regar los arándanos con agua sin cloro ni sodio. En cultivos extensivos, se aconseja el riego por goteo, lo que permite también la fertilización de las plantas.
A partir de mediados de la primavera y durante el verano, es beneficioso aplicar fertilizantes en polvo específicos para azaleas sobre la superficie cubierta por las ramas del arándano.
Cuidados y poda
El arándano requiere ciertos cuidados para optimizar su crecimiento. Mantener el suelo libre de hierbas es crucial, preferiblemente de manera manual para evitar dañar las raíces. Durante los primeros dos años, es aconsejable podar las flores para fomentar un crecimiento más vigoroso.
Las podas son esenciales para el desarrollo del arándano. Durante los primeros tres años, solo se eliminan las ramas interiores en verano. Después, en invierno, se realiza una poda que mejora la fructificación, eliminando ramas de más de tres años para favorecer el crecimiento de frutos en las ramas jóvenes.
Valor comercial y cosecha
El valor comercial de los arándanos se determina por su firmeza y grado de madurez. Los frutos deben cosecharse cuando presentan un color brillante y una textura firme. Si se dejan madurar en exceso, se vuelven blandos, siendo aptos solo para la elaboración de zumos y mermeladas, pero no para su comercialización en fresco. Mantener estas condiciones asegura que los arándanos conservan su calidad y atractivo en el mercado.
Coliflor
La coliflor es una planta que pertenece a la especie Brassica oleracea, de la variedad Botrytis. Conocida por su presencia en la dieta humana, se cultiva extensamente en todo el mundo, siendo China el principal productor mundial de coliflor. Al formar parte de la familia de las crucíferas, está emparentada con el nabo, el repollo, y también guarda un parentesco cercano con el brócoli.
Conozcamos la coliflor: Sus características
La coliflor es una planta que puede ser anual o, en algunos casos, bianual. Su estructura física es muy distintiva. La coliflor cuenta con una cabeza o corazón de color blanco, que es una inflorescencia compuesta por numerosas flores sin desarrollar, todas unidas a un eje central. Este cogollo, como se le llama, está rodeado por hojas gruesas y grandes de color verde grisáceo. El tamaño de este cogollo puede alcanzar los 30 centímetros de diámetro y pesar más de 2 kg. El color blanquecino, o a veces amarillento, se debe a la ausencia de clorofila en esta parte, ya que se encuentra en desarrollo. Si se deja crecer, la inflorescencia puede alcanzar hasta un metro de altura con flores completamente desarrolladas.
En términos de consumo, solo la parte del cogollo es utilizada. La coliflor es principalmente agua, lo que la hace baja en calorías, carbohidratos, grasas y proteínas. Sin embargo, es rica en fibras, vitamina B6, ácido fólico y vitamina B5. Además, contiene minerales como potasio y fósforo. La combinación de su alto contenido de agua con el potasio y la baja presencia de sodio convierte a este alimento en un excelente diurético, ayudando en la eliminación de excesos de líquidos del organismo. Se recomienda su consumo en casos de hipertensión arterial, retención de líquidos y baja producción de orina.
A pesar de sus beneficios, el consumo de coliflor puede tener contraindicaciones. Su alto contenido de fibra y presencia de compuestos de azufre pueden causar flatulencias y problemas digestivos en algunas personas. No se recomienda para personas con gastritis, úlceras gástricas o problemas de digestión lenta.
Cultivo de la coliflor
Para cultivar coliflor, se utiliza la reproducción mediante semillas, que deben plantarse en semilleros a un centímetro de profundidad. Después de aproximadamente 4 semanas, cuando los brotes alcanzan unos 10 centímetros de altura, se trasplantan al huerto. Las plantas deben colocarse en surcos, con una separación de medio metro entre ellas, y los surcos deben estar a 60 centímetros de distancia.
La coliflor prospera en terrenos arcillosos que retienen la humedad del suelo. Prefiere suelos de pH neutro o ligeramente ácido. Durante la preparación del terreno, es recomendable enriquecerlo con estiércol o compost, que proporcionan el nitrógeno necesario para este tipo de cultivo. Para asegurar un buen desarrollo, es importante eliminar regularmente las malas hierbas, evitando así la competencia por los nutrientes del suelo y el uso de herbicidas.
Desde el trasplante, es crucial que la coliflor reciba riego adecuado para mantener la humedad sin provocar encharcamiento. El agua debe acumularse en la base del surco, pero nunca en la parte superior para evitar la pudrición de las inflorescencias.
Existen diversas variedades de coliflor que se adaptan a distintas épocas del año, lo que permite su cultivo durante todo el año.
El consumo de coliflor
A pesar de que al hervir la coliflor puede desprender un olor levemente desagradable, su sabor es suave y ligeramente dulce, lo que la convierte en un excelente acompañamiento para una amplia variedad de platos. La coliflor puede prepararse de múltiples formas: al vapor, asada, frita, estofada, hervida o gratinada. Se puede servir como acompañamiento de legumbres o arroz, y es un ingrediente básico en la preparación de sopas y caldos de verduras. También se utiliza como acompañante de pescados como el bacalao, o incluso puede formar parte de una tortilla.
