Flores
Como un símbolo de amor, y un objeto que embellece los espacios. Así percibimos la mayoría de los seres humanos a las flores, pero realmente su función va mucho más allá. En el reino de las plantas, ellas se encargan de producir semillas a través de la reproducción sexual. Durante mucho tiempo, han sido admiradas por su belleza y su capacidad para generar sustento para otros seres vivos.
Las semillas que proveen las flores son el principal medio por el cual estas especies pueden perpetrarse y propagarse. Aunque su estructura es muy compleja, es posible dilucidar que están unidas al tallo por un eje, conocido como pedicelo. Este se dilata en la parte superior para dar paso al receptáculo, sitio donde se insertan las diversas piezas florales.
CARACTERÍSTICAS de las flores
Existen flores unisexuales, pero ciertamente la gran mayoría cuenta con los órganos de ambos sexos. Los estambres son los masculinos y están formados por la antera, una especie de saco que alberga el polen, y que se sostiene de un delgado filamento. El gineceo o pistilo es su órgano femenino, y lo conforma el estigma u orificio de entrada, el estilo o conducto y el ovario, donde yacen los óvulos que luego de la fertilización crean las semillas.
Su apariencia la determinan los pétalos. En líneas generales puede ser amariposada, bilabiada, tubular, ligualada y urceolada.
Los flores pueden brotar solitarias o con inflorescencias muy complejas, en espigas, racimos y umbelas, entre otras. La margarita por ejemplo, son muchas flores que al unirse parecen una gigante.
Las plantas florales se dividen en dos grupos: dicotiledóneas y monocotilédoneas. En las primeras las piezas suelen crecer en múltiplos de cuatro o cinco, mientras que en las segundas son más habituales los múltiplos de tres.
Haciendo un resumen de sus partes, podemos decir entonces que una flor se compone de sépalos (hojitas que cubren la flor cuando está en capullo), pétalos, que contienen el polen con el que los insectos favorecen la fecundación, pistilo, órgano femenino, estambre, órgano masculino, pedúnculo, tallito que une la flor al tallo, y receptáculo, parte de la flor que sostiene a los pétalos, sépalos, pistilo y estambres.
variedades y TIPOS DE FLORES
Según los botánicos, es casi imposible enumerar la infinidad de variedades de flores que existen. Sin embargo, estiman que hay unos 10.000 tipos. Su clasificación depende de sus características (número y color de pétalos, forma y tamaño), así como de la familia a la que pertenecen. Algunas de más populares son:
- Margaritas: Se estima que hay 23.000 especies de esta flor, por lo que probablemente sea la más común de todas. Su color suele ser blanco o amarillo, y está compuesta por un círculo central de pétalos finos y planos. Las más conocidas son la margarita amarilla, del cabo, arbustiva, menor y reina margarita.
- Rosas: Distinguidas por su dulce aroma, estas flores constan de muchos pétalos y un tallo cubierto de espinas. Existen un centenar de ellas, aunque las preferidas son la rugosa, canina, china, inglesas, miniatura, arbustiva, alba, patio y Portland.
- Tulipán: Es la flor oficial de Holanda y la tercera más popular del mundo. Hay gran variedad de tamaños y colores, pero generalmente tienen forma de copa, con pétalos que la recubren. Muy hermosos son los tulipanes dobles, flor de lirio, papagayo y Rembrandt.
- Claveles: Esta flor cuenta con pequeños pétalos arrugados, parecidos a un lazo, que agrupados para formar la flor completa. Su extensa variedad de colores y la facilidad con la que crecen las hacen muy populares. Los que más abundan son el clavel común, chino, del poeta, turco, americano, de Niza, multiflores y mediterráneo.
- Jazmín: Muy apreciado en la India, el jazmín es un símbolo de amor. Se contabilizan poco más de 200 especies. Está formada por pequeñas flores de color blanco, aunque también se pueden encontrar ejemplares de color amarillo y rosado. Entre los que mejor se dan destacan el jazmín común, de Arabia, de Argentina, de invierno, de leche, de monte, de papel, de primavera, de San José y real.
- Petunias: De colores muy brillantes, fuerte aroma y facilidad de crecimiento, resultan fáciles de cuidar. Las hay blancas, rojas, rosadas y moradas. Muy lindas son la petunia violácea, axilaris, grandiflora, hedgiflora y miliflora o senator.
CUIDADO COTIDIANOS de las flores
Algunas plantas que permanecen en interiores florecen en primavera. Por ello, es necesario que durante su periodo activo reciban una adecuada administración de nutrientes, especialmente de potasio, que garantice su desarrollo.
Una vez que las flores se han secado por completo, lo ideal es quitarlas inmediatamente para evitar que interrumpa el proceso de creación de nuevas semillas.
En cuanto a las hojas, tome en cuenta que el invierno atrae consigo gran acumulación de polvo, lo que afectará el aspecto de sus plantas. Procure realizar limpiezas en sus hojas de forma periódica durante esta estación.
Tenga cuidado al elegir productos especiales de limpieza, ya que algunos pueden provocar el deterioro de las hojas. Prefiera no utilizarlos a menos que no tenga otra opción. En este caso, lea cuidadosamente el instructivo que acompaña el envase.
En general, usted puede tomar en cuenta estas recomendaciones:
- Evite los cambios bruscos de temperatura.
- Incremente la cantidad de agua sin excederse en la cantidad.
- Trasplante la flor a finales de la primavera, pero sólo si la planta inició su periodo de crecimiento.
- Comience el proceso de abono de forma comedida.
- Utilice fungicidas de manera preventiva.
REPRODUCCIÓN DE LAS FLORES
Para que las flores puedan multiplicarse, los granos de polen deben acceder hasta el pistilo de otra flor, a través de un proceso denominado polinización que se da por acción del agua, viento, insectos, pájaros, murciélagos y del hombre.
Al modo de polinización ejecutado por los pájaros se le llama ornitofilia, al de los insectos entomófilia, al del viento anemófila, al del agua hidrófilia y al del hombre artificial.
ENFERMEDADES DE LAS FLORES
Las flores también pueden enfermarse o ser atacadas por plagas en cualquier época del año, pero en primavera son más vulnerables. No obstante, algunas afecciones como la botrytis, el Moho gris (capaz de atacar a más de 220 variedades de plantas), y otras que se centran en las raíces, suelen aparecer a finales del otoño, en invierno o a principios de la primavera.
Otras como la roya (un hongo que afecta a diversos granos de cereal), el oídio y el mildiu, incrementan su presencia cuando las condiciones climáticas resulten favorables para el crecimiento y expansión de la flor, así que conviene prestar atención.
Es de vital importancia controlar la cantidad de químicos utilizados. Puede suceder que su efecto, aunque le ayude a sanar, también le perjudique. Para evitar que esto suceda, no emplee una cantidad excesiva y retire las hojas o flores marchitas y secas.
Dada la inmensa diversidad de condiciones que pueden alterar la salud de una flor, es importante consultar a un especialista. Las acciones a tomar dependerán concretamente del tipo de daño y pueden incluir disminución del riego o humedad ambiental, poda y colocación de fungicidas cada 10 o 12 días, entre otras.
Las plantas y las flores, en especial, requieren revisión constante y una reacción inmediata al primer signo de enfermedad.