Innovaciones en el consumo de coliflor
En los últimos años, la coliflor ha ganado popularidad como sustituto de carbohidratos en dietas bajas en calorías. Se ha convertido en una alternativa para preparar pizzas con base de coliflor, arroz de coliflor y puré de coliflor. Estas innovaciones se deben a su versatilidad y capacidad para absorber sabores, así como a su perfil nutricional que apoya una alimentación balanceada.
Además, el auge de la cocina vegetariana y vegana ha impulsado el uso de la coliflor en preparaciones como «alas de coliflor» como alternativa a las alitas de pollo, y como ingrediente principal en curry y otros guisos.
Ficus carica (higuera)
El ficus carica, comúnmente conocido como higuera, es un árbol altamente valorado por su fruto, el higo. La domesticación y consumo de este árbol se remonta al período neolítico, como lo demuestran diversos estudios de fósiles encontrados. Originaria de Asia Menor, la higuera ha extendido su cultivo y crecimiento silvestre a gran parte del mundo, especialmente en la región mediterránea. Ha sido considerada en muchas culturas antiguas como un símbolo de abundancia debido a su capacidad para proporcionar numerosos frutos con un mínimo de cuidados.
La higuera es un árbol que, a pesar de su apariencia de arbusto debido a su baja altura, no suele superar los 10 metros y en promedio mide entre 3 y 4 metros. Sus ramas se extienden desde un tronco bajo en forma de rodrigones. El ficus carica es poco exigente en cuanto al tipo de terreno donde se desarrolla, ya que puede crecer en suelos rocosos, aunque su desarrollo es más lento en terrenos secos.
El tronco presenta una corteza lisa y grisácea. Es un árbol caduco, lo que significa que pierde su follaje en determinadas épocas del año. Las hojas de la higuera son muy distintivas, grandes, de unos 25 centímetros de largo y 18 de ancho, con hasta cinco lóbulos. Se disponen de forma alterna y están unidas a las ramas por un largo pecíolo. La higuera tiene un sistema de raíces potente que le permite crecer en terrenos rocosos, lo que puede representar un riesgo para las construcciones cercanas.
Variedades y Polinización
El ficus carica puede presentarse en variedades dioicas, con ejemplares que producen flores masculinas y otros que producen flores femeninas, así como en variedades monoicas, que producen flores de ambos sexos. Este aspecto es crucial para su polinización y producción de frutos. La polinización del higo es un proceso único, que involucra a una pequeña avispa, la Blastophaga psenes, que ayuda a transportar el polen entre las flores interiores del higo.
El higo, fruto del ficus carica
El higo se refiere al fruto obtenido del ficus carica, aunque botánicamente hablando, no es un fruto en sí mismo, sino una infrutescencia, un conjunto de frutos. Actualmente, se reconocen unas 750 especies de higos, la mayoría comestibles, aunque algunas no son aptas para el consumo humano. Este pseudo-fruto tiene forma de pera y mide aproximadamente 7 centímetros de largo y 5 centímetros de diámetro. Su color varía desde negro azulado a blanco cuando está maduro, pasando por verde claro cuando no lo está. La pulpa del higo es carnosa y de un sabor dulce e intenso. Los higos son muy estacionales y se recolectan a finales del verano.
¿Qué son las brevas?
El ficus carica ofrece dos cosechas anuales. La primera se conoce como brevas y se recolecta en verano. Estas infrutescencias no lograron madurar en el otoño anterior y completan su proceso en la primavera siguiente. Aunque son menos dulces que los higos, las brevas son más apreciadas debido a su mayor tamaño, lo que les confiere un valor comercial más alto. Sus características físicas son similares a las de los higos.
Cultivo del ficus carica
La higuera se reproduce mediante esquejes. En espacios amplios, puede desarrollar una copa globosa considerable. Tolerante a una amplia gama de temperaturas, desde -7°C hasta un ideal de 18 a 25°C, la higuera no es exigente en cuanto a cuidados, pero para lograr cosechas óptimas es recomendable plantarla en suelos con abundante humus y buen drenaje. Se sugiere cubrir el lecho del árbol con ladrillos y piedras para facilitar el drenaje y evitar el encharcamiento.
La plantación de la higuera debe realizarse en invierno, y cuando los brotes comienzan a crecer, es aconsejable atarlos a una estaca para asegurar un crecimiento recto. Es importante revisar anualmente las ligaduras para evitar el estrangulamiento del tronco. Aunque es una planta rústica, las lluvias moderadas son suficientes para un buen crecimiento, manteniendo cierta sequedad durante la maduración de las infrutescencias para evitar la pudrición de los higos.
Consumo de higos y brevas
Los higos y brevas se pueden consumir frescos o deshidratados, conocidos como higos secos o pasas. El proceso de secado es sencillo: los higos frescos se aplastan y se colocan al sol sobre esterillas de caña durante el verano, a temperaturas superiores a 30°C. Es necesario cambiar su posición varias veces al día para asegurar una evaporación uniforme. Los higos secos son más nutritivos, con una mayor concentración de azúcares, y se utilizan en la elaboración de postres, helados y compotas